Hinds, rockeras y madrileñas
El grupo de rock, formado por cuatro mujeres, actúa hoy en la sala But y está a punto de estrenar su segundo disco
Hinds son un grupo de rock formado por cuatro amigas; veinteañeras, inteligentes, divertidas, informales, ácidas y guapas. Han girado por todo el planeta, desde Japón a Estados Unidos pasando por Australia o China. Tienen un disco publicado (Leave Me Alone) y ultiman el segundo para principios del año que viene. Hinds molan. Lo saben ellas y lo saben sus seguidores, que hoy las podrán ver actuar en la sala But (Barceló, 11; 20.30; 18 euros). ¿Quién da más?
Hinds son Carlotta Cosials (voz y guitarra), Ana García Perrote (voz y guitarra), Ade Martín (bajo) y Amber Grimbergen (batería) y forman el grupo más internacional que ha dado la escena musical madrileña —y española— en años. A pesar de haber recorrido medio planeta se jactan de su casa: “Madrid es la polla”, sentencia Ana. Con una insultante juventud pasaron de componer canciones y subirlas a Bandcamp (plataforma online musical) a ser reseñadas por la todopoderosa revista inglesa New Musical Express (NME) o la influyente web de crítica musical Pitchfork.
Ensayan sus próximos conciertos en los míticos locales de Rock Palace, en Arganzuela. Entre cigarro y cigarro, las cuatro comentan las peculiaridades de su incipiente nuevo álbum, que está en proceso de masterización. Han repetido en los estudios de Paco Loco, en el Puerto de Santa María (Cádiz): “Es el mejor sitio del planeta para aislarte”, cuentan. La gran novedad es la participación de Gordon Raphael, productor estadounidense, que ha trabajado con The Strokes o Regina Spektor. “Se puso en contacto con nosotras hace años, para decirnos que le gustaba lo que hacíamos”, afirman.
En su nuevo largo han “arriesgado” en la mezcla, con el ingeniero canadiense Shawn Everett a los mandos; las baterías más altas y el bajo con más cuerpo. “Everett tiene un premio Grammy”, recuerda con orgullo Carlotta. La esencia no se perderá, pero el sonido low-fi que definió su primera incursión dará paso a un sonido “más compacto y menos desordenado, pero sin dejar de ser punk”, matizan.
Si una cosa define a Hinds es su autenticidad. Conocen el oficio y posan para las fotos con soltura y conocimiento, sin necesidad de preparar nada. Sabedoras de que su actitud es su estilo, da igual lo que se pongan: en las fotos salen rompedoras. “Para la imagen pensamos en lo práctico, necesitamos estar cómodas en los conciertos”, señalan. Otro ejemplo: Carlotta se vanagloria de que no utilizan Auto-Tune para corregir los posibles desafinos en las voces del disco. “El ingeniero nos dijo que el 95% de los grupos es lo primero que le piden”, dice evidentemente contenta.
Hinds actuó en Madrid por última vez en enero de este año para cerrar su gira. De la capital revindican a grupos como Los Nastys —“especialmente las letras”— y echan de menos un circuito musical más potente. “Faltan salas de aforo, medios más grandes”, comentan. Fogueadas en sus inicios en salas como la Siroco o el Wurlitzer Ballroom su directo brilla por su energía y complicidad: “Quien acuda se va a encontrar rock and roll”, meditan. ¿Y qué más? “A cuatro chicas de Madrid que han estado tocando por todo el mundo y que eligen su ciudad porque es la mejor de todas”.
Como guinda prometen alguna sorpresa: “Tocaremos alguna canción nueva”, señalan. Cuando Lola Flores se asomó a la Gran Manzan en los años setenta, el prestigioso periódico New York Times avisó a sus lectores sobre el fenómeno flamenco: “No canta, no baila… no se la pierdan”. A las Hinds, los 'haters' también las criticaron en sus orígenes utilizando argumentos semejantes. Hinds cantan, bailan, tocan, sudan y atizan rock and roll garajero, cervecero y divertido. Pues eso.
