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Milei mide su fuerza en el Congreso argentino

Los diputados debaten este miércoles la ley de desguace del Estado propuesta por el Gobierno después de un mes de negociaciones y desencuentros

Agentes de policía resguardan el Congreso Nacional durante las protestas por la reforma económica de Javier Milei.Foto: Agustin Marcarian (Reuters) | Vídeo: Reuters
José Pablo Criales

El Congreso argentino debate desde este miércoles la refundación nacional que propone el presidente Javier Milei. Tras un mes de negociaciones, los diputados han comenzado a discutir la megaley que el presidente presentó el pasado 28 de diciembre con 664 artículos, entre los que buscaba facultades legislativas de emergencia, la potestad para vender las empresas del Estado y hasta la modificación del sistema electoral. El proyecto ha quedado en menos de 400 puntos mientras el Gobierno busca un consenso que, a última hora del martes, no estaba asegurado.

La sesión quedó abierta pasadas las diez de la mañana con la presencia de 137 diputados. Milei necesitaba que al menos 129 diputados de los 257 que componen la Cámara baja del Congreso se presenten al debate para habilitarlo. El quórum quedó garantizado con los 38 escaños propios del oficialismo, que es la primera minoría en diputados, con los 37 del PRO del expresidente conservador Mauricio Macri, los 34 de la centroderechista Unión Cívica Radical (UCR), y un amplio bloque de fuerzas federales y otros grupos minoritarios, además de algunos legisladores de la alianza peronista Unión por la Patria y la izquierda, que se oponen al proyecto.

Ha sido un día de tensión en Buenos Aires. La discusión se extendió durante todo el día, el tercero de una ola de calor que se extenderá en la capital argentina durante dos semanas, mientras cientos de manifestantes se reunían en la plaza frente al Congreso. “Unidad de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode, se jode”, cantaban los manifestantes ante el avance de la policía federal, que bloqueó las calles con gas pimienta, escudos, bloques de oficiales en motocicletas y camiones hidrantes para contenerlos en las veredas. Mientras la policía golpeaba manifestantes en la calle al final de la tarde, dentro del recinto el debate se extendía ya durante más de nueve horas.

El camino será largo. Solo el PRO había garantizado que “apoyará todo” el proyecto. “Por parte nuestra está garantizado el quórum y la votación en general”, dijo el martes por la tarde el jefe del bloque, Cristian Ritondo, tras la última reunión de su equipo. Rodrigo de Loredo, jefe del bloque de la UCR, afirmó que su bloque también acompañará la votación “a pesar de la desorganización con la que el Ejecutivo encaró el tratamiento” y “los agravios vertidos”. Daremos las herramientas para que un gobierno que recién inicia pueda llevar adelante su plan de gestión. Exigimos una sesión razonable en su proceder. Circos romanos, no”, escribió el martes por la mañana en sus redes sociales tras la última reunión de sus diputados.

La sesión, inicialmente convocada para este martes, se estancó la semana pasada, mientras el Gobierno negociaba concesiones en algunos puntos de la ley y Milei repartía agravios a los opositores en las redes sociales y trascendidos a la prensa. La reforma del sistema que mide los aumentos de las jubilaciones y la subida de los impuestos a las exportaciones regionales terminaron de enfrentar al Gobierno con la mayoría de los congresistas y con los gobernadores a quienes el Gobierno esperaba convencer. El viernes a última hora, después de que el Gobierno despidiera a un ministro que supuestamente filtró a la prensa que Milei amenazaba a los gobernadores con cortar los fondos federales y “dejarlos sin un peso” por oponerse a los derechos de exportación, el Gobierno decidió borrar el capítulo fiscal de la ley, que incluía las retenciones, la reforma de los aumentos a las pensiones, la flexibilización del blanqueo de capitales o la condonación de intereses moratorios.

Desde mediados de enero, el Gobierno afirma que no negocia el contenido de esta ley, pero ha ido cediendo ante su soledad en el Congreso. Milei ya no pretende hasta cuatro años de facultades especiales que le permitan gobernar por decreto, ahora solo pide dos. También aceptó los “errores” en la redacción del capítulo de Seguridad, en el que un artículo proponía controlar las reuniones de más de tres personas en público, y ha eliminado a la petrolera YPF de la lista de las 41 empresas estatales que pretende privatizar. Ahora quedan 37, con otras tres, como el Banco Nación, la generadora de energía eléctrica Nucleoeléctrica y la empresa de telecomunicación satelital ARSAT abiertas solamente a una capitalización parcial. Tampoco buscará reformar el sistema electoral.

Milei se ha mantenido en silencio público sobre la negociación, pero ha estado activo en redes sociales. El lunes por la noche, mientras el Gobierno seguía negociando, el presidente mostró su parecer con un retuit a un senador de la legislatura de Buenos Aires que llamaba “bloque de extorsión” a la oposición y los acusaba de querer “seguir viviendo de la política”.

Este miércoles respondió el diputado Nicolás Massot, antiguo miembro del PRO y hoy parte de la alianza HCF. “Lo único que quiere el Gobierno es construir un enemigo”, dijo Massot en una entrevista radial en la que aseguró que Milei “no tiene ningún interés en esta ley” y que busca “legitimidad en el conflicto”. El jefe de su bloque, Miguel Ángel Pichetto, bajó humos después. “Hay que hacer un esfuerzo para que la ley salga y el Gobierno tenga instrumentos que el Presidente considera importantes”, dijo, y pidió al Gobierno que se siente a dialogar con los gobernadores provinciales. “Cuando hablás de sacarles todo estás hablando de gente que va a sufrir”, le reclamó a Milei.

La ley ha sido un quebradero de cabeza para la oposición del centro a la derecha, que ha preferido las desavenencias de Milei a quedar junto al peronismo enfrente de la propuesta de cambio radical de Milei.

El peronismo denuncia que el tratamiento de la ley, que se revisó y aprobó en comisiones especializadas la semana pasada, estuvo lleno de “oscuridades y de falta de transparencia”. “Ninguno de los diputados nacionales saben cuál va a ser el texto que efectivamente van a querer aprobar”, afirmó este martes el líder de la bancada peronista, Germán Martínez. Según Martínez, el texto de la ley que se votará tuvo modificaciones después de que se aprobara el pasado miércoles por la madrugada. La sospecha la confirmó después un diputado de HCF, que el jueves pasado confirmó que había sido invitado a reuniones lejos del Congreso, en el barrio porteño de Recoleta. “Fui a una de las reuniones, cuando vi quiénes estaban ahí y qué punteos estaban haciendo, me retiré”, dijo. “Nosotros nos reunimos con las autoridades de la Cámara, ni tocamos dictámenes, ni nos interesa mejorar el dictamen. Para nosotros ya está cerrada esa instancia y no vamos a ir a ningún tipo de reunión que no sea con las autoridades de la Cámara”.

El debate ya ha comenzado. Será maratónico: los diputados discutirán punto por punto la ley que pretende modificar buena parte de la estructura política, económica y social del país. Los analistas esperan al menos 40 horas de debate. El resultado está en el aire.

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Sobre la firma

José Pablo Criales
Es corresponsal de EL PAÍS en Buenos Aires. Trabaja en el diario desde 2019, fue redactor en México y parte del equipo de la mesa digital de América. Es licenciado en Comunicación por la Universidad Austral y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS.
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