El precio del cáncer en Cataluña
A falta de cifras exactas sobre lo que cuesta tratar los tumores, la comunidad científica estima que el gasto global ronda el 5% del presupuesto sanitario de la Administración
El cáncer es la primera causa de muerte en Cataluña: con una tasa de 230,4 fallecimientos por cada 100.000 habitantes, supuso en 2014 el 28,2% de los 61.553 decesos registrados en la comunidad. Y pese a tratarse de una cifra elevada, la tasa de defunción por tumores bajó un 1% con respecto a 2013. La investigación científica avanza y le pisa los talones a muchas neoplasias en la carrera por cronificar esta enfermedad. Pero, ¿cuánto cuesta todo el tratamiento y la asistencia que recibe un enfermo de cáncer? Según los expertos, es imposible cifrar el coste exacto del cáncer en Cataluña, aunque sostienen que representa, al igual que otros países del entorno, alrededor de un 5% del presupuesto sanitario de la zona (o sea, en Cataluña, unos 420 millones de euros).
“El problema de cualquier tumor es que tiene una gran variabilidad interna y hay mucha diferencia entre el tipo de respuesta al tratamiento. Por ejemplo, en los pacientes que viven muy poco porque el tumor es muy agresivo, el tiempo en que los intentamos tratar es muy caro y la supervivencia muy baja”, explica Josep Maria Borràs, director del Plan Director de Oncología del Departamento de Salud. No existe ningún estudio específico que mida y sintetice en una sola cifra el coste del tratar el cáncer en Cataluña.
Sí hay, sin embargo, estudios de tumores concretos que dan una idea de por dónde pueden ir los tiros. Borràs, por ejemplo, fue uno de los firmantes de una investigación sobre la estimación del coste hospitalario del cáncer colorrectal (el segundo más común tanto en hombres como en mujeres) en Cataluña. En ese informe, los expertos concluyeron que, de media, el coste por paciente rondaba los 6.573 euros, aunque esta cifra se elevaba a los 36.894 en enfermos con tumores en estadios muy avanzados. La horquilla de precios varía especialmente en función de los tratamientos administrados y las hospitalizaciones que precisa el paciente. “El coste medio del tratamiento quirúrgico (y la hospitalización) se mantuvo estable en los distintos estadios. El coste medio de la quimioterapia aumentó de 3.320 en el estadio I hasta 9.302 en el estadio IV y la radioterapia aumentó de 1.122 hasta 1.367”, reza el informe.
Radiografía de los tumores
Incidencia. Los datos que maneja Salud indican que los casos de cáncer en hombres en Cataluña pasarán de los 21.592 registrados en 2010 a 26.455 en 2020; en mujeres, los 14.741 de 2010 ascenderán a 18.345 en 2020.
Los más comunes. En hombres: próstata, colon y pulmón. En mujeres: mama, colon y cuello de útero.
Los que provocan más muertes. En los hombres: pulmón, colon y próstata. En las mujeres: mama, colon y, en los últimos años, el de pulmón (por la incorporación más tardía de la mujer al hábito de consumir tabaco).
Borràs también ha participado en otro estudio similar que mide el precio del cáncer de pulmón, el más mortífero en hombres y en plena efervescencia en los últimos años en mujeres. El rango de precios que estimaban los expertos oscila entre los 13.218 euros y los 16.120 euros. El coste de la intervención quirúrgica ronda los 7.621 euros si el paciente está en estadio IV y los 13.228 euros si está en el estadio III. Asimismo, la quimioterapia varía entre los 1.949 euros (estadio I) y los 7.129 (estadio IV).
La entrada de la medicina de precisión, que se basa en buscar tratamientos personalizados para cada paciente, también ha hecho incrementar los costes de tratar un tumor. “El precio de los medicamentos cada vez es más alto. En medicina personalizada, el gasto es mayor a corto plazo, empezando porque el primer diagnóstico tiene que ser más preciso. Sin embargo, si encontramos un tratamiento eficaz para esa persona, a la larga, es un ahorro”, sostiene la doctora Angels Arcusa, secretaria de la Sociedad Catalana de Oncología de la Academia de Ciencias Médicas de Cataluña.
Asimismo, el cribado de tumores como el de colon ha demostrado su eficacia al prevenir y detectar las neoplasias en estadios muy tempranos. “El cribado colorrectal, por ejemplo, es coste-efectivo porque detectamos lesiones preneoplásicas. Mejora mucho el pronóstico”, apunta Borràs.
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