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El poemario pop de Vanesa Martín

La artista combina en la sala Galileo éxitos de su último disco con algunas de sus poesías

Concierto de Vanesa Martín en Los Matinales de El País.
Concierto de Vanesa Martín en Los Matinales de El País. SANTI BURGOS

Ella no quería escribir un libro. Pero en la editorial Planeta debieron percibir, por las letras de sus canciones, que tenía tanta poesía dentro que se le desbordaba más allá de sus discos. De modo que insistieron. "Al final acepté a medias, porque no estaba nada segura", recuerda Vanesa Martín. "Le envié a la agente algunas poesías, le dije que las leyera y, si no le gustaban, la invitaba un día a comer y cerrábamos capítulo". Aquella comida nunca sucedió: hoy, Mujer Océano ya va por su cuarta edición. La artista ha combinado hoy lecturas de algunos pasajes con sus canciones más aclamadas, en Los Matinales organizados por EL PAÍS en colaboración con Planet Events y Les Nits de l’Art.

Lo cierto es que el solo nombre de esta cantante malagueña es garantía de éxito: a sus 35 años, con cinco álbumes el mercado, ya sabe lo que es el oro y el platino, y algunas de sus canciones superan holgadamente los cinco millones de escuchas en Spotify. Su propuesta no es arriesgada: composiciones pop con poso aflamencado, el amor como tema troncal de sus letras y mucho desparpajo andaluz sobre el escenario. Ha tocado junto a otros superventas como Alejandro Sanz, Manu Carrasco o Pablo Alborán, y ha compuesto para Pastora Soler o Manuel Lombo. Vanesa Martín no pretende redescubrir la rueda: su música es hipermelódica y digerible desde el primer bocado pero, a diferencia de otros con los que comparte estilo, se nota que se ha labrado ella sola de la primera a la última nota desde que le picara el gusanillo musical a los seis años, cuando su padre le regaló su primera guitarra.

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Posiblemente este haya sido el concierto más exitoso de Los Matinales, y no es decir poco: hasta ahora han pasado artistas nacionales con el tirón de Mikel Erentxun, Leiva o Iván Ferreiro, por poner tres ejemplos. Pero en ninguno había, como hoy, cola para entrar desde las siete de la mañana (seis horas antes) para coger sitio en las primeras filas de la sala Galileo. "En cuanto anunció este concierto en las redes sociales se agotaron las entradas", cuenta un organizador del recital.

La malagueña ha empezado a lo grande, con Complicidad, el tema que abre Munay, su último disco, que el público se ha cantado de pe a pa, como el resto del repertorio. Aunque el concierto ha sido en formato acústico, ha estado bien flanqueada; dos guitarristas y un elegante pianista que sofisticaban su pop de manual. Ha intercalado las canciones con algunas de las poesías de Mujer océano, recitadas por amigas suyas sobre el escenario.

La nota curiosa la ha puesto el lugar donde se sentaban: "Acomodaos en este chester", les ha dicho con cierta retranca, un guiño más o menos envenenado a Risto Mejide, con el que tuvo un encontronazo a raíz de una pregunta íntima que la estrella televisiva le hizo en su programa. Los versos componían pequeños ensayos sobre amor y desamor, poco recomendables para hiperglucémicos, pero perfectos para quienes quieran que le toquen la fibra. Igual que sus canciones: han sonado, entre el medio tiempo y la balada, Descubrí, Te has perdido quien soy o Que se entere Madrid, con la que cerraba el concierto a modo de homenaje: "La sala Galileo es donde empecé: primero como espectadora, luego dando algunos conciertos hasta que, aquí mismo, me fichó Warner Music". Vista la entrega del público, se confirma el buen ojo de la discográfica.

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