“En la cárcel me mareé antes de empezar a tocar”
Luis Auserón presenta en centros culturales de barrio el disco que refuerza su identidad como cantautor rock
“Ruido de verjas, ecos de pasos en la galería… hay que tenerlos cuadrados para tocar allí. Me mareé antes de empezar, soy muy moñas. Y luego, solo arriba con mi guitarra, oigo gritar a un recluso: ‘¿Y la cresta?’ Ya no da para eso, me estoy quedando calvo”. No es una película de Berlanga, sino Luis Auserón (Zaragoza, 1955) y el relato de una parada en su actual gira madrileña: la cárcel de Navalcarnero. Penitenciarías y, sobre todo, centros culturales de barrio están albergando la propuesta del ex Radio Futura, de estreno gracias a Lógica y proporción, su cuarto álbum de temas propios como solista. Hortaleza esta tarde (Centro Carril del Conde) y Carabanchel mañana (Centro Lázaro Carreter) le esperan: “Un acuerdo del Ministerio de Cultura y la SGAE. Se habían abierto muchos centros en Madrid, majos y enrollados, y no se programaban actuaciones. Tienen auditorios muy cálidos, casi no haría falta ni equipo”.
Auserón vive entre la certeza de haber encontrado una vía artística como cantautor y el descoloque de la buena acogida al disco nuevo frente a la indiferencia que recibió el previo, Lejos (2012). “Nadie lo entendió, pero fue el trabajo que me hizo hombre y me cambió la vida. Un paso decisivo, aunque a veces me asusta su verdad sangrante: parece contada ante el psicoanalista. En este he pretendido una verdad más literaria”.
Ambas colecciones, notables, cuentan con un común denominador: Fernando Macaya. El guitarrista de Los DelTonos produjo y coescribió Lejos y hace lo propio en tres cortes de Lógica y proporción. “La idea era grabarlo con él en Cantabria como el anterior, pero le surgieron compromisos de mucha responsabilidad y opté por continuar en mi estudio casero con otros músicos, algunos de ellos vecinos”. El tránsito favoreció ir del sonido acústico, casi folk, y de raíz estadounidense de Lejos (colaboraba Quique González) a la energía rock y de tintes blues mayoritaria en el nuevo. “Yo me considero de formación inglesa [Radio Futura fue un grupo nuevaolero antes de abrazar la herencia latina]. Para aquel sonido americano necesité la ayuda de Fernando. Conozco esa música pero no la manejo”.
En su decena reciente de canciones, el maño afincado en Madrid igual ejerce de trilero verbal que imparte amena teoría del rock and roll o proporciona espita a sus mosqueos. “No está el mundo para lanzar cohetes”, protesta. La política o las redes sociales afilan su bisturí, “creando yo a veces escenarios [un aquelarre, por ejemplo] para poder soltar barbaridades en las letras”. Su visión crítica, por otro lado, no le impide ser tuitero activo. “Pese a que las redes representan más una herramienta de control policial que paraíso de libertad”, no me canso de decirlo.
Luis versiona un tema de Radio Futura compuesto por el fallecido Enrique Sierra, cofundador de la banda: En alas de la mentira. “Meses antes de su muerte, le escribí para decirle que por fin entendía su canción. Cuando la tocábamos en el grupo, me daba miedo y me bloqueaba. Sentí que quería grabarla. Yo era un punk grosero y él me enseñó a decir por favor y gracias. Y le debo todo lo que sé musicalmente”. Klub, el trío de baile que formaron junto a Pilar Román, resultó flor efímera en 1999: “Podríamos haber hecho más, supongo. Ni Enrique ni yo hemos tenido concepto de negocio. Soy tan torpe como alérgico a eso”.
Amantes Del Eco se bautizó el combo, de tendencias funk y vocalista femenina, generador en 2007 de la última entrega de Luis para La Huella Sonora, la oficina que vela por la carrera de su hermano, Santiago Auserón (y su alias, Juan Perro). “Ahora voy mejor por libre. Yo mismo produje el álbum de los Amantes y me da vergüenza. No me encontraba centrado, el tratamiento de las canciones resultó malísimo por mi culpa”. Y nada que ver sus alardes de sinceridad con el título de su trabajo de versiones en inglés: Rubbish garbage junk punk (2009), algo así como basura multiplicada. “Siempre me gustó el antimarketing”.
El pequeño de los Auserón (el mayor, Santiago, nació en 1954) quiere desmitificar el rol de Radio Futura en La Movida: “No nos consideraban parte de ella. Algunos decían: ‘Luis y Enrique son jevis’. Vamos, que nuestro estilo de tocar no era moderno. En realidad, ocurría que no éramos pijos, sino de clase obrera”. ¿Y el bolsillo cómo quedó tras los años dorados? “Somos pobres pero los más chulos: hasta rechazamos un sponsor que luego firmó con otro grupo”.
La cubierta de Lógica y proporción luce una obra de El Hortelano, artista plástico muy asociado también a La Movida, que nos dejó en diciembre. “No veas cómo he llorado con su muerte. No le podía pagar la portada y él se empeñó en hacerla. Me mandó seis dibujos diferentes para elegir”. Con El Hortelano a veces compartía Luis ocio y cañas. “Madrid no se parece al sitio divertido de los ochenta y, en los últimos tiempos, me resulta muy agresivo (vive en Navalcarnero)”. La penúltima aventura de Auserón había sido su gira conjunta con Diego Vasallo, otro cantautor de culto y voz grave que conoció las mieles masivas (con Duncan Dhu). “Yo no quiero el triunfo, ya lo logré en su momento. Solo aspiro a envejecer con dignidad mientras sigo escribiendo canciones”.
Luis Auserón actúa el 20 de enero en el Centro Cultural Carril del Conde (Hortaleza) y el 21 en el Centro Cultural Lázaro Carreter (Carabanchel).
