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Último capítulo de un cisma

Ezker Anitza rechaza de forma definitiva la coalición con EB por su falta de “etica política” Ambos partidos corren riesgo de quedar fuera de la Cámara

Ezker Anitza-IU no concurrirá definitivamente a las autonómicas del 21 de octubre en coalición con Ezker Batua (EB), según ha decidido su presidencia. El portavoz de EB, José Navas, había solicitado de nuevo —ya lo hizo en las generales del pasado noviembre— la unión de ambos partidos alegando que había llegado el momento de “cerrar heridas” entre las dos formaciones escindidas y “abrir nuevos tiempos de entendimiento”.

Pese a que el último Euskobarómetro, difundido en julio, señala que Ezker Anitza no repetirá su escaño en el Parlamento —elegido bajo las siglas de EB—, su coordinador general, Mikel Arana, rechazó la coalición al carecer los proponentes de “criterios de ética política”. La frase denota que las heridas, por mucho que Navas se empeñe en defender lo contrario, siguen abiertas y sangrantes.

La polémica entre las dos corrientes de lo que fue un mismo partido, Ezker Batua, se remonta a mayo de 2010, cuando el entonces coordinador general de la formación, Javier Madrazo, expulsó a nueve miembros del Consejo Político para no perder el control de la organización.

El cisma definitivo se produjo al airear el PNV de Álava las exigencias impuestas por Madrazo a cambio de los dos votos que le iban a permitir conservar el poder en la Diputación de Álava tras las elecciones forales de mayo de 2011.

Además de un crédito de 600.000 euros, el excoordinador general de EB exigió la colocación de 39 de sus afiliados en organismos sociales y culturales, un puesto en el Consejo de Administración de Caja Vital y otro para su hermana en la Obra Social de la BBK. El PNV se negó y las dos junteras de EB votaron a su propia candidata, Nerea Gálvez, con lo que el PP, apoyado por el PSE, alcanzó el poder en la institución foral.

EB había instado a “cerrar heridas” tras la ruptura y la pelea por las siglas
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Tras el escándalo, Madrazo anunció su marcha de EB —dirigentes del partido defendieron que se fue para que no le echaran— y se recrudeció el conflicto entre las dos corrientes, que acabaron escindiéndose y creando dos partidos distintos para las elecciones generales del pasado noviembre. Un juzgado determinó que los madracistas conservaran las siglas EB, mientras que los aranistas, que contaban con el apoyo de la dirección federal de IU, fundaron Ezker Anitza.

Ahora, con las autonómicas a la vuelta de la esquina y ante las malas previsiones de voto para las dos formaciones —ambas se quedarían fuera de la Cámara, según el Euskobarómetro—, Navas propone hacer borrón y cuenta nueva y acudir en coalición. Pero en Ezker Anitza no están por la labor. “La convergencia requiere de diferentes condicionantes que no se dan: compartir un programa político, la visión de lo que debe ser el papel de la izquierda y, sobre todo, basarse en unos criterios de ética política de los que EB ha demostrado carecer”, justificó Arana a EL PAÍS.

El parlamentario adelantó que su partido “lleva meses” trabajando en otras confluencias. Citó acercamientos con Equo, Anticapitalistas, Gorripideak y algunos independientes para conformar “un frente amplio de propuesta anticapitalista”. No obstante, aclaró que para la presidencia de su partido la unión electoral “no es una prioridad”.

Los resultados de las elecciones generales de noviembre alimentan el optimismo de los dirigentes de Ezker Anitza. La formación sumó 43.522 votos, solo 7.000 menos que en las generales de 2008. En la cita con las urnas del 21 de octubre, esa cifra se traduciría en dos parlamentarios: uno en Álava y otro en Bizkaia. “De todos modos, nosotros no hacemos cálculos electorales, no es nuestro modelo de hacer política”, aseveró Arana.

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