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Columna
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Desarrollo Urbano (Insostenible)

Son las actuaciones que restan protagonismo al coche las que han centrado los ataques del gobierno municipal

La manifestación a favor de Madrid Central.
La manifestación a favor de Madrid Central. ANDREA COMAS

Solo han pasado tres semanas desde que el alcalde tomara posesión y ya se nos está haciendo largo su mandato. Centró su campaña en criticar medidas clave del gobierno de Carmena y estos primeros días de gestión se ha dedicado a tratar de deshacerlas. Decisiones tomadas con precipitación y sin contar con los avales técnicos que pudieran justificarlas.

Enseguida anunciaron que iban a apagar los ya famosos semáforos de la A-5, que habían contribuido a minorar tanto el tráfico como la contaminación acústica en la zona, reduciendo algo más de 17.000 vehículos al día, y acabando con la siniestralidad en el que era uno de los puntos negros de la región. Pese a ello, el gobierno municipal optó por eliminarlos y borrar también el carril-bus que facilitaba el acceso de los autobuses interurbanos a Madrid. Es muy significativo que la primera actuación de este Ayuntamiento fuera precisamente esa: suprimir una infraestructura que favorece al transporte público para dar prioridad nuevamente al vehículo privado.

No contentos con eso, la corporación decidió también revertir la ampliación peatonal de la calle Galileo. Hace unos días veíamos como los bancos (de sentarse) y las jardineras se retiraban para recuperar las plazas de aparcamiento, mientras el alcalde y la vicealcaldesa contemplaban orgullosos la escena, que calificaron como “ejemplo de dignidad democrática”. Todo apunta a que la siguiente víctima de la piqueta serán los carriles-bici.

Son las actuaciones que restan protagonismo al coche las que han centrado los ataques. De ahí la decisión de dejar sin efecto Madrid Central, pese a que los datos reflejan su contribución a la reducción de emisiones y mejora de la calidad del aire. En uno de los inviernos menos lluviosos de los últimos años, la contaminación ha descendido un 38% en el centro y un 9% en el área metropolitana.

Esta actuación arbitraria e irresponsable ha desatado una ola de indignación que se ha traducido en movilizaciones multitudinarias (a 40 grados en pleno julio), reclamaciones de miles de ciudadanos exigiendo que vuelvan las multas, además de varios recursos en los tribunales. Y han tenido que ser precisamente estos últimos quienes han exigido al Ayuntamiento que restituya Madrid Central. Porque las consecuencias de no hacerlo pueden ser irreversibles para nuestros pulmones y nuestra atmósfera.

No hacía presagiar nada bueno que con Almeida, el área de Desarrollo Urbano Sostenible pasara a denominarse Desarrollo Urbano. Adiós a la sostenibilidad. Esta decisión, no sabemos si consciente o inconsciente, era toda una declaración de las intenciones políticas de este gobierno tóxico. Un gobierno que ayer recibió el primer castigo serio a sus políticas. Seguro que no será el último.

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José Manuel Calvo, de Más Madrid, es exdelegado de Desarrollo Urbano Sostenible.

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