Carulla: “Me robaron el bolso en la boda de la hija de Millet”
Millet guardaba en una caja fuerte cuatro sobres con 1,8 millones
"Si las cuentas eran correctas y te dicen que estaban auditadas y no había advertencias, no podíamos sospechar nada". Esa fue una de las afirmaciones que, de una forma u otra, ha repetido en varias ocasiones la presidenta del Palau de la Música, Mariona Carulla, en el juicio que se sigue en la Ciutat de la Justicia por el desfalco del Palau. Primero, a preguntas del fiscal, del resto de las acusaciones y de alguno de los abogados defensores, la presidenta que sustituyó en el cargo precisamente a Félix Millet cuando se descubrió el escándalo, quiso dejar claro que en aquel momento, julio de 2009, cuando entraron los mossos d'esquadra, no tenían ni idea de lo que pasaba. Ella entonces ocupaba la vicepresidencia de la Fundación del Palau y era vocal del Consorcio y de la Asociación del Orfeó Català. ¿Nadie alertó del trasiego del dinero en efectivo que se hacía de una entidad a otra?, le preguntó el fiscal. "No, nunca nadie supo nada ni se sospechó nada de esto, Ni las administraciones públicas", contestó Carulla que a medida que avanzaba el interrogatorio, especialmente en el turno de las defensas de los acusados, se mostraba un punto molesta por las insinuaciones de cómo era posible que no hubiese detectado nada. "Yo era vocal y como vicepresidenta sustituí dos veces a Millet en dos juntas de la Fundación que él no pudo presidir. Yo no tenía capacidad ejecutiva ni de control", repitió. De paso, dejó claro que en el Palau el que mandaba era Félix Millet.
En esa misma línea dijo desconocer que Millet y Montull se habían asignado unos incentivos. Tampoco sabía nada de los convenios que se firmaron con la Fundación Trias Fargas, uno de los métodos para camuflar donaciones de dinero a Convergència, según las acusaciones. La presentación de las cuentas de la Fundació del Palau de la Música se hacia, según dijo, en un acto en el que Gemma Montull, también acusada, hacía un resumen del balance y el que hacía precisiones era Millet. "Las cuentas se nos facilitaban en la misma reunión", puntualizó. El mismo sistema se utilizaba en las reuniones del Consorcio, órgano en el que estaban las administraciones públicas. Y, en el caso de la Asociación del Orfeó Català no había ni documentación: "hacían un resumen verbal". "La apariencia era correcta y lo que había detrás no nos los enseñaban", subrayó a preguntas del abogado de Millet. De eso se enteraron con la intervención de la justicia y, sobre todo, en el mes de agosto de ese año, cuando "nos encerramos, Joan Llinares y un grupo de 20 personas y yo para aclarar cómo estaba todo y asegurar que el Palau siguiera funcionando", precisó.
Carulla aclaró el objetivo del Palau es recuperar, al máximo, todo el dinero que fue sustraído. Parte del cuál ya ha sido devuelto por Millet y Montull. También han retornado dinero empresas que cobraron del Palau por unas supuestas obras nunca realizadas pero simuladas en la ingeniería contable urdida por los acusados para justificar la salida de has 15 millones de euros, según el fiscal. Y visiblemente enfadada Carulla dijo que si no se exige responsabilidad judicialmente a CDC es porque "nuestro objetivo es recuperar el máximo de dinero y si ahora no se hace es porque nuestros asesores así lo han considerado, pero depende de la sentencia lo haremos".
En un momento de su declaración, la presidenta explicó que asistió a la boda de la hija de Millet celebrada en el Palau, y que durante la celebración le robaron el bolso.
El testimonio de Carulla ha sido el primero de la lista de personas del Palau, un total de 11, que será llamados a declarar. A Carulla le han precedido en la sesión de hoy los inspectores de los Mossos d'Esquadra que intervinieron en el registro del Palau de la Música en julio de 2009 y hallaron 1,8 millones de euros en billetes de 500, parte de ellos distribuidos en cuatro sobres, en
una caja fuerte que Milllet tenía en Catalunya Caixa.
Un subinspector y un cabo de la policía catalana que coordinaron las labores de entrada y registro en el Palau de la Música han declarado como testigos. Los agentes han explicado que, a través de un contrato que hallaron en una caja fuerte que Fèlix Millet tenía en su despacho en el Palau, supieron que este tenía otra caja de seguridad en una sucursal de Catalunya Caixa situada en la Via Laietana de Barcelona, próxima al edificio
modernista.
Al día siguiente de la entrada y registro del Palau de la Música, la policía catalana acudió a esa oficina bancaria para proceder a la apertura de la caja de seguridad, en la que hallaron 1,8 millones en "fajos de 500 bien ordenados", según ha explicado el subinspector de
la policía catalana.
Parte de esos billetes de 500, ha añadido el policía, estaban distribuidos en cuatro sobres distintos, uno a nombre de Millet hijo, otro de Elisabet Barberà -a la sazón secretaria del expresidente de la entidad cultural-, un tercero en blanco con 38.000 euros en su interior y un cuarto con
el nombre de Palau de la Música.
Según el subinspector de los Mossos, en el registro del Palau de la Música se encontraron también unos poderes que autorizaban a acceder a la misma a Elisabet Barberà y a Laila Millet, hija del expresidente de la entidad cultural.
En su declaración como testigo, el otro agente ha relatado que cuando entró en las oficinas de Gemma Montull, exdirectora financiera de la entidad e hija de la mano derecha de Fèlix Millet, esta estaba utilizando un lápiz de memoria que, ante la presencia policial, desconectó de su ordenador y guardó en su bolso.
Los agentes requisaron entonces el bolso de mano de Montull con el lápiz de memoria en su interior, que una vez analizado se descubrió contenía documentación sobre el expolio de la entidad cultural y del presunto desvío de fondos a CDC a través del Palau de la Música.
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