¿Qué hace con su tiempo tu generación? Datos de lectura, juegos, música o Netflix

¿Cuál es la actividad de ocio más cotidiana en España? Durante décadas, la respuesta era obvia: ver la televisión. Pero eso ya pasó. El gran pasatiempo de 2024 es consultar las redes sociales: un 68% lo hace a diario. Como muestra el gráfico, hay tantos usuarios semanales de las redes sociales (85%) como personas que ven la tele (83%).

Estos datos provienen de una encuesta de 40dB. para El País y la SER, en la que 2.000 personas respondieron no solo sobre sus hábitos de lectura —como ya contamos aquí— sino también sobre otras formas de ocio. Sus respuestas muestran una clara digitalización: hoy las redes compiten con la tele, las series en streaming con la radio, y los videojuegos en el móvil se han vuelto tan comunes como los libros.

Además, los cambios se vuelven espectaculares cuando los analizamos por generaciones.

Series para todos, tele para mayores

La televisión lineal se ha convertido en un ocio sobre todo “senior”: la ven a diario el 80% de los mayores de 60 años, frente a solo el 29% de los jóvenes. Entre los chicos de 18 a 27, la cifra baja hasta el 21%. Estos datos apuntan al desplome del reinado tradicional de la tele.

En cambio, las series y películas por streaming sí han roto la barrera generacional: alrededor del 30% de los hombres y el 40% de las mujeres de todas las edades las ven casi a diario. No es una sorpresa, pero sí significativo: estas plataformas no existían hace apenas 10 años y ya son un hábito transversal.

Videojuegos: un éxito silencioso

Otra novedad es el ascenso silencioso del videojuego: el 40% de los españoles admite jugar con el móvil al menos tres días por semana. Es una cifra enorme, y además sorprende quién juega, porque las diferencias por sexo o edad no son las que muchos esperan: hay jugadores de todas las edades y tantas mujeres como hombres.

Me encanta el detalle de las mujeres de más de 60 años: una de cada tres juega con el móvil, más del doble que los hombres de su edad.

Este patrón se repite en más actividades: las mujeres mayores ven más series, consultan más sus redes y leen más libros que los hombres de su generación. La radio convencional es el último bastión masculino.

Las consolas ya son de cuarentones

Si el móvil es el terreno de juego universal, las consolas y los juegos de ordenador siguen siendo masculinos, pero no tanto juveniles. Juegan un 38% de los hombres millennials (28-43 años) y un 21% de la generación X (44-59 años). Las consolas parecen haber envejecido con sus primeros usuarios, que mantienen el hábito.

La lectura resiste

Entre tanta transformación digital, los libros perduran. Un 39% de los españoles leen (o al menos lo declaran) más de tres días por semana. La lectura es más común con la edad, y siempre más frecuente entre mujeres, pero también cuenta con muchos lectores jóvenes.

La radio envejece, la música es joven

Como la televisión, la radio tiene un perfil envejecido: la escuchan a diario sobre todo quienes superan los 40 años. La mitad de los hombres de la generación X lo hacen, frente a apenas un 10% de los jóvenes de la generación Z.

¿Qué es lo que sí hacen los jóvenes? Muchos escuchan podcasts —el 60% cada semana—, y una gran mayoría escucha música en streaming. Un 49% de los chicos de 18-27 años y un 58% de las chicas ponen Spotify u otras plataformas casi a diario.

¿Y la clase social?

Las diferencias por nivel socioeconómico no son gigantescas, pero existen, y tienen un patrón claro: las personas de clase media-alta y alta dedican más tiempo a casi todo. Escuchan más música, ven más series y consultan más Instagram, Facebook o Twitter. ¿Cuál es la excepción? La televisión, que sigue más arraigada entre las clases más bajas (66% la ve a diario, frente al 54% entre las más altas). Entre las personas con menos recursos hay más jugadores de consolas, y, contra el tópico, casi los mismos lectores de libros.

En definitiva, el ocio se ha digitalizado y diversificado. La tele ya no es el rey absoluto, las redes y las series dominan, los videojuegos se han normalizado, y las mujeres mayores rompen estereotipos tecnológicos. Cada generación encuentra sus propias formas de disfrutar. Es un panorama más variado, accesible y, en cierto modo, quizás más rico que nunca.