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Philip Kerr: “Todos los que en Escocia quieren la independencia tendrían que visitar Croacia o Bosnia”

El novelista, creador de la serie de Bernie Gunther, participa en el festival VLC Negra

El escritor Philip Kerr, en Valencia.
El escritor Philip Kerr, en Valencia.JOSÉ JORDÁN

Philip Kerr (Edimburgo, 1956) ya había visitado Valencia, la primera vez a los 12 años y más tarde como escritor, pero nunca hasta ahora con los focos encima de él, como figura internacional del género negro y estrella del festival VLC NEGRA. Espera puntual en el vestíbulo del hotel y cuando llegamos nos pregunta dónde puede comprar el New York Times. Acaba de regresar de una gira por los Estados Unidos para presentar su última novela, La dama de Zagreb (RBA, 2017), décima de la serie de Bernie Gunther, un detective que vive y trabaja en la Alemania del Tercer Reich.

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Asume la promoción como parte de su trabajo. “He visitado 12 ciudades estadounidenses en 15 días y todas me parecen iguales, al contrario que en Europa”. Y traza una distinción entre el día a día delante del ordenador y los viajes para dar a conocer su obra. “Los autores somos una gente muy rara. Para ser escritor has de ser dos personas a la vez: el escritor que se encierra en casa, que tiene algo de esquizofrénico, y el autor egomaníaco, un poco borrachuzo, que va por ahí firmando libros y ha de tener cuidado para no acabar vaciando el minibar de la habitación. Cuando has estado solo durante 11 meses en una especie de confinamiento en solitario, la tentación de comportarte mal cuando te dejan salir es enorme”.

El escocés, autor de más de 40 novelas de diversos géneros, continúa relacionando la escritura con patología: “Aunque tengo una apariencia normal, por dentro no lo soy, y creo que ningún escritor lo es. Llevo escribiendo desde los 10 años y no he cambiado mucho. Entonces sentía ya una especie de compulsión y la sigo sintiendo ahora. Lo mejor que me ha podido pasar es que esas compulsiones se han convertido en mi modo de vida”. Para él, la escritura es una terapia “porque me permite psicoanalizarme a través de mis novelas”.

Su faceta de escritor juvenil también le aporta beneficios terapéuticos: “Es la forma más pura de contar una historia. Has de deshacerte de la sofisticación de los adultos y ponerte en contacto con adolescentes, es como ser Peter Pan. Es el único elixir de la juventud auténtico que existe, negarte a crecer porque de esa manera recuerdas cómo es ser un niño de 12 años”.

También ha hablado sobre la imaginación, “una habilidad que los profesores tratan de impedir que desarrolles”. Por fortuna para él, logró superar esa etapa “con la imaginación intacta”. Imagina las ideas como “una bombillita que se me enciende igual que en los dibujos animados de Tom y Jerry”. También habla de “una vocecita que escucha en su cabeza, y que hace miles de años la gente hubiera atribuido a Dios, como les pasaba a Samuel y a otros profetas”.

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Se muestra indignado con el Brexit. Ha visitado Croacia para documentar su última novela y confiesa que pasó unos días horribles en Zagreb. “Croacia es un buen ejemplo de lo que te puede ocurrir cuando eres un pequeño país que no le importa a nadie. Todos los que en Escocia quieren la independencia tendrían que visitar Croacia o Bosnia. Puede que les encante estar allí, pero no hay nada en las tiendas. El Brexit es un gran error”. Para él, Alemania sigue siendo hoy en día la fuerza dominante en Europa “nos guste o no”. Creo que a muchos británicos no les gustaba, pero es una lástima porque Europa era mejor con nosotros dentro, el Reino Unido siempre ha sido el contrapeso de Alemania. Nuestro primer Brexit fue en 1536: Enrique VIII decidió que quería salirse de Europa, de la Iglesia Católica y del Sacro Imperio Romano, esferas que eran dominadas por los alemanes, que llevan 150 años liderando Europa y decidiendo su propio destino”.

A la hora de escoger, prefiera a los personajes malvados ante los héroes. “Siempre los he encontrado fascinantes. Si me dejaran elegir al personaje que quiero representar en una función sería Drácula. Es el que más se divierte, entra en las habitaciones de las chicas por la noche y les da un mordisco en el cuello, no como el doctor John Seward, que se pasa el día abriendo tumbas”.

Según Kerr, la Alemania Nazi no perderá vigencia sino más bien al contrario: “Cuando voy a Alemania hay gente que me dice que es hora de hacer borrón y cuenta nueva, pero eso no va a ocurrir, ellos no entienden la magnitud histórica de lo que ocurrió. En los últimos treinta años se ha convertido en tema de enorme interés, y creo que conforme avance la historia nos irá interesando cada vez más. Esto va a ser como la Guerra de Troya. Homero escribía sobre ello quinientos años después de que ocurriera".

Finalmente, ha aventurado que si se encontrara con Bernie Gunther “creo que intentaría matarme. Si me pegara un tiro sería una especie de liberación para los dos”.

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