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Tribuna
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Proteger Peironcely, 10

La autora propone que el Ayuntamiento de Madrid incluya en su listado de bienes protegidos la fachada del icónico inmueble vallecano

La Ley de Patrimonio de la Comunidad de Madrid contempla tres niveles de protección: Bien de Interés Cultural (BIC), Bien de Interés Patrimonial (BIP) y aquellos bienes que, no siendo tan relevantes, sí poseen características arquitectónicas y artísticas que los hacen merecedores de ser protegidos e incorporados a los Catálogos Municipales de Bienes y Espacios Protegidos.

Sin contar los BIC y BIP, hay casi 14.000 elementos protegidos en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos de la ciudad de Madrid, con diferentes grados de protección: singular, integral, estructural, parcial, etc.

De ellos, no menos de una tercera parte tiene una protección de fachada, bien por su valor específico o porque forma parte y se integra en los valores culturales de nuestra capital. Un elemento protegido no puede ser demolido.

Las viviendas de la calle Peironcely, 10, dada su ínfima calidad y características de infravivienda, no tienen valor arquitectónico ni artístico ni de conformación de ciudad. Esa fue la conclusión del análisis de los informes técnicos solicitados por mí como responsable de la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid. Es decir, este inmueble no puede ser declarado BIC ni BIP per se.

Ahora bien, sí que tiene un valor cultural que habría que significar puesto que esta fachada forma parte de nuestra memoria colectiva.

Por eso, y coincidiendo con el acuerdo adoptado por el Pleno del Ayuntamiento de Madrid el 20 de Julio, desde la Dirección General de Patrimonio con fecha 4 de agosto comunicamos al Área de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento de Madrid que “la protección más adecuada es la de ‘Nivel 3 Parcial’ con las dos fachadas exteriores como elementos de restauración obligatoria. Esa protección permitiría una modificación tipológica interior, previo el realojo de los actuales inquilinos, así como el necesario cambio de uso, iniciativa esta última que entendemos fundamental para poder dotar al edificio de los usos culturales que pongan en valor el recuerdo histórico de lo acontecido”.

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En otras palabras, la Dirección General de Patrimonio solicitó al Ayuntamiento que protegiera y mantuviera el paramento de fachada plasmado en la fotografía de Robert Capa, incluyéndolo en su Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos, que procediera al realojo de los inquilinos actuales y gestionara un cambio de uso que haga compatible este espacio con actividades culturales.

De este modo, a través de un proyecto de calidad se podría buscar una solución arquitectónica que permitiera rememorar una circunstancia histórica que aporta valor cultural a nuestra ciudad.

Paloma Sobrini es arquitecta y directora general de Patrimonio de la Comunidad de Madrid.

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