_
_
_
_
_

El teatro gallego teme “más represalias” de Cultura

“Temo que habrá más represalias contra personas, colectivos y compañías”. Así lo expresa Salvador del Río, presidente de Escena Galega, la asociación que agrupa a las compañías de teatro del país. En su opinión, el despido sin explicaciones de la directora del Centro Dramático Galego (CDG), Blanca Cendán, recién presentada la temporada, es el señuelo de una nueva época en la relación con la Consellería de Cultura. No hay precedentes.

 En el blanco de las críticas repite el gerente de Industrias Culturais, Juan Carlos Fasero. Fue él quien entregó la carta de despido firmada por el conselleiro de Cultura y Educación, Jesús Vázquez. Y de él provino, según Cendán, la única explicación: “Me dijo que no podía ceder el Salón Teatro de Santiago para un acto reivindicativo”. Ese acto —la fiesta del Día Mundial del Teatro, este martes—, ya no se celebrará en dependencias del teatro público, según las compañías, que lo debatirán la víspera: “No pensamos entrar porque seguramente estará cerrado”, augura Del Río. “Pensamos en pedir el Teatro Principal, pero teniendo en cuenta cómo está el Concello de Santiago [en referencia a la retirada del espectáculo de Leo Bassi]…”.

El poeta, dramaturgo y performer Carlos Santiago, que dirigió Salomé, primer montaje del CDG bajo la égida de Cendán, opina “dejando eso aparte”. “Que despidan sin dar razones a la primera directora del Centro Dramático elegida por concurso público es inmoral”, resume. Para el primer director del CDG, Eduardo Alonso, crítico con la gestión de Cendán, “si la única razón que tenemos para justificar su despido es la que da ella, es simplemente un acto de agresión. El Salón Teatro es de la escena y, sobre todo, de los ciudadanos”. “Si hay otras razones, como mínimo es inoportuno, pero es que no han dicho nada”. Nadie duda de que al CDG le espera la sequía.

30 años perdidos

El sustituto de Miguel Martín al frente de la Axencia Galega das Industrias Culturais fue entonces Juan Carlos Fernández Fasero, proveniente del mundo folk y concejal del PP en Arnoia, que enseguida cuestionó la función del CDG. Danza Escénica Galega pidió su cese por “falta de gestión” y por el despojamiento del Centro Coreográfico Galego. El responsable de Agadic no atendió las llamadas de este periódico en los últimos días. Para Eduardo Alonso, lo que se ve “en la política de Agadic es el desmantelamiento progresivo de todo lo creado durante los últimos 30 años.”

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_