LIBROS | CRÍTICA DE 'EL SUEÑO DEL CÍCLOPE'

‘El sueño del cíclope’, maestría narrativa

Jerónimo Andreu se adentra con su segunda novela en el mundo de la cibernética, las criptomonedas y el espionaje contra la delincuencia internacional

Vista de Gibraltar desde La Línea de la Concepción.Frank Herrmann (Getty Images)

06 ago 2022 - 05:30CEST

Para alegría de los amantes de la novela negra española, hay que celebrar el retorno de Joseph Sánchez, el agente expulsado de la policía gibraltareña que protagonizó En el vientre de la roca, la primera novela del escritor gaditano Jerónimo Andreu. Lo hace con El sueño del cíclope. En aquel debut, su autor demostró una madurez narrativa y un dominio del género sorprendente en una primera obra de ficción. La suya era la madurez no del que domina un género concreto, sino el arte de la novela en general.

Si en la primera entrega Sánchez —un llanito (como se llama a los nacidos en el Peñón)— se ocupó como detective privado de la búsqueda de una chica desaparecida para mostrar la miseria moral que se esconde tras el glamour de Marbella, en El sueño del cíclope cambia de registro para internarse en el mundo de la cibernética, las criptomonedas y el espionaje contra la delincuencia internacional. Joseph Sánchez, recién salido de una crisis alcohólica, se convierte esta vez en un espía contratado por el M16, el servicio secreto británico.

Pero las cosas se complican. Se tuercen los primeros pasos para investigar los movimientos de un abogado famoso del Peñón. Para acabar de estropearlo todo, se cruza en su camino una chica marroquí, de la que hizo de padre adoptivo y a la que intenta localizar sin sospechar las consecuencias de esa decisión.

Como en el caso de En el vientre de la roca, la factura narrativa de Andreu sigue siendo excelente. Ningún lugar común. Por momentos hay incluso un interesante deslizamiento de la novela de espías al thriller de acción: no faltan huidas por los tejados, ni enfrentamientos a puñetazos o soluciones casi olímpicas para zafarse de un peligroso delincuente. Los golpes se describen casi milímetro a milímetro: vemos las venas hincharse, la circulación de la sangre por dentro y fuera del cuerpo. Son descripciones casi hiperrealistas que parecen más fundamentadas en la fisiología que en el arte literario de la descripción, que también.

Yo diría que de los escritores de novela negra aparecidos en los últimos años, Jerónimo Andreu es, junto a Rosa Ribas, el mejor.