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Un bingo pop en Matadero

Las bolas y los números se transformarán en grandes éxitos de la música comercial remezclados

Marian Garrido, creadora de la acción POPtlach bingo!, que se celebrará mañana en Matadero Madrid.
Marian Garrido, creadora de la acción POPtlach bingo!, que se celebrará mañana en Matadero Madrid.

Si John Lennon viviera y le propusieran colaborar y componer una canción conjunta con artistas como Pitbull o, pongamos, Shakira, posiblemente se le empañarían en el acto sus legendarias gafitas redondas ante tamaña herejía. Combinaciones tan improbables son hoy una realidad gracias a —o por culpa de— los llamados mashup.

Los mashup son remezclas de dos o más canciones de diferentes autores que toman algunos elementos de cada una —de aquí una línea vocal, de allí una base instrumental— de forma que suenan como una sola pieza. No hay más que introducir el término en Google para acceder a los miles de vídeo de Youtube que reflejan esta práctica, de la que no se libran ni The Beatles.

Esta es la herramienta de la que se vale la artista asturiana Marian Garrido (1985, Avilés) para su acción POPtlatch Bingo!, en la que podremos participar mañana viernes, dentro de la Plaza Matadero. “Todos conocemos cómo funciona un bingo, pero quería aportar algo fresco y diferente”, cuenta Garrido, y explica: “Tradicionalmente hay 90 bolas con 90 números, que en este caso sustituyo por músicos, y no salen de un bombo, sino que los voy pinchando, o mejor dicho, voy pinchando mashups de sus canciones . Si suena un tema híbrido de Miley Cyrus y The Beatles y los tienes en tu cartón, los tachas.

POPtlatch Bingo! es una de las cuatro acciones seleccionadas por concurso público para ocupar este espacio en agosto, de las más de 60 que se presentaron. “La única premisa que nos pusieron era darle una vuelta a la fiesta”, cuenta la joven asturiana, si bien su propuesta tiene un fundamento artístico y reivindicativo: no es casualidad que los 90 artistas seleccionados para este bingo sonoro hayan vendido millones de discos y los tengamos hasta en la sopa.

“Los mashup son divertidos, pero tienen un trasfondo de crítica ya que parodian a las grandes discográficas, pero no solo; también a las canciones pop de las radiofórmulas, que en el fondo son muy similares entre sí. Denuncian, desde la ironía, que los grandes éxitos suelen ser composiciones facilonas. Si te paras a pensarlo, puedes juntar cientos de ellas que sonarían como una sola. Aunque también he buscado temas conocidos para que la gente pueda identificarlos fácilmente”, reconoce Garrido, que ha recopilado de internet más de 300 de estas composiciones híbridas. “Como parten de ese movimiento antimercantilista, tienen licencia copyleft para que las use quien quiera”.

Una acción tan festiva y aparentemente frívola, forma parte en realidad de un estudio muy sesudo que la artista está realizando sobre los mashup, que van mucho más allá de la música. “Estoy escribiendo sobre su importancia en entornos de resistencia dentro del arte. La música es la disciplina más visible, pero hay colectivos de artistas que siempre han estado al margen de la institución artística. Se oponen a la mercantilización del arte, es el concepto détournement acuñado por los situacionistas, que consiste básicamente en darle la vuelta al lenguaje del capitalismo, ponerlo del revés y hacer justo lo contrario”.

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