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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Toni Cantó, a dos barajas

¿Es posible que un partido que en estos momentos carece de representación municipal en la tercera ciudad de España se hiciera con su alcaldía?

Toni Cantó ha lanzado una apuesta fuerte, muy fuerte. El domingo, en una entrevista publicada en estas páginas, se ofrecía para liderar la candidatura de UPyD a la alcaldía de Valencia. El envite podría parecer una locura sino fuera porque las encuestas auguran grandes cambios en el panorama electoral, con un escenario de geometría variable, en el que el exactor podría hacerse con el protagonismo de la función y al final con la vara de mando municipal.

¿Es posible que un partido que en estos momentos carece de representación municipal en la tercera ciudad de España se hiciera con su alcaldía? Pues sí, la posibilidad existe. Vayamos por partes. Las encuestas que este verano manejaban el PSPV-PSOE y Compromís preveían que, aún sin tener un candidato definido a la alcaldía, UPyD podría conseguir hasta cinco concejales en el Ayuntamiento. El cálculo no es en absoluto arriesgado, si tenemos en cuenta que en las pasadas elecciones generales el partido de Rosa Díez cosechó en la ciudad de Valencia un 7,59% de los votos y que en la Comunidad Valenciana pasó en sólo un año de 60.000 votantes de las autonómicas a 146.000 en las generales.

De hecho, con su acta por Valencia, Toni Cantó es el único de los cinco diputados del Congreso de UPyD que no ha sido elegido por la circunscripción de Madrid. Por lo tanto, no es descabellado aventurar, que dada la progresión del partido y con Cantó al frente de la candidatura, la tendencia que marcan las encuestas podría incluso acentuarse. Máxime teniendo en cuenta que aunque Joan Calabuig haya hecho una correcta labor de oposición, no ha conseguido una proyección pública capaz de rentabilizar la decadencia de Rita Barberá, algo que por otro lado le sucede al voto socialista en general frente al deterioro del PP. Y así, el pasado mes de junio, en una documentada crónica publicada por El Temps, el periodista Víctor Maceda ya apuntaba la posibilidad de que acabara fraguándose un pacto mediante el cual, ante una pérdida de la mayoría absoluta en el Ayuntamiento y en las Cortes Valencianas, con UPyD como partido bisagra, Alberto Fabra estaría dispuesto a ceder la Alcaldía al partido de Rosa Díez a cambio de mantener el gobierno de la Generalitat.

Claro que, en ese escenario de geometría variable, de conseguir un buen resultado, teóricamente UPyD también podría llegar a un acuerdo similar con la izquierda si su presencia fuera más decisiva que la de Compromís a la hora de una coalición mayoritaria con el PSPV y Esquerra Unida. De manera que con dos hipotéticos comodines en la mano, Cantó que con la entrevista del domingo acaba de pedir cartas en la partida por la alcaldía, tendría la baza de conseguir un repóquer juntándolos con un trío del PP, o bien una escalera si logra ligar las cartas del PSPV y de Esquerra Unida, en detrimento de Compromís.

En cualquier caso, conviene no olvidar que si Cantó consigue comodines es porque UPyD juega a dos barajas y pesca a capazos en los dos grandes caladeros de votos: los desencantados del PP y del PSOE. Pero si Esquerra Unida atrajera a más votantes socialistas y Compromís fuera capaz de sumar a antiguos votantes de Unión Valenciana, Cantó no tendría opción ni al repóquer ni a la escalera y su hipotética alcaldía de Valencia se caería como un castillo de naipes.

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