Caminando por Barcelona

Todo empezó con una iniciativa que perseguía explicar la ciudad de Barcelona a los estudiantes de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (ETSAB) de otra manera. Era 2004 y uno de los catedráticos de la escuela, Estanislau Roca, actual responsable del área de Urbanismo de la ETSAB, pensó que la mejor forma de entender y asimilar la ciudad es desde la calle, de ahí la inclusión de una asignatura optativa para en el grado de arquitectura: Caminar Barcelona. Con los años, la optativa se ha convertido en una de las más exitosas y su capacidad, de 50 alumnos por semestre, se cierra a los cinco minutos de la apertura de inscripción. Son 10 paseos por diferentes zonas de la ciudad —que se corresponden a los distritos— de cuatro horas de duración. La experiencia de cientos de estudiantes que han pateado Barcelona de la mano de Roca y de otros profesores colaboradores se ha plasmado ahora en el libro Walking the City. Barcelona as an urban experience, editado por sus autores, Roca y los profesores Inés Aquilué y Renata Gomes y la Universidad de Barcelona.

“Ahora lo editaremos en catalán y castellano”, explica Roca acompañado por una cuarentena de estudiantes de arquitectura y dos de sus colaboradores en el departamento y en el libro. El catedrático es autor de más de una docena de libros y trabajos de investigación, como Montjuïc, la muntanya de la ciutat y Diagonal, un procés urbà, además de un técnico que ha intervenido en la redacción de importantes planeamientos urbanísticos, entre ellos el Plan de Costas del litoral catalán.

Uno de los periplos se desarrollaba por el 22@, la amplia zona del Poblenou que acogió las industrias hasta avanzado el siglo XX y ahora transformada en una combinación de nueva actividad tecnológica —no contaminante— uso residencial y, cada vez más, hoteles. Y de eso va, precisamente, la clase. Una explicación sobre el terreno —cuatro horas de caminata— de cómo se planificó y realizó esa transformación urbana. Con planos en las manos, el paseo va trabando el pasado y presente: “los vecinos del barrio siempre han sido muy reivindicativos en las demandas elementos de presión importante”, explica Gomes, una de las coautoras del libro.

En cuatro horas de caminata se explica la transformación de Poblenou al 22@

Muchos de los estudiantes son del programa Erasmus y en el grupo había jóvenes de Croàcia, Roma, Chicago, Praga y Seul con un conocimiento variable del castellano y catalán. Con skate y gorra, algunos, la mayoría haciendo fotos de prácticamente todo. “Resulta muy interesante porque en nuestros programas de estudio de Barcelona solo se habla del plan Cerdà y estos paseos son una estupenda manera de conocer el pasado y el presente de la ciudad y de su arquitectura”, explicaba Bárbara, una estudiante de arquitectura de Roma de quinto curso que se plantea hacer el proyecto de carrera del 22@. “Los paseos suelen terminar con la intervención de otro profesor que tiene obra en la zona. En este caso en Can Framis —la reconversión de la fábrica textil en el actual museo de la Fundació Vila Casas— que realizó Jordi Badia desde el estudio BAAS Arquitectura”, apunta Roca. La iniciativa surgida hace 11 años ha sido reconocida con el premio Jaume Vicens Vives de la Generalitat y es una experiencia exportada a otras universidades, como las de Roma, Medellín, Lisboa y Montevideo.

Prólogo de Bohigas

El material de esas clases estructurado por rutas es lo que plasma el libro Walking the City, una cuidada edición que incluye fotografías de los paseos, planos de la ciudad y prologado por dos profundos conocedores de Barcelona: Oriol Bohigas, uno de los padres del modelo Barcelona; e Itziar González, la arquitecta y autora del libro Barcelona Pam a Pam, la edición ampliada del libro original de Alexandre Cirici, además de ex regidora del consistorio. Walking the City es un texto de arquitectura y urbanismo y también de la realidad social de los barrios y su transformación. Se refiere, por ejemplo, al peligro que tiene el distrito de Gràcia de sucumbir a la presión de la actividad turística, y cuenta cómo la presión de vecinos y plataformas modificó el proyecto de la plaza de Lesseps y la sorpresa general cuando empezaron a emerger los elementos esculturales diseñados por el arquitecto Albert Viaplana “con una fuerte carga autorreferencial”. El libro no está exento de cierta carga ideológica, como tampoco lo están algunos de los comentarios del inventor de los paseos, el catedrático Roca, que caminando por el 22@ se lamenta de la falta de voluntad política actual para proseguir con esa transformación del Poblenou.