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Picasso y Sabartés, más de 50 años de cruce epistolar

Una exposición pone en valor la confianza y amistad entre el pintor y su secretario personal

Blanca Cia
Jaume Sabartés junto al retrato 'Jaume Sabartés amb pinçanàs' (1901) de Picasso.
Jaume Sabartés junto al retrato 'Jaume Sabartés amb pinçanàs' (1901) de Picasso.ALEXANDER LIBERMAN © J. PAUL GETTY TRUST/SUCESIÓN PABLO PICASSO, VEGAP

“Querido Picasso. El lunes recibí tu carta con retrato mío a la moda española de no sé qué región. Comienzo pues a buscar un sobrero terminado en punta y buen pañuelo para cubrir la calva y anudarlo como lo indicas (...)”. Sabartés, 15/07/1953. “Ole por la cosa del catálogo de mi exposición en casa de los Gaspar en Barcelona. Ole y más oles y recuerdos”. Picasso, 25/11/1960. Son dos fragmentos de cartas que se cruzaron Pablo Picasso y su secretario personal y amigo Jaume Sabartés entre 1927 y 1967. 40 años de intensa correspondencia —aunque se inicia décadas antes— que va evolucionando al tiempo que su relación se hace más profunda.

Cuando murió Sabartés, en febrero de 1968, Pablo Picasso donó al museo de Barcelona una caja que Sabartés guardaba en su domicilio y que contenía cerca de 700 cartas que había recibido del pintor. Un legado acompañado de una condición: que no se hiciera público hasta que se cumplieran 50 años de la muerte de Sabartés. Esa caja ha estado en depósito en el museo y ahora parte de su contenido es el que ha dado cuerpo a la exposición Sabartés per Picasso per Sabartés. “Sabartés fue el gran conocido y desconocido sobre la vida de Picasso. Fue el secretario, el confidente y el amigo”, apuntaba en la presentación de la muestra Emmanuel Guigon, director del Museo Picasso.

Una de las pin up girls del Museo Picasso en la que Jaume Sabartés es caricaturizado por el pintor.
Una de las pin up girls del Museo Picasso en la que Jaume Sabartés es caricaturizado por el pintor.© Sucesión Pablo Picasso, VEGAP

“Servirá para romper los tópicos de que el trato de Picasso no era correcto porque se aprecia, a medida que los dos se hacen mayores, que la relación es de igual a igual”, añadía la comisaria de la muestra, Margarida Cortadella. El tono y el contenido de las cartas que dirige Picasso a Sabartés — de quien hizo el primer retrato en 1900— se hacen más cómplices y superan la relación formal. Además de un número importante de cartas —algunos sobres son toda una expresión artística del pintor— la muestra contiene una selección de retratos de Sabartés que hizo Picasso a lo largo de los años en los que su secretario se convierte en monje, grande de España o sátiro.

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Obras que han sido cedidas para la muestra —hasta 24 de febrero— por el museo de París y de particulares. También hay fotografías, postales, notas, telegramas, algunos objetos personales y una amplia selección de litografías dedicadas a Sabartés que explicó su vivencia con el genio en el libro Picasso, retratos y recuerdos.

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Algunos de los dibujos son caricaturas plenas en las que Picasso sitúa a Sabartés como protagonista de escenas picantes a raíz de una anécdota curiosa que le explica al pintor sobre la relación que mantiene con algunas de sus vecinas en París. En otra sala se pueden contemplar la colección de pin-ups girls del Museo, los dibujos humorísticos de Picasso sobre Sabartés al lado de fotografías de jóvenes actrices de la época. Muchos de esos dibujos y postales son de la década de los cincuenta: “los dos son ya unos venerables señores que bromean sobre mujeres guapas”, comentaba la comisaria.

No está toda la correspondencia entre ambos: “el cruce epistolar empezó en 1905 cuando Sabartés se fue a Guatemala y Picasso a París y se incrementó especialmente a partir de 1935, cuando Sabartés asume la representación total del artista”, explicaba Cortadella.

Sabartés y Picasso nacieron en el mismo año, 1881, y se conocieron a finales del siglo XIX en Barcelona. Esos primeros años de relación y la de ambos con personajes que frecuentaban Els Quatre Gats abre la exposición que se cierra con otro de los proyectos que más correspondencia generó entre ellos: la puesta en marcha del museo en Barcelona —el actual de la calle de Montcada— que nació en 1963 con otro nombre —Legado Sabartés — para evitar el veto directo de las autoridades franquistas a un pintor comunista. Una empresa que llegó a buen puerto por la complicidad de no pocas autoridades y personalidades, entre ellas el alcalde de Barcelona, Josep M. de Porcioles, o Joan Ainaud de Lasarte, director de los Museos de Arte de Barcelona.

Aunque con bastantes cautelas como se aprecia en un documentos de la última sala de la exposición. Una carta del Ayuntamiento: “le ruego tome buena nota de que se trata de un acto al que no debe darse otra trascendencia que la de su carácter especializado. En consecuencia, limiten las invitaciones a los profesionales y otras personas directamente relacionadas con el arte”.

El artista y los editores Gustavo Gili

Pablo Picasso i els editors Gustavo Gili: treball i amistat es la otra exposición temporal del Museo Picasso. Una muestra sobre la relación de Picasso y los editores, Gustau Gili y Anna Maria Torra, a partir de la compra, en 2014, por parte de la Fundación Museo Picasso del Fondo de Anna Maria Torra y Gustavo Gili Esteve.

Una relación que se desarrolló en dos etapas, una primera entre 1926 y 1930, cuando Gustavo Gili Roig —fundador de la Editorial Gustavo Gili — le encarga a Picasso una ilustración para un libro de una nueva publicación. Picasso aceptó y realizó siete grabados para el libro La Tauromaquia de Pepe Illo, que finalmente no se llegó a realizar. Esos grabados son una parte destacada de la exposición.

Años después, en 1956, Gustau Gili Esteve y su mujer, Anna Maria Torra, se pusieron en contacto con el pintor "para reanudar la relación que había tenido con su padre, Gustau Gili Roig", apuntaba la comisaría de la muestra, Claustre Rafart. A partir de ese momento —la relación de confianza de los dos matrimonios fue importante— se tejieron las condiciones para que la editorial publicara La Tauromaquia y El entierro del Conde Orgaz.

Además de los fondos adquiridos, la Editorial Gustavo Gili donó su archivo documental relacionado con Picasso al Museo. Una donación que incluye unas planchas de cobre grabadas que conservaba y que se pueden contemplar en la muestra.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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