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Roban 80 escopetas a través de un butrón en la mayor armería de la capital

Los ladrones anularon los sistemas de seguridad y el sistema de videovigilancia

F. Javier Barroso
Interior de la armería Argali, tras el robo.
Interior de la armería Argali, tras el robo.

La Policía Nacional recaba ayer mismo pruebas y vestigios del robo ocurrido la madrugada del sábado en la armería Argali, la mayor existente en la capital. Unos ladrones inutilizaron el doble sistema de alarma del establecimiento tras practicar un butrón por un local colindante y se apoderaron de unas 80 armas largas, entre rifles y escopetas. También se apropiaron del dinero en efectivo y de material de caza, según confirmaron los propietarios del establecimiento.

La armería Argali se encuentra en el número 27 de la calle de López de Hoyos, en el distrito de Chamartín. Lleva abierta desde hace unos seis y es la más grande de Madrid por el número armas y por las dimensiones del local.

El robo se produjo el pasado sábado, cuando uno o varios ladrones hicieron un butrón por un local contiguo a la armería aprovechando el cierre del fin de semana. Los asaltantes dispusieron así de toda la madrugada para actuar con total tranquilidad después de inutilizar el doble sistema de alarma del establecimiento. También apagaron el sistema de videovigilancia con que estaba dotado el local por lo que los investigadores carecen de imágenes de cómo se produjo el robo y cuántas personas participaron.

Tras hacer el agujero en la pared, utilizaron lanzas térmicas para desvalijar las cajas fuertes y hacerse con las armas largas. También reventaron otra de menor dimensión en la que estaba depositado el dinero en efectivo.

El primer recuento efectuado por los dueños de la armería apunta a que los ladrones se llevaron miras telescópicas de alta precisión. Los ladrones revolvieron todo el interior del establecimiento. Tiraron cajas por el suelo y abrieron varios armarios. Además, se apropiaron de herramientas para el montaje y la reparación de las armas largas, lo que hace pensar a los investigadores que el robo pudo ser por encargado. Los ladrones sabían exactamente cómo acceder al interior y dónde se encontraban los sistemas de alarma y de videovigilancia.

El precio de estas armas largas oscila entre los 1.000 o 1.500 euros y los 6.000 y 7.000. Algunos modelos cuestan más en función de su precisión o si se trata de piezas hechas o modificadas según el gusto del tirador o cazador. Este tipo de establecimiento debe contar con armeros de alta seguridad (nivel 3 sobre 4, como mínimo) para poder abrir al público, además otras medidas de seguridad.

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Los responsables del establecimiento confirmaron ayer el robo, pero declinaron hacer declaraciones al respecto. Argumentaron que la Guardia Civil, la autoridad policial en materia de armas y explosivos, estaba en ese momento haciendo una inspección del local. Las pesquisas la llevarán agentes de la Brigada Provincial de Policía Judicial, pertenecientes a la Policía Nacional.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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