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El viejo arte chino moderno

Arts Santa Mònica rastrea el peso de la tradición en 52 piezas actuales de unos creadores cada vez más cotizados

Una composición de Shi Jinsong, que juega con la estética de la ceremonia del te.
Una composición de Shi Jinsong, que juega con la estética de la ceremonia del te.ARTS SANTA MÒNICA

Hace 18 años de la primera gran exposición de arte chino de vanguardia, que se organizó en el Centro de Arte Santa Mónica en 1995. Los artistas se habían recuperado de la transición cultural post maoísta, culminada con la participación china en la Bienal de Venecia de 1993 y las obras que se mostraban en Barcelona reunían todo el riesgo, el atrevimiento y el anhelo de cambio de aquella época.

Nada que ver con la pausada búsqueda introspectiva que caracteriza las obras de Pure Views. Transformaciones del arte chino contemporáneo, la exposición que puede verse ahora en el centro Arts Santa Mònica, la última con Vicenç Altaió como director del centro. La situación actual es completamente distinta y las obras son su fiel reflejo. En estos 18 años China se ha convertido en uno de los motores económicos del mundo y mientras en Occidente disminuye el interés por los derechos civiles de los chinos, la presencia de sus artistas en los circuitos internacionales se multiplica exponencialmente. Aunque incluso a los expertos les cuesta recordar sus nombres, el arte chino vende cada vez más.

“La transformación ha sido decisiva estos años”, dice el comisario

La muestra, abierta hasta el 28 de septiembre, ocupa todo el edificio con 52 obras, en su mayoría inéditas, creadas a partir del enunciado resumido en el título, que hace referencia al paisaje ideal, una suerte de imagen mental, representada por el facsímil de una obra de la Dinastía Song, de finales del XII, edad de oro de la pintura china.

Pure Views no representa sólo una nueva tendencia. Es una transformación decisiva, un cambio holístico, que se plasma en la integración racional y duradera de la civilización oriental y occidental”, explica el comisario Lu Peng, director del museo de arte contemporáneo de Chengdu, que lleva años estudiando las influencias de las disciplinas tradicionales en las prácticas contemporáneas. De hecho esta es su cuarta exposición de tesis. “La selección de obras y artistas es distinta en cada muestra, aunque todos comparten la premisa básica de despegar desde la tradición. En este caso se trata de piezas inspiradas en una obra del pasado”, indica Lu Peng, que por primera vez no se ha limitado a una selección de pinturas, sino que ha introducido también cinco vídeos, una escultura inspirada en los jardines tradicionales y una instalación que reproduce la ceremonia del té.

La muestra es la última con Vicenç Altaió como director del centro
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El apartado audiovisual es el que depara las sorpresas más agradables a partir de las obras de Jin Jiangbo —que consigue recrear la sensación de la lluvia y los pasos en el agua de una forma asombrosa— y de Qiu Auxiong, cuyos hipnóticos dibujos se crean bajo la mirada del visitante.

Los mundos fantasmagóricos hechos con pinturas acrílicas y rotuladores por Zhang Ya, una de las dos únicas mujeres seleccionadas, se compaginan en la muestra con los microcosmos entrelazados de Yue Minjun. Y en un continuo de sensaciones se añade la reinterpretación del puntillismo de Yang Mian y el paisaje creado con fragmentos de papel por Yang Qian. Todos ellos destacan por su peculiaridad en un panorama dominado por una pintura figurativa, matizada por aspectos oníricos, introspectivos y míticos, que crean un juego continuo de referencias entre el presente y el pasado, tanto oriental como occidental.

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