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“Soy un trovador, callejero y rumbero”

El Canijo, exlíder de Los Delinqüentes, esta de gira con su primer trabajo en solitario ‘El nuevo despertar de la farándula cósmica’ es una vuelta de tuerca al sonido 'garrapatero'

El Canijo de Jerez en una imagen promocional de su primer disco en solitario.
El Canijo de Jerez en una imagen promocional de su primer disco en solitario.

Como si fuera un circo o un carnaval farandulero, Marcos del Ojo (El Canijo de Jerez), acompañado de su nueva banda, Los fumadores galácticos, irrumpe en los escenarios con un carromato y su primer trabajo en solitario, El despertar de la farándula cósmica. El que fuera el cantante de Los Delinqüentes perdió sus musas hace un tiempo. Después de estar buscándolas en Australia, renovar su estética y convertirse en un gitano errante, El Canijo estrenó disco el 6 de noviembre. La vuelta de tuerca al sonido garrapatero, que caracterizó al grupo jerezano durante 15 años, se percibe en los acústicos callejeros, en el cajón flamenco de fondo, en que hay más percusión y guitarras de palos; sin faltar las letras positivas y desenfrenadas que dejan entrever la evolución del artista y su nuevo despertar. Ejemplo de ello es la canción que ha elegido como carta de presentación, El pequeño comediante.

“Es muy bonito ver cómo la gente poco a poco va cantando las canciones, porque en los primeros conciertos no se conocía bien el disco”, cuenta El Canijo, que ahora está de descanso por Navidad en la ciudad de la que ha tomado su apellido artístico, Jerez. En sus conciertos, aparte de tocar su nuevo trabajo en solitario, el público puede hacerse una idea de lo que se va a encontrar porque El Canijo entona temas del grupo con el que se dio a conocer en 2001 y del que salió su mayor éxito, El aire de la calle. “Los Delinqüentes hemos hecho siempre buenos espectáculos y yo quería hacer una cosa bastante grande. Hay mucha risa, mucha música y mucho cachondeo, que es de lo que se trata”.

El Canijo afirma que le apetecía hacer otra cosa, que necesitaba volver a encontrar las musas porque sentía que con el grupo ya estaba como “apático”. “No me encontraba a gusto, pero no con mis compañeros, que son gloria bendita, era más que nada que yo no encontraba mi inspiración”. El cantante jerezano se retiró en diciembre de 2011 a Australia. Entre estar en la playa y pasear por el campo decidió volverse a España, el mes ya había pasado. “Me traje un buen puñado de canciones y vine con la idea de sacar mi primer disco en solitario”.

El Canijo de Jerez, 'Sentimiento de caoba'.

“Me apetecía buscar caminos nuevos, alegría y amigos”. Poco a poco fue gestando la idea y a ella contribuyó su nueva banda. Juanito Makandé a las percusiones y a los coros, Fernando Lamadrid a los bajos y Pedro Pimentel y Fran Cortés a las guitarras flamencas. “Los he bautizado como Los fumadores galácticos, porque fumamos de todo menos tabaco”, cuenta entre risas.

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Madrid, Barcelona, Zaragoza, Málaga, Sevilla y cómo no, Jerez, han visto pasar el carromato de El Canijo. “Me lo hizo mi suegro Miguel Ángel. Se divide en varias partes, va montado en la furgoneta y cuando llegamos a los sitios lo sacamos. La verdad es que le da una onda muy farandulera. También llevamos una pancarta grande, pañuelos de colores, tiramos serpentinas, globos... Intentamos que el concierto sea un espectáculo”.

15 canciones marcan la diferencia con Los Delinqüentes, aunque los títulos siguen teniendo esos nombres raros que él les ponía, porque desde que falleció su compañero Miguel Benítez, El Canijo cogió la batuta de la composición. “Me gusta que nos alejemos de lo típico. No voy a ponerles Te quiero o Me voy a levantar, me gustan que sean diferentes a los demás”. De ahí los nombres como Sentimiento de caoba, El son de los traperos o El insoportable mosquito picón, que canta junto a Albert Plá. “Me considero un trovador, callejero y rumbero. Me gusta mucho inventarme historias de todo tipo. Como puedes ver en mi disco hablo de un cochino que vive en Extremadura y se llama Grisaldo o de Cin Esford, que es un pistolero”.

El Canijo prefiere frecuentar los mismos bares, es amigo de sus amigos, le gusta hacer reír a los demás y lo que él quiere en su disco es que el tiempo que la gente pasa escuchándolo se olvide de la crisis y de las penas. Con Los Delinqüentes salía al escenario con gorros de colores. Ahora en solitario, pero a su vez acompañado de Los fumadores galácticos, su nueva carrera está llena de colorido farandulero y errante.

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