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Salud niega que haya reducido la plantilla en los ambulatorios de Mataró

Los vecinos ocupan los centros de Cerdanyola y Rocafonda

El Instituto Catalán de la Salud (ICS) se reunirá hoy con los vecinos del barrio de Rocafonda de Mataró (Maresme), que llevan cerca de dos semanas encerrados en el ambulatorio para pedir que no trasladen a dos médicas interinas a otro centro de atención primaria. La protesta se ha extendido a los centros de Cerdanyola y de La Riera, aunque los vecinos pusieron fin ayer a la ocupación de este último. Los responsables del organismo público defienden que no se ha producido ningún ajuste de personal. “No es un recorte de plantilla. Queda exactamente como estaba”, explicó ayer Montserrat Figuerola, responsable de la zona del Barcelonès Norte y Maresme del ICS.

Ayer los vecinos seguían ocupando los CAP de Cerdanyola y Rocafonda. En este último estalló el descontento social a raíz del traslado de dos médicas. Allí han dormido cada noche entre una y dos docenas de vecinos. Uno de ellos ha sido Ramón Alcaraz, de 72 años, que lleva cuatro noches allí para reclamar que su doctora no se vaya. Figuerola matiza que ninguna de las dos “saldrá de la institución”, sino que se les ocupa la plaza. Además, añade, una de ellas de momento permanecerá en el centro.

Alcaraz también se queja de que se ha suprimido el servicio de mediación cultural que había en Rocafonda, un barrio con fuerte presencia de inmigración. El vecino opina que el servicio es esencial porque él vivió en Londres y en ocasiones tenía problemas para entender al médico, por lo que se vio obligado a acudir a la embajada.

Al respecto, Figuerola asegura que el ICS no había contado nunca con mediadores, y que en Mataró los hubo gracias a un acuerdo con el Ayuntamiento y La Caixa. Aun así, la responsable del ICS avanzó que la entidad está tratando de llegar a un acuerdo para volver a disponer de mediadores.

A los CAP acudieron ayer el economista Arcadi Oliveras y un representante de la Coordinadora en Defensa de la Sanidad Pública, quien explicó que los ambulatorios de Mataró tienen listas de espera de entre una y cinco semanas para atender a los pacientes.

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