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Etcheverría, el banquero de siempre

Javier Etcheverría, en la escalera de su pazo.
Javier Etcheverría, en la escalera de su pazo.XURXO LOBATO

Debajo de los fuegos artificiales de la disputa entre Ted y Caballo había un punto importante: las zapatillas de correr eran quizás la fuerza más nociva a la que se habían enfrentado los pies humanos. (Born tu run, McDougall).

Correr descalzo, o barefoot running, se ha convertido en una moda imparable desde la publicación en 2009 de este libro que ha roto todos los esquemas de la actividad deportiva más practicada en el mundo entero: correr. Ahora resulta que, después de una apabullante evolución de la zapatilla deportiva, nos encontramos, según esta corriente, con que es más saludable para el pie correr descalzo.

Uno de los capítulos, aún sin concluir, más relevantes de la crisis mundial actual ha tenido a la banca como triste protagonista: a su incapacidad para prevenirla y a la virulencia con que, a su vez, la ha trasmitido multiplicando sus efectos nocivos.

Todos entendemos necesario un cambio de paradigma, un nuevo modelo de hacer banca, pero parece que la única receta que se ha prescrito como solución es el tamaño: entidades enormes capaces de una gran diversificación en riesgos, con un fácil acceso a mercados para obtención de financiación y captación de recursos propios. Es decir, seguir en la línea de la evolución de la banca, como las zapatillas.

Llegados a este punto deberíamos pensar si realmente queremos ese modelo de banca o si el futuro no debería contemplar una vuelta a un modelo, al menos para la atención a las familias y pymes, donde prime la cercanía sobre el tamaño, de recíproco conocimiento entre clientes y banqueros y con soluciones más sencillas y adaptadas a cada caso, por supuesto, sin menoscabo de la eficiencia y la solvencia. En definitiva una banca tradicional o, por qué no, bare banking.

Peldaños

  • Nació en A Coruña en el año 1933.
  • Estudió la carrera de Derecho en la Universidad Central de Madrid, que posteriormente fue rebautizada como Universidad Complutense.
  • 1956. Se incorpora al Banco Etcheverría.
  • 1959. Es nombrado director general de la entidad.
  • 1982. Nombrado presidente del Banco Etcheverría, el banco más antiguo de España.
  • Miembro de la Asociación de la Banca Española (AEB).
  • Patrono en Funed.
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Para encontrar un modelo semejante no tenemos que irnos muy lejos en busca de antiguas tribus, como la de los tarahumaras, capaces de correr casi descalzos por horas, sin apenas cansancio. El mejor ejemplo, en el caso de la banca, lo tenemos aquí, en Galicia, y desde 1717 lo practica el Banco Etcheverría, fiel a una tradición secular de hacer banca personal. Al frente se encuentra Javier Etcheverría, su presidente, que representa como nadie esta forma de entender la banca. Austeridad, prudencia y discreción son los pilares sobre los que se construye no solo el banco sino también su propia forma de entender la vida.

Su entrega y dedicación al banco es absoluta, presume de que el Etcheverría es el único banco donde cualquier cliente, por pequeño que sea, puede ser recibido y atendido directamente por su presidente y participa a diario en el comité de riesgos de la entidad, aun cuando delegó hace ya tiempo la dirección efectiva en su consejero delegado, Francisco Botas.

En sus ratos libres, es fácil verlo, durante el invierno, disfrutando de un concierto de la Orquesta Sinfónica de Galicia, o, en verano, fondeado a bordo de un discreto barco en la playa de Mera. O cuidando de uno de los ejemplos más señeros de la jardinería tradicional gallega o, quizás, presumiendo, lejos de localismos mal entendidos, de la que, a su entender, es la “ciudad” más importante de Galicia: Betanzos.

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