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El orientalismo ‘queer’ de los príncipes y esclavos

El ensayo ‘El cuerpo sin límite’ de Roberta Previtera analiza la obra de los pintores Gabriel Morcillo y Antonio Fabrés, que gozó de la admiración de los militares golpistas de 1936

'Descanso del guerrero' (1878), de Antonio Fabrés.
'Descanso del guerrero' (1878), de Antonio Fabrés.

En el campo del pensamiento, la buena voluntad existe, pero a veces no sabe muy bien adónde se dirige. Es la impresión que deja la lectura de El cuerpo sin límite, de la especialista en estudios hispánicos Roberta Previtera (Nápoles, 1986), en su intento por compensar el “olvido” de estudiosos como Edward Said que, opina la autora, ignoraron el Al Andalus en su reflexión sobre la dicotomía Oriente/Occidente. Lo hace abordando la obra de dos orientalistas herederos de la estética de Mariano Fortuny y Marsal: Antonio Fabrés i Costa (Barcelona, 1854-Roma, 1938) y Gabriel Morcillo (Granada, 1887-1973). Ambos gozaron de gran éxito en vida, hasta el punto de que alimentaron el “filomorunismo” de los oficiales que participaron en el golpe de Estado de 1936 (Morcillo fue retratista oficial de Franco), altos cargos —represores y reprimidos— del régimen nazi y peronistas, que adquirieron a destajo sus pinturas.

A diferencia de Fortuny, ambos tuvieron un contacto “de segunda mano” con el mundo oriental. Fabrés vivió en Roma y México (fue profesor de Diego Rivera y Clemente Orozco en la Academia de Bellas Artes de San Carlos), nunca pisó el norte de África. Y Morcillo no salió de España. El Albaicín y los cuentos de Washing­ton Irwin surtieron su carmen imaginario, donde situaba sus modelos semidesnudos, prácticamente todos masculinos, que sirvieron para sus cuadros de “estética pacotillera”, dice Previtera, “al estilo de los que decoraban el hotel Alhambra Palace” en situaciones de imaginario sadomaso a lo Pierre & Gilles.

La cita que encabeza el libro es de Paul Preciado, así que no deja dudas de su enfoque tan à la page, con conceptos prestados de Butler (teatralidad) y Sontag (camp). En su crítica formalista de los cuerpos (príncipes y esclavos), posturas y escenificación en harenes, Previtera decide que “nos encontramos ante personajes que trascienden el binarismo masculino/femenino prescrito por la concepción heterocéntrica de los géneros, y asumen su condición queer”. Cabe preguntarse por qué la autora, en su audacia, no ha querido iluminarnos más sobre el misterio de los vínculos de esas “ensoñaciones orientalistas” con el poder.

portada 'el cuerpo sin límite', ROBERTA PREVITERA. EDITORIAL CUADERNOS DE VIGÍA

El cuerpo sin límite 

Autora: Roberta Previtera.


Editorial: Cuadernos del Vigía, 2021.


Formato: tapa blanda (105 páginas. 19 euros).

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