Milei anuncia que revisará los contratos públicos y exigirá el 100% de presencialidad de los funcionarios

Javier Milei ha asumido como presidente con el objetivo de construir una nueva Argentina, pero la entrega de los materiales va con retraso. Las primeras medidas económicas se pospusieron al martes; el gran paquete de reformas legislativas se espera en principio para el miércoles. La expectativa ha sido enorme desde que Milei ganó la presidencia, hace ya tres semanas, pero hasta ahora sólo se sabe que prevé recortar unos 20.000 millones de dólares de gasto público —equivalente al 5% del PIB— y que ese ajuste será de golpe y no gradual. Dónde y cómo usará las tijeras está por definirse.

“Lo de ‘no hay plata’ no es una frase hecha”, advirtió este lunes el portavoz presidencial, Manuel Adorni. “Lo que estamos encontrando que es una situación realmente devastadora”, coincidió la vicepresidenta, Victoria Villarruel. Al término del primer Consejo de Ministros, Adorni detalló que las medidas de ajuste que ultima el ministro de Economía, Luis Caputo, irán acompañadas de la eliminación de privilegios y de un inventario exhaustivo para saber con qué recursos cuentan. Como parte del mismo, se revisarán todos los contratos de los empleados públicos en busca de irregularidades de contratación “y se va a comenzar a exigir el 100% de presencialidad en los lugares de trabajo de la administración pública nacional”.

En su discurso inaugural en las escalinatas del Congreso, el presidente anticipó el domingo que el grueso del ajuste lo pagará el Estado, no el sector privado, sin dar más detalles. El sector público argentino cuenta en total con casi 3,5 millones de empleados asalariados, según los últimos datos del Ministerio de Trabajo, de los que una décima parte pertenecen a la Administración nacional. El gasto en personal de estos últimos representa el 2,2% del PIB, de acuerdo a un informe de la consultora Ieral - Fundación Mediterránea.

Milei empezó el recorte por su Gabinete. Por decreto, redujo a nueve los ministerios, reordenó las funciones de cada cartera y asignó a sus ministros la facultad de avanzar en la privatización o cierre de las empresas públicas. Están en la mira la petrolera YPF, renacionalizada en 2012, Aerolíneas Argentinas y los medios públicos. También modificó la norma que impedía contratar a familiares para poder nombrar a Karina Milei, su hermana y persona de máxima confianza, secretaria de Presidencia.

Mercado cambiario restringido

Sin definiciones oficiales, todas las miradas se dirigieron este lunes hacia la reacción de los mercados cambiarios tras la asunción de Milei y la inminente devaluación brusca del peso. El peronista Alberto Fernández dejó el cargo con una cotización oficial de 400 pesos por dólar, cuando las demás cotizaciones paralelas oscilan cerca de los mil pesos por dólar. El ministro de Interior, Guillermo Francos, anticipó que podría depreciarse hasta los 600 o 650, mientras que algunos operadores bursátiles creen que estará más cerca de los 700. El titular de la cartera económica, Luis Caputo, ha evitado hasta ahora dar un número.

La respuesta del mercado llegó muy amortiguada por el virtual festivo cambiario decidido por el Banco Central de la República Argentina (BCRA). A través de un comunicado, el ente monetario informó que este lunes regiría la “regla de conformidad previa” para todas las compras de dólares realizadas a través del mercado único y libre de cambios. En la práctica, la medida puso freno a las operaciones para ganar tiempo hasta que se materialice el relevo de la cúpula del BCRA y estén listas las medidas económicas que prepara Caputo con su equipo.

Los comerciantes se desesperan ante la extensión de la incertidumbre. “No hay precios”, es la frase más repetida por los dueños de los negocios en los últimos días. Luisa, responsable de una pequeña tienda de ropa, cuenta que algunos proveedores han aumentado los precios un 15% mientras que otros lo han hecho más de un 20% “para cubrirse”, es decir, para no perder dinero en el caso de que haya una devaluación de un día para el otro. Sabe que cuando se haga oficial, “algo volverán a aumentar”. La misma preocupación tiene el dueño de una fiambrería vecina, que entiende que los clientes se quejan de lo caro que está todo, pero asegura que recibe a diario listas con aumentos, en especial los alimentos que son importados.

La economía argentina creció un 5,2% en 2022, la mitad que un año antes, y en este 2023 electoral se ha estancado mientras la inflación se disparaba por arriba del 142%, la cifra más alta de las últimas tres décadas. Milei advirtió este domingo que el año que viene será mucho peor: este domingo vaticinó para 2024 más hambre, más pobreza y más inflación. La izquierda, con mínimo peso electoral, ha decidido contestarle en las calles el próximo 20 de diciembre con una manifestación.

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