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Fallece el especialista en cine, cómic y novela negra Javier Coma

Dotado de un conocimiento enciclopédico, publicó numerosas obras de referencia y reivindicó la cultura popular y los géneros

Jacinto Antón
El estudioso del cine Javier Coma, en una imagen de 1996.
El estudioso del cine Javier Coma, en una imagen de 1996.Joan Sánchez

El conocido estudioso del cine, el cómic y la novela negra Javier Coma (Blanes, 1939) falleció ayer a causa de un cáncer. Coma, hombre de una cultura vastísima y un conocimiento enciclopédico de los géneros era un autor indispensable para cualquiera que quisiera conocer en profundidad temas como, entre otros muchísimos, el cómic clásico estadounidense, el wéstern, el cine bélico o la caza de brujas en Hollywood. No hay amante de los géneros que no posea en su biblioteca (y utilice abundantemente) títulos como el indispensable Diccionario del cine de aventuras (1994), el Diccionario del cine negro (1995), La gran caravana del wéstern o los dos volúmenes de Cine bélico.

Capaz de apasionarse hasta el exceso hablando de las viñetas del Príncipe Valiente, de las relaciones entre los Nobel y los Oscars, o de las canciones clásicas de Hollywood, Javier Coma, que fue colaborador de EL PAÍS, era un personaje entrañable que disimulaba a veces su trasfondo tierno revistiéndose de un aire adusto y profesoral que podía parecer, con su voz profunda y su perfil bogartiano, algo severo. Deja un vacío insustituible, además de por su calidad humana, porque resulta imposible encontrar a alguien hoy en día con un conocimiento tan extenso de la cultura popular y una documentación como los que él atesoró.

Javier Coma, cuyo funeral tendrá lugar el jueves a las 10 en el tanatorio de Les Corts, ha sido un sabio en materias sobre las que, a la Academia en particular, ha costado años y años admitir que podían ser objeto de sabiduría. Conocía la cultura popular norteamericana al dedillo y es responsable de una larga lista de títulos sobre el cómic (siempre defendió esta denominación frente a las de tebeo o historieta), la novela negra (fue el responsable del relanzamiento de la colección La cua de palla en 1985) o Hollywood.

Su enorme erudición, no solo de las filmografías, sino sobre la trastienda de la industria de Hollywood le permitía proponer libros sobre géneros ampliamente tratados por otros autores, como el wéstern o el cine bélico, que no eran repeticiones de lo dicho. Su visita a estos terrenos siempre presentaba un lado original, inédito. Para escribir, por ejemplo, Doctor libro y Míster Film, explica en el prólogo, buscó las versiones en inglés de las novelas citadas. Y era particularmente respetuoso con los autores que ya se habían acercado al tema tratado. En sus libros hay siempre un párrafo de agradecimientos. De ahí que tampoco tragara con los plagios a su trabajo y en 2000 logró la retirada de un volumen donde había copiadas 400 líneas de sus diccionarios sobre el cine de aventuras y el wéstern.

Publicitario free-lance, tenía muy presente la manera de comunicar sus tesis, en unos tiempos donde una semiótica sin metabolizar convertía algunos textos en crucigramas que, al final, solo provocaban un mareo. De su faceta como publicitario quizá la obra más conocida, aunque de autoría olvidada, es el eslogan "El Barça es más que un club", que data de principios de los setenta pero que sigue vivo, vigoroso. Otros inventos publicitarios suyos tuvieron una vida más breve como un "Fruco, el hijo de Fruta", cuyas resonancias llevaban a una expresión incómoda. Lo explica Silvia Coma en su blog sobre libros y cine.

Javier Coma no desdeñó ningún formato, desde el libro más clásico, a los diccionarios o los fascículos coleccionables (dirigió uno sobre el cómic en este diario). Al margen de temas más previsibles como el cine negro o John Wayne, Coma también se adentró en otros asuntos. Ahí están sus trabajos, solo o en colaboración, sobre el cine inspirado por novelas; la caza de brujas donde presenta un Hollywood menos festivo, criminalizado y perseguido por la derecha de su país; o el acercamiento del cine americano a la Guerra Civil española. En La brigada Hollywood explica, por ejemplo, las dificultades con que toparon los cineastas norteamericanos para plasmar en el cine su adhesión a la República española.

El autor de Y nos fuimos a hacer viñetas no rehuyó las polémicas. Particularmente viva fue la que desencadenó un manifiesto en 1984 contra una exposición dedicada a Tintín en la Fundación Miró de Barcelona. Coma fue uno de sus promotores. Y lo defendía argumentando que Tintín ha sido una publicación infantil de éxito pero que no puede compararse con otras propuestas en el terreno de la historieta. Coma achacaba la redención cultural de Hergé, su autor, a una promoción de la derecha francesa que quiso replicar el descubrimiento europeo del cómic americano con un homólogo en el área francófona.

Otra, lógica, gran pasión de Coma fue el jazz. Fue uno de los fundadores del Jubilee Jazz Club y quien bautizó el Jamboree. Pasión por el cine norteamericano, por el cómic (exceptuando a Hergé), por la novela negra. Pero una pasión documentada y rastreable en más de 50 títulos.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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