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Media docena de municipios de Cádiz se quedan sin dinero para los sueldos

Los Ayuntamientos esperan un plan de emergencia para pagar las nóminas

Encierro de protesta de policías locales en La Línea de la Concepción.
Encierro de protesta de policías locales en La Línea de la Concepción.MARCOS MORENO

Ocurre en Prado del Rey. Los trabajadores de su Ayuntamiento cobraron la semana pasada. Pero lo que recibieron fue la nómina de abril. Sucede en Puerto Serrano. Allí los empleados esperan los sueldos de dos meses y medio. Tampoco saben cuándo cobrarán los operarios municipales de Alcalá de los Gazules. En Barbate se contentan con haber cobrado el 15% de la paga de julio. Mucho es teniendo en cuenta que hace nada les debían cinco nóminas. En Los Barrios y La Línea les deben tanto que ni siquiera se ponen de acuerdo en cuál fue la última paga cobrada. Media docena de Ayuntamientos de la provincia de Cádiz se enfrentan a una situación tan delicada, que ni lo básico, los sueldos de su plantilla, está garantizado. Sus alcaldes esperan de la Diputación un plan de emergencia para salvarles.

La ruina no entiende partidos políticos. Se da la circunstancia de que los consistorios con más problemas para pagar en Cádiz están gobernados por los cuatro partidos principales: PP, PSOE, IU y PA. Ni siquiera pueden achacarlos a herencias generales porque también tuvieron diferentes colores en el pasado. En Alcalá de los Gazules hasta gobierna una extraña coalición de PP e IU. Afecta a pueblos pequeños como Prado del Rey, Puerto Serrano o Alcalá, con apenas 6.000 habitantes, municipios medianos como Los Barrios o Barbate, con 22.000, y ciudades más grandes y cargadas de conflictos como La Línea, con más de 64.000.

En Prado del Rey gobierna ahora el PP. Su deuda actual asciende a 14 millones de euros, según calcula su concejala de Hacienda, Vanesa Beltrán. Sus cuentas pendientes con la Seguridad Social le imposibilitan recibir ningún ingreso del Estado. “Acabamos de pagar la nómina de abril y esperamos que, en breve, podamos hacer lo mismo con la de mayo y junio”, anuncia, aunque sin triunfalismo, sabedora de que resuelve un problema inmediato pero no su falta de liquidez. El Ayuntamiento tiene actualmente 60 trabajadores. “Lo que no queremos es despedir a nadie. Quizá tengamos que reducir sueldos. Estamos a la espera de un estudio laboral de la Diputación”, resalta Beltrán. Es la Administración provincial la encargada de recaudar los impuestos y de auxiliar a los Ayuntamientos con mayores problemas con anticipos de esos ingresos.

Las colchonetas de Alcalá

Alcalá de los Gazules debe tres nóminas y media a su algo más de medio centenar de trabajadores municipales. El actual gobierno, formado por PP e IU, no se responsabiliza de esta situación económica, a pesar de que estos problemas de impago son inéditos en la historia de este Ayuntamiento. Para justificarse, y ante el inicio de movilizaciones de los afectados, ha emprendido una campaña para divulgar los supuestos gastos suntuosos heredados del anterior alcalde, Arsenio Cordero, del PSOE. De los cajones han salido facturas de colchonetas, álbumes de fotos y orlas escolares pagadas supuestamente con dinero público para “simpatizantes” de los socialistas. También recae en la herencia socialista el haber tenido que pagar ahora con retraso elevadas deudas a los proveedores, entre ellas, un concierto valorado en 90.000 euros.

PP e IU gobiernan Alcalá desde hace un año pero es ahora cuando divulgan estos gastos. El PSOE no les da credibilidad ninguna. “Son un gobierno inexperto e ineficaz. Quisieron pagar a los proveedores y no se dieron cuenta de que se quedaban sin liquidez para las nóminas”, alerta el ex alcalde Arsenio Cordero. “Yo dejé 250.000 euros en la caja y ningún retraso en las nóminas. Esa es mi herencia”, se defiende. Los trabajadores municipales se concentrarán el viernes frente al Ayuntamiento. Será su primera protesta. Después la repetirán cada miércoles. Y si no cobran antes del 20 de agosto pararán para la venidera feria, prevista para el 25.

Pero estos adelantos ya no son suficientes. “Necesitamos un plan de emergencia. Lo esperamos en septiembre”, desea Beltrán. Una nueva línea de financiación es lo que pide Pedro Ruiz, alcalde de IU en la localidad vecina de Puerto Serrano. Pagar a sus 90 trabajadores cuesta cada mes 130.000 euros. “No nos llega. No tenemos ese dinero. Todo son recortes de ingresos y los gastos suben porque debemos afrontar gastos de luz, agua o, incluso, hipotecas de vecinos que no pueden pagar los recibos”, revela. Es el más directo a la hora de explicar la situación que vive a diario. “Estamos para cerrar las puertas. Para darles las llaves al consejero de Gobernación o al ministro Montoro y que gestione esto. Él, que tan bien recorta, a ver si es capaz de gobernar aquí”.

Ruiz, como otros alcaldes, siente que ha dejado de ser un gobernante. Ahora es un buscador de dinero. Le ocurre también al alcalde de Barbate, el socialista Rafael Quirós, que desde hace meses dedica gran parte de su actividad diaria a seguir el rastro del dinero con el que pagar las nóminas de sus 400 trabajadores. Ahora solo debe un 15% de la paga de julio y parte de la extraordinaria de verano. De momento, y a pesar de que llegó a deber cinco nóminas, no ha amagado con despedir a nadie. Un camino que sí ha emprendido María José García Pelayo, del PP, en Jerez, que tiene en marcha un Expediente de Regulación de Empleo para echar a 300 empleados municipales.

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En el camino emprendido por Los Barrios, gobernado por el PA, aunque recortar 178 puestos de trabajo no le ha salvado de los impagos. Debe tres sueldos y la extra de verano. En total, 1,75 millones de euros a sus actuales 300 empleados. También La Línea, del PSOE, sigue con problemas. El pasado mes pagó la extra de verano. Pero la de 2011. CSIF denunció esta semana que se deben todavía ocho nóminas.

Son Ayuntamientos que ansían que el PP apruebe en septiembre un plan reclamado por todos los partidos en la Diputación. Queda concretar cuánto dinero se necesitará y qué condiciones habrá para recibirlo. En muchos de estos consistorios ya se han convocado movilizaciones. Las protestas de unos empleados que trabajan pero que no saben cuándo cobrarán.

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