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ORQUESTA SINFÓNICA DE BILBAO

Cumpleaños de gigante

272 intérpretes afrontan una obra de Schönberg para celebrar el 90º aniversario de la BOS Su envergadura dificulta su presentación

El tenor Stig Andersen, anoche en un ensayo de los Gurre Lieder de Schönberg, bajo la dirección de Neuhold.
El tenor Stig Andersen, anoche en un ensayo de los Gurre Lieder de Schönberg, bajo la dirección de Neuhold.SANTOS CIRILO

Cuando Günter Neuhold asumió en 2008 la dirección artística de la Orquesta Sinfónica de Bilbao (BOS) anunció su deseo de interpretar Gurre Lieder (“Las canciones de Gurre), una composición del austriaco Arnold Schönberg (Viena, 1874-Los Ángeles, 1951) que por su envergadura no entra en el repertorio más habitual. No son solo las dificultades técnicas lo que aleja la obra de los auditorios. Gurre Lieder requiere, prácticamente, la participación de dos orquestas, más un coro numeroso y cinco solistas que se enfrentan a una partitura muy exigente. El deseo de Neuhold se cumplirá mañana para celebrar el 90º aniversario de la BOS con 272 intérpretes sobre el escenario (Palacio Euskalduna. 8 y 9 de marzo; 20.00).

En su primer concierto la Sinfónica interpretó en el Teatro Arriaga la Sinfonía del nuevo mundo, de Dvorak. El concierto del 80º aniversario miró al camino recorrido desde el 8 de marzo de 1922 e incluyó en el programa, además de la pieza inaugural de Dvorak, obras de compositores vinculados a la historia de la BOS, como Arriaga, Arámbarri, y Bernaola.

El director de la Sinfónica mostró ya en 2008 su deseo de abordar la pieza

La apuesta resulta más arriesgada en la celebración de este 90º aniversario. El nombre de Schönberg está asociado a la música atonal y la creación del dodecafonismo, pero no es el caso de Gurre Lieder, canciones escritas sobre un poema del danés Jens Peter Jacobsen al comienzo de su carrera antes de que comenzara a experimentar con la nueva composición.

El director técnico de la BOS, Borja Pujol, recuerda que las canciones de Schönberg que la BOS tocará esta semana constituyen la última obra romántica del autor y están relacionadas con la música de Wagner o Mahler. “Es una historia de amor con final trágico, en la que hay autores que hablan de una nebulosa de belleza dorada que recuerda a los cuadros de Klimt”, señala.

La partitura está escrita antes de que Schönberg entrara en el dodecafonismo
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Para los intérpretes tocar los 100 minutos de música de Gurre Lieder es una oportunidad que no se presenta muchas veces a lo largo de una carrera. En el País Vasco será la primera vez que suene la obra, aunque en una versión para una orquesta más reducida que realizó un discípulo del autor. En España nunca se ha interpretado esta versión reducida, que aún así requiere una orquesta de 99 músicos, a los que se sumarán en el Euskalduna los 165 cantantes de los coros Easo, Andra Mari y Araba.

Ese batallón de voces acompañará a los cinco solistas y un narrador que cierran la lista de intérpretes que requieren las canciones de Schönberg. Pujol define la obra como una música exuberante, que a los grandísimos medios instrumentales y vocales que exige añade una extrema delicadeza. “Dentro de una orquestación potente aparecen muchos detalles”, explica.

EVA LARRAURI

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