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DEPORTES | PELOTA

Olaizola II, una feliz tacada de 15 tantos

El delantero de Asegarce consigue su tercer título del Manomanista ante un fallón Irujo con un holgado marcador (22-7). La final se diluyó a partir de la igualada a siete tantos

Olaizola II golpea la pelota con Irujo a la espera.
Olaizola II golpea la pelota con Irujo a la espera.MIGUEL TOÑA (EFE)

Demasiada expectación para tan deslucido final. Una tacada consecutiva de 15 tantos acabó ayer con la emoción que se intuía en la ansiada final del Manomanista, disputada en el abarrotado frontón Bizkaia, el escenario que toda empresa deseada. Olaizola II se deshizo de un desdibujado y fallón Irujo (22-7) con una claridad que nadie imaginaba, aunque el dinero, eso sí, salió a su favor.

Este tipo de espectáculos están bendecidos por la emoción, a la que sazona debidamente la rivalidad. Cuando se trata del deporte hay que elegir aunque no apuestes: eres del Athletic o de la Real, de Irujo o de Olaizola, del Gescrap o del Caja Laboral —a partir de ahora, Lagun Aro entrará en la disputa—, de Kaiku o de Orio. En esta ocasión solo estaba claro que ganaba Navarra, donde está el trono a excepción hecha del reciente título del vascofrancés Xala.

Pero en esta ocasión quizá había más emoción. Los dos finalistas venían de liquidar sin reparos a sus rivales anteriores. Incluso, ante la fiereza habitual de Irujo se le cruzaba la frescura de Olaizola II, con tiempo suficiente para recuperarse de su molesta lesión. Todo fue un espejismo demasiado pronto.

Había empezado la final con todos los ingredientes: saques, rapidez, errores y dejadas preciosas. Al parecer, se consumió con excesiva rapidez. Bastó el segundo empate, con la igualada a siete tantos, para que Olaizola decidiera zanjar el debate. Se fue hasta el último cartón, hasta el título con una plena seguridad en su garrote derecho, sobre todo, ante la creciente desesperación de Irujo, que acabó por perder los papeles. De hecho, rompió una silla de una patada y arrebató a un juez una cartulina de descansos reglamentarios ante la protesta de los seguidores de Olaizola.

Todo se resolvió en 46 minutos, después de seguir 253 pelotazos (la mitad, hasta el empate a 6). Con su incuestionable título, el delantero de Asegarce, que se lució con siete saques bien arrimados a la pared izquierda, logra su tercera txapela. A la altura de Gallastegui y Eugi, precisamente ayer botillero de Irujo.

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