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Barchinona poderosa

El Muhba muestra el rico pasado medieval de Barcelona y cómo el puerto ha sido el motor económico de la ciudad desde el siglo XIII

José Ángel Montañés
Ménsulas localizadas en la calle Templers, del siglo XVI.
Ménsulas localizadas en la calle Templers, del siglo XVI.Massimiliano Minocri

La ciudad de Barcelona ha basado siempre su poder en el mar desde que se fundó en el siglo I a. C. por romanos en un lugar estratégico de la costa. Al final del imperio vio reforzado su papel en el siglo V cuando la excolonia pasó a ser sede obispal. Y así hasta el siglo XII cuando el comercio llegado vía marítima se convirtió en su principal motor de desarrollo convirtiendo a Barchinona (cómo se llamaba la ciudad en este momento) en un lugar en el que comerciantes de todo el Mediterráneo llevaban productos, ideas y conocimientos. Y eso que no tuvo una estructura portuaria artificial (solo una gran barra de tierra paralela a la fachada marítima) hasta el siglo XV cuando se construyó una escollera de 100 metros de largo.

El mar y la actividad portuaria siguen siendo un elemento vertebrador de la ciudad, como demuestra la exposición Barcelona. Capital Mediterránea. La metamorfosis medieval. Siglos XIII-XV abierta en el Museo de Historia de Barcelona (Muhba) hasta octubre en el Salón del Tinell, la joya de la corona medieval de la ciudad; un lugar de representación real para evidenciar el poder, que no podía superarse para mostrar las excepcionales piezas —cerámicas, libros, esculturas, relieves, cartas náuticas y mapas, monedas, tejidos, vidrios, material litúrgico y un largo etcétera— que ha reunido el comisario Ramon Josep Pujades. “En la Corona de Aragón los reyes son aragoneses, pero las dos únicas instituciones no itinerantes de la corte se instalan en Barcelona, la capital administrativa: el archivo real y la Curia del Mestre Racional”, que estaban a pocos metros de donde se puede ver la muestra, tal y como recuerda Pujades. En esta ciudad, se explica, fallecieron hasta 13 reyes y reinas de la Corona de Aragón.

Uno de los primeros escudos de la ciudad, en la exposición del Muhba.
Uno de los primeros escudos de la ciudad, en la exposición del Muhba.Massimiliano Minocri

La exposición está llena de piezas excepcionales que muy pocas, o nunca, han salido de los almacenes del Muhba; como dos excepcionales ménsulas del siglo XVI con representación (¿retratos?) de dos nobles de una casa de la calle Templers y uno de los primeros escudos cuarteado, del siglo XIV, de la ciudad, con la cruz de la catedral y las barras condales, que estaba en el convento de Santa Caterina. Pero muchas otras han llegado de alguno de los 20 museos, parroquias y archivos que han cedido otras joyas. Como los dos enormes escudos ceremoniales del siglo XV de Santa Maria del Pi; la espada real Sant Martí datada en 1290, que ha prestado el Museo del Ejército de París que se exhibe junto a la cimera del rey Martí I, que se colocaba sobre el yelmo; un facsímil que ha prestado la Armería Real de Madrid porque el original, muy frágil, no viaja. También puede verse el primer plano de la ciudad, copia en papel de una piedra que había en la plaza del Blat, del Arxiu Històric y el frontal del altar de Sant Jordi encargado por la Generalitat en 1432 y que lo ha prestado. No ha viajado, pese a que reside a pocos metros, el trono de plata del rey Martí de la catedral de Barcelona, conservado como parte de la custodia, tras negarlo el capítulo en un par de ocasiones.

Espada real Sant Martí, del siglo XIII.
Espada real Sant Martí, del siglo XIII.

"En la Barcelona del siglo XIII el impulso económico había provocado una sociedad cada vez más compleja; y la élite que la lideraba estaba a punto de ganar influencia y autonomía en la gestión de los intereses de la ciudad, negociando con el rey la creación del primer régimen municipal", explica Pujades que cifra la población del momento en 30.000. En la exposición están presentes estas élites de los prohombres, sin vínculos con la aristocracia rural (que escaseaba en la ciudad); pero también artesanos, tenderos, hortelanos y hosteleros; muchos eclesiásticos (10%) y esclavos (otro 10%) y población flotante como marineros, comerciantes y prostitutas.

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La exposición cuenta con otra joya. La reconstrucción en 3D del Palau Reial Major, entre el XI y XV, que permite ver, en 8 minutos, cómo era este impresionante conjunto real y la contigua plaza del Rei y cómo hubo dos zonas porticadas (con peces y otros animales) en las partes superiores para deleite y placer del rey y su corte.

A la conquista del litoral

El Muhba también explica (en la contigua Capella de Santa Àgata, el primer templo gótico de Barcelona) cómo esta ciudad no ceja en la conquista del litoral que tanta vida le ha dado. Y lo hace de la manera más gráfica posible, con una enorme maqueta a escala 1:1.000 producida por la EAUIC y Barcelona Regional. Esta muestra sirve para reflexionar sobre qué modelo quiere para su litoral. “Es evidente el peso que tiene la fachada marítima y, sobre todo, el puerto”, explica el director del Muhba, Joan Roca.

Dos de las piezas de la exposición del Muhba sobre el pasado medieval de Barcelona.
Dos de las piezas de la exposición del Muhba sobre el pasado medieval de Barcelona.Massimiliano Minocri

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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