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Tintas y pensamientos

Una galería donostiarra inaugura la próxima semana una muestra de Amable Arias que reúne dibujos junto a poemas inéditos

Una mujer coloca una de las obras de Amable Arias que se podrán ver en la galería donostiarra Ekain Arte Lanak a partir del próximo miércoles.
Una mujer coloca una de las obras de Amable Arias que se podrán ver en la galería donostiarra Ekain Arte Lanak a partir del próximo miércoles.JAVIER HERNÁNDEZ

Obras de Sartre, Simone de Beauvoir, Trotsky o Marx, entre muchos otros autores, figuraban en la biblioteca del pintor Amable Arias (Bembibre, León, 1927 - San Sebastián, 1984), que hoy se encuentra en un estudio de dos plantas en el barrio donostiarra de Egia. Aquí guarda Maru Rizo Castejón, la última compañera del pintor, la mayor colección de sus trabajos.

De aquí han salido una treintena de dibujos a tinta —una colección entera— y una docena de poemas, estos inéditos y nunca colocados en una muestra, para integrar Tintas japonesas y poéticas, la exposición que la galería Ekain Arte Lanak de San Sebastián inaugura el próximo miércoles y que permanecerá abierta hasta el 31 de octubre.

“Existe una clara diferenciación entre las obras pictóricas y los poemas que se van a exponer”, explica sonriente y emocionada Rizo, mientras pasea comentando otras obras de Arias por el estudio. “Por un lado, la obra plástica representa una mayor armonía; son algo lírico y suave. Luego están los escritos, que son políticos, brutos y directos”, añade.

Siempre le rondaban muchos proyectos”, dice su última compañera

Arias llegó a San Sebastián desde su localidad leonesa natal cuando tenía nueve años y en la capital guipuzcoana desarrolló toda su creatividad. El artista solo tuvo una educación básica y, por eso, al darse cuenta ya de adulto de su desconocimiento, decidió empezar a engullir a todos los autores que llegaban a sus manos, sin rigor o criterio selectivo alguno.

“Tiene una obra muy en consonancia con su vida. No es como con algunos autores en los que puedes desligar ambas”, asevera Rizo. Recuerda luego que Arias siempre vivió en la marginación y pobreza, hasta su muerte por un fallo renal.

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La exposición permanecerá abierta hasta finales del próximo octubre

“Poseía demasiada imaginación y siempre le rondaban muchos proyectos por la cabeza”, prosigue. “Se le mezclaban ideas mientras trabajaba en otra cosa y dejaba de lado lo que estuviera haciendo para seguir con la nueva idea. ¡Tenía exceso de pensamiento!”, ríe.

Rizo rememora el proceso creativo del autor: “Lo que hacía era visualizar la obra y luego buscar los medios necesarios para realizarla. Pero, como siempre fue pobre, muchas ideas nunca se desarrollaron”. Junto a su producción en óleo, cifrada en unos 300 cuadros, es ingente la cantidad de trabajos que realizó en papel.

Rizo finaliza el recorrido por el estudio explicando que, “pese a que la obra de Amable sea exigente y chocante”, está segura de que se irá conociendo más. Y por eso sigue cuidándola, aunque cuando le llegue ese reconocimiento que aguarda ella ya “ni siquiera exista”.

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