Cerrar la brecha digital de género en América Latina, esencial para el crecimiento económico

La economía digital en América Latina y el Caribe se encuentra lista para despegar, pero también corre el riesgo de dejar atrás a millones de mujeres y perpetuar su exclusión en la economía, uno de los desafíos más arraigados en la región

Las razones fundamentales que explican por qué las mujeres no están creando nuevas empresas digitales incluyen factores como las responsabilidades familiares, la ausencia de redes profesionales y empresariales para las mujeres.
Las razones fundamentales que explican por qué las mujeres no están creando nuevas empresas digitales incluyen factores como las responsabilidades familiares, la ausencia de redes profesionales y empresariales para las mujeres.Thomas Barwick (Getty Images)
Alfonso García-Mora

Las cifras muestran una cruda realidad para la inclusión de género en América Latina: si bien aproximadamente el 74% de los hombres participan en la economía formal, sólo el 51% de las mujeres lo hacen, una disparidad desalentadora que coloca a América Latina y el Caribe (ALC) muy por detrás de otras regiones como África subsahariana y el sudeste asiático y Pacífico.

Este desequilibrio tiene varias causas, pero un factor clave es la brecha digital que afecta desproporcionadamente a las mujeres en toda la región. A pesar del potencial transformador de la tecnología, las mujeres tienen menos probabilidades que los hombres de poseer capacidades digitales, lo que limita su capacidad para aprovechar los beneficios de la tecnología para su empoderamiento económico.

“Cuatro de cada diez mujeres en la región siguen desconectadas de internet, privadas de acceso a servicios en línea como la banca, la educación y la atención médica”.

El impacto de esta brecha digital de género repercute en varias facetas de la vida económica de las mujeres. Desde la inclusión financiera hasta el nivel educativo en STEM (áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), las mujeres se han quedado atrás con respecto a sus contrapartes masculinas. En Brasil, apenas el 15% de los graduados en carreras relacionadas con la tecnología son mujeres, lo que pone de relieve las arraigadas disparidades de género en las habilidades necesarias para la economía digital. Estas disparidades no sólo sofocan el potencial individual sino que también impiden el crecimiento económico general: las estimaciones sugieren que el Producto Interno Bruto mundial podría incrementarse en un billón de dólares si se cerrara la brecha de digitalización de las mujeres.

Cuatro de cada diez mujeres en la región siguen desconectadas de internet, privadas de acceso a servicios en línea como la banca, la educación y la atención médica.
Cuatro de cada diez mujeres en la región siguen desconectadas de internet, privadas de acceso a servicios en línea como la banca, la educación y la atención médica.Banco Mundial

Esto es aún más preocupante porque las mujeres en América Latina muestran un notable espíritu emprendedor. Sin embargo, a pesar de esta vitalidad, las oportunidades que presenta la economía digital aún no llegan a este sector de la población en la región. Las tasas de nuevas empresas digitales fundadas por mujeres en ALC, por ejemplo, están muy por detrás de las de otras regiones, lo que presenta una paradoja que merece atención y acción.

En una encuesta de mujeres en la región, las razones fundamentales que explican por qué las mujeres no están creando nuevas empresas digitales incluyen factores como las responsabilidades familiares, la ausencia de redes profesionales y empresariales para las mujeres y una percepción de falta de oportunidades en áreas STEM.

Con este diagnóstico queda claro que encontrar soluciones a la brecha digital de género en ALC requiere una acción concertada entre los sectores público y privado para fomentar una economía digital más inclusiva. Los gobiernos deben invertir en infraestructura digital, promover la educación STEM para las mujeres y desmantelar las barreras para la igualdad de género, especialmente en las zonas rurales. Igualmente, es crucial que el sector privado innove con soluciones en línea, que podrían beneficiar significativamente a las mujeres.

Un ejemplo es la facilitación de acceso a servicios financieros en línea, así como la utilización de nuevas tecnologías para diseñar ofertas específicas que permitan subsanar las barreras existentes. La aparición de bancos digitales como Nubank, por ejemplo, está marcando el camino al ofrecer soluciones financieras que democratizan el acceso a los servicios bancarios y mejoran la inclusión financiera de las mujeres. Para ello actuaciones públicas como el desarrollo de marcos de regulación financiera abierta (open finance) resultan clave.

Las empresas fintech también están llamadas a jugar un papel clave. Un nuevo reporte de IFC con fintechs de varios países incluyendo Brasil, Colombia y México, muestra que estas empresas consideran que las mujeres son clientes más leales, menos riesgosas y tan valiosas o más que los hombres. El reporte también confirma que aquellas que adaptan sus servicios para mujeres tienen más resultados positivos a largo plazo. Sin embargo, es clave que las empresas comprendan mejor sus necesidades y diseñen servicios que las beneficien.

Es el caso de la colombiana Juancho Te Presta se ha desarrollado un modelo de negocio focalizado en mujeres, el cual aprovecha los análisis sofisticados de datos para ofrecer condiciones crediticias específicas. Al reconocer las mayores tasas de aprobación de préstamos de las mujeres y las menores tasas de préstamos morosos, Juancho Te Presta ha adaptado sus productos para satisfacer las necesidades y preferencias únicas de las mujeres. Asimismo, al implementar algoritmos personalizados y reducir los costos crediticios, la empresa tiene como objetivo promover aún más la equidad de género y el empoderamiento económico de las mujeres en diferentes segmentos económicos.

Pero no sólo se trata de servicios financieros, es necesario profundizar en los problemas estructurales que subyacen, como es el caso de la brecha educativa. En este ámbito, las plataformas de educación en línea también pueden jugar un rol importante para contribuir a cerrar esta brecha de género: un estudio realizado en 2022 por Coursera encontró que, un 40% de mujeres en México que optaron por la educación en línea lograron una mejora significativa en sus perspectivas laborales y de emprendimiento.

Más aún, el 18% de las mujeres con una trayectoria de emprendimiento que tomaron clases en línea reportaron haber lanzado con éxito nuevas empresas. Estos hallazgos subrayan el potencial transformador del aprendizaje digital, especialmente para quienes viven en entornos socioeconómicos desfavorecidos. Las plataformas de comercio electrónico también ofrecen cada vez más oportunidades a las mujeres empresarias para generar ingresos. Elo7, un mercado en línea en Brasil, apoya a las mujeres emprendedoras perfilando a las vendedoras, entendiendo sus necesidades y sus negocios, brindándoles herramientas para ayudarlas a profesionalizar sus esfuerzos en el área de ventas.

Ahora que se celebra el Día Internacional de la Mujer, la atención mundial se enfocará una vez más en las persistentes disparidades de género que impiden el progreso económico. Sin embargo, en medio de este escrutinio, es fundamental reconocer el profundo potencial de las tecnologías digitales y disruptivas para promover la igualdad de género y el empoderamiento económico, particularmente en ALC, pero también a nivel global.

Al adoptar sin reservas la innovación digital y fomentar la colaboración entre los sectores público y privado se puede garantizar que la actual transformación digital de las economías se convierta en un catalizador para la inclusión de las mujeres. ¿El resultado? Un crecimiento económico más veloz y equitativo, algo que América Latina y el Caribe necesita con urgencia.


* Vicepresidente para Europa y América Latina y el Caribe de la IFC.


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