Abordar la inclusión en los presupuestos públicos para una mayor igualdad de género

Ante las múltiples crisis globales que afectan de manera desproporcionada a las mujeres, integrar el compromiso con la inclusión y la equidad desde la planeación del presupuesto público en América Latina y el Caribe es clave para el desarrollo regional

Cifras del Banco Mundial sobre equidad de género en 2024
Banco Mundial
El País

El 8 de marzo del 2020 quedó marcado en la historia de América Latina y el Caribe como el momento en que las mujeres de la región tomaron el Día Internacional de la Mujer como propio, convocando a una de las movilizaciones regionales más multitudinarias de los últimos tiempos. Desde México hasta la Patagonia argentina, millones de mujeres se unieron en protesta para exigir igualdad de oportunidades. Irónicamente, el ruido de esta protesta quedó eclipsado por la emergencia de la pandemia de covid-19 que fue declarada ese mismo mes.

Hoy, cuatro años después, se puede observar que el profundo impacto de la pandemia y el confinamiento impuesto para mitigarla recrudeció, en algunos casos, las desigualdades, implicando un retroceso en muchos de los logros obtenidos en materia de igualdad de género en la región. “En primer lugar, en América Latina y el Caribe el mundo laboral continúa siendo restrictivo para las mujeres en comparación con los hombres, con un 34% de las mujeres empleadas en trabajos vulnerables que suelen ser menos productivos y ofrecen salarios más bajos,” explica Paola Buitrago, Economista del Banco Mundial. “Además, persiste una marcada desigualdad en la distribución de las responsabilidades domésticas no remuneradas, donde las mujeres destinan más del doble de tiempo que los hombres,” señala la economista.

Una de las lecciones pospandémicas más claras en cuanto a políticas públicas se refiere, es la imperante necesidad de abordar las desigualdades de género de manera integral en la región. Más aún, hoy se reconoce que el recrudecimiento de fenómenos naturales debido al calentamiento global, las crisis económicas y financieras, así como los conflictos armados, no son neutrales en cuanto al género. Las mujeres son las más afectadas por las múltiples crisis globales.

Visita de campo del Mecanismo Dedicado Específico (MDE) para pueblos indígenas y comunidades locales en el estado de Oaxaca, en México.
Visita de campo del Mecanismo Dedicado Específico (MDE) para pueblos indígenas y comunidades locales en el estado de Oaxaca, en México.Jessica Belmont/Banco Mundial

En este contexto, Urska Zrinski, especialista senior en el sector público para el Banco Mundial, experta en presupuestación sensible al género, enfatiza: “En este momento, hay mucho en juego y el compromiso por la igualdad de género debe reflejarse en los presupuestos nacionales.” La especialista señala que “aunque la desigualdad entre hombres y mujeres persiste, lo cierto es que, América Latina y el Caribe han experimentado importantes avances en el empoderamiento de las mujeres en los últimos años, tal como lo indica el Informe Global sobre la Brecha de Género de 2023 del Foro Económico Mundial, que posiciona a la región como la tercera con mayor igualdad de género después de Europa y América del Norte”.

Un presupuesto sensible al género es aquel que reconoce los impactos diferenciales de las políticas de gasto e ingresos de las entidades públicas entre mujeres y hombres, contribuyendo así a la creación de sociedades más inclusivas. Varios países de América Latina y el Caribe han logrado avances importantes en la integración de consideraciones de género en la planeación del presupuesto público, según un reporte elaborado por el Banco Mundial.

México, por ejemplo, cuenta con uno de los enfoques de presupuesto sensible al género más desarrollados a nivel mundial. Países con iniciativas activas, como Argentina, Guatemala y otros, están ya comenzando a integrar consideraciones de género en sus presupuestos, resaltando el impacto de cerrar las brechas de género y promover el empoderamiento financiero de las mujeres. A pesar de este progreso, persisten desafíos en cuanto a la implementación, la voluntad política y los mecanismos de seguimiento.

Erogaciones para la paridad de género en México 2018-2023 del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas.
Erogaciones para la paridad de género en México 2018-2023 del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas.

Zrinski destaca también otras prácticas notables en la región. “En países como Guatemala, Argentina y Colombia se implementa un gasto etiquetado, el cual, es una herramienta del presupuesto de egresos que garantiza la asignación de recursos específicos a la atención de las necesidades de las mujeres. Esto contribuye a estimar el monto del gasto público que respalda los objetivos de igualdad de género y promueve la transparencia y la rendición de cuentas”, dice. “Otra buena práctica la encontramos en Ecuador, Guatemala, Honduras y Uruguay, donde existen auditorías de género en las instituciones, que contribuyen efectivamente a evaluar políticas e identificar áreas de oportunidad.”

Por otro lado, para los países del Caribe, el enfoque de presupuestación con perspectiva de género adquiere una importancia vital, dado que estos países son más vulnerables a los impactos del cambio climático. “Es imperativo presupuestar para la equidad y la igualdad en la gestión del riesgo de desastres naturales, ya que se ha demostrado que estos impactan de manera desproporcionada a mujeres, niños, personas con discapacidad, minorías étnicas y raciales, pueblos indígenas y otras comunidades marginadas”, agrega Urska Zrinski.

En este sentido, el Banco Mundial también está brindando apoyo a los Estados del Caribe en el desarrollo de la presupuestación sensible al género con un enfoque amplio, que incluye el aspecto de compras públicas con perspectiva de género.

Con relación a este tema, la especialista senior en compras públicas, Manjola Malo, explica: “Según datos recientes, las mujeres son propietarias del 34% de las pequeñas y medianas empresas a nivel global, pero su participación en el mercado de contratación pública varía entre el 1 y el 5%. En este sentido, el poder adquisitivo de los gobiernos tiene una enorme influencia en los mercados, siendo capaz de establecer las bases para la inclusión económica y financiera en el Caribe. Por eso estamos explorando, a través del análisis de datos disponibles y legislación vigente, diferentes puntos de entrada en los procesos de compras públicas en el Caribe que permitan el acceso de más mujeres a las licitaciones públicas”.

Finalmente, cabe señalar que, además del fomento a la inclusión, la presupuestación con un enfoque de género trae otros beneficios como rendición de cuentas en diferentes aspectos del gasto público, ya que se permite acceso a la información establecida sobre el desempeño presupuestario “Tal es el caso de Granada, así como de San Vicente y las Granadinas, donde se impulsa el desarrollo de un marco de financiamiento para la igualdad de género, que permite hacer un mejor seguimiento de los resultados e identificar brechas en áreas como la salud y la participación en el mercado laboral”, concluye Zrinski.

Al considerar la inclusión social en el proceso presupuestario, los gobiernos pueden asegurar que las necesidades del otro cincuenta por ciento de la población sean tenidas en cuenta. Frente a una compleja realidad de múltiples crisis, la elaboración de presupuestos con enfoque de género representa una herramienta con el potencial de generar soluciones múltiples al desafío de la desigualdad en América Latina y el Caribe.

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