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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Carmena y la orquesta del Titanic

El autor cree que la alcaldesa ha tenido que plegarse a lo obvio: el cumplimiento de la ley

La votación ayer, en el pleno de Cibeles, del cuarto Plan Económico Financiero (PEF) del Ayuntamiento de Madrid ha supuesto el mejor retrato de la situación política municipal. Tras tres versiones fallidas del PEF que no cumplían con la Ley de Estabilidad Presupuestaria, pero que sí fueron apoyados por el PSOE, Carmena ha tenido que ser socorrida por los votos del Partido Popular para sacar adelante un PEF que, tras el visto bueno del ministerio, devuelve a Madrid al cumplimiento de la Ley.

La fanfarronería, la arrogancia y la prepotencia del anterior concejal de Hacienda, Carlos Sánchez Mato dejaban a Carmena ante la delicada situación de tener que elegir entre su concejal, a quien finalmente ha cesado, o ajustar las cuentas municipales a lo establecido por el ministerio.

La famosa regla de gasto no es otra cosa, en suma, que una disposición legal para asegurar que las administraciones municipales en España no disparen sus gastos por encima de su crecimiento económico. La regla de gasto para Madrid en un momento de bonanza económica como actual, gracias a los gobiernos del PP, permite a Carmena y a su equipo una gestión holgada de las cuentas municipales. Hoy Madrid, para el 2018, podrá gastar un 16% más que en 2015, lo que supone 460 millones de euros más, sin incumplir la regla de gasto, es decir, dentro de la ley. Si a ello le sumamos que el Gobierno de Carmena es incapaz de ejecutar los presupuestos, sin ir más lejos a 31 de octubre, la ejecución presupuestara es de solo del 51%, se evidencia que el empeño de romper el techo que establece la regla de gasto respondía más a razones ideológicas que a la realidad de la gestión municipal.

Como llevamos meses diciendo, Carmena ha tenido que reconocer y claudicar ante lo que era una obviedad, que el Ayuntamiento de Madrid debía someterse a la ley y con ello levantar las medidas cautelares que impedían entre otras cosas ejecutar las inversiones financieramente sostenibles. Una situación que a la postre solo tenía un responsable, la propia Manuela Carmena que nombró, mantenía y alentaba a su concejal en sus cuitas con Hacienda.

No era de recibo que Madrid fuera el único Ayuntamiento de España que después de incumplir la regla de gasto no tuviera un PEF aprobado. Al final, como dijimos se ha impuesto la sensatez aun a costa de lo que ya sabíamos: las tensiones internas en Ahora Madrid y el cese del concejal Sánchez Mato.

Lo sorprendente ha sido la actitud del Partido Socialista y de Ciudadanos con su voto en contra a este último plan. Sorprende que el PSOE votara favorablemente a los planes anteriores, justo los que no cumplían la ley. Y sorprende el voto en contra de Ciudadanos después de haberse abstenido anteriormente, cuando Carmena no acataba la ley.

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Por nuestra parte, más allá de la satisfacción que da la coherencia y de que Carmena haya venido a darnos la razón. En nuestro apoyo al PEF ha primado el interés general de Madrid y de los madrileños. La ciudad no podía prescindir de las pocas inversiones, fundamentalmente asfaltado y mantenimiento de las calles, que el actual equipo de Gobierno es capaz de poner en marcha y por ello en esta decisión por encima del interés partidista hemos querido anteponer el interés general.

A nadie se le escapa que la alcaldesa después del pleno de ayer queda políticamente malherida. Por un lado, con un grupo de concejales y altos funcionarios que no controla y que se plantean abandonar el Gobierno y por otro, con unos socios, el Partido Socialista, que no terminan de encontrarse a sí mismos para después decidir qué camino tomar.

Por nuestra parte, como Partido Popular cada día nos es más duro comprobar cómo en estos momentos de oportunidades, Madrid pierde el tren del progreso por culpa de una alcaldesa y unos concejales cortos de miras, torpes e incapaces de gobernar. Nuestro sentido de la responsabilidad nos hace ser críticos y duros cuando tenemos que serlo, pero también coherentes y solidarios cuando prima el interés general.

Después del pleno hemos pedido a Manuela Carmena que reflexione si está en condiciones para seguir gobernando esta ciudad. Por el bien del Ayuntamiento, Carmena no puede seguir como la orquesta del Titanic, tocando mientras se hunde el Gobierno de la ciudad.

José Luis Martínez-Almeida es portavoz del Grupo Municipal del PP en el Ayuntamiento de Madrid.

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