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Mostrar, atraer y vender: así funcionan las ferias de arte

El aspecto comercial de la producción artística siempre ha sido un terreno tan necesario como jabonoso, en donde las críticas y visiones a su alrededor nos llaman a integrar sus lógicas y dinámicas, especialmente cuando hablamos de una feria de alcance global

La feria es el espacio propicio para la compra-venta de la producción artística, pero también para la difusión y las relaciones estratégicas a su alrededor.
La feria es el espacio propicio para la compra-venta de la producción artística, pero también para la difusión y las relaciones estratégicas a su alrededor.Sean Zanni (Patrick McMullan via Getty Image)
Ricardo Pineda

En la actualidad, hablar de un artista contemporáneo exitoso, trascendente y reconocido a nivel mundial, implica casi por extensión (no siempre, pero sí la mayoría de las veces) de un artista que vende y puede vivir única y exclusivamente de su trabajo como artistas, algo que para el grueso de la población es un lujo y privilegio a todas luces, especialmente en un mercado tan especulativo y hermético como lo es el del arte.

Decía Leonard Cohen que había que, para hacer poesía, había que entender la clara diferencia entre el poema de la flor y la flor. De igual manera, menos retórica de por medio, al interior del ecosistema artístico hay elementos comerciales que le permiten al artista desarrollarse y hacer de su trabajo una actividad sostenible en el tiempo. Sin embargo, alrededor de esto existen figuras y dinámicas que para algunas voces críticas han descarrilado la manera de apreciar, producir y concebir este mundo.

Curadores, galeristas, comisarios, representantes, marchantes, muestras, exposiciones y especialmente ferias del arte son herramientas que el artista tiene para poder hacer vendible su trabajo. Pero el tema se complejiza cuando echamos una mirada a las dinámicas y requisitos para poder entrar, cuando vemos el tipo de condiciones de la galería, presupuestales o espaciales para tener presencia en la misma.

Cada feria de arte es distinta y cada una tiene alcances y límites particulares, al igual que un discurso, un público y un objetivo en particular. Es entonces cuando surgen dudas, visiones y dinámicas que pueden afectar o no, la forma en la que se hace, consume y aprecia el arte mismo.

En el marco de la Art Basel de Miami 2022, artistas, curadores y galeristas nos ayudan a trazar el funcionamiento, dinámica y pertinencia de una feria del arte, en donde muchas veces el público en general parece no tener injerencia alguna.

Visitantes aprecian la pintura Moby Dick del artista Sean Landers durante la Art Basel de Basilea, en Suiza.
Visitantes aprecian la pintura Moby Dick del artista Sean Landers durante la Art Basel de Basilea, en Suiza.EThamPhoto (Getty Images)

Un poco de historia

Originada en la Europa del siglo XX, la idea de una feria de arte fue concebida para poder difundir y comercializar el trabajo de los artistas fuera del ecosistema galerístico. El éxito ha sido tan rotundo y confirmado año con año, que la feria de arte resulta una figura imprescindible y de gran augurio para la carrera de un artista contemporáneo. Por ejemplo, el alcance legendario y sumas millonarias que hoy en día tienen artistas como Pablo Picasso o Wasily Kandinsky no se explicaría sin la feria alemana de arte Documenta, una de las más icónicas del mundo.

La misma Art Basel, nacida originalmente en Basilea, Suiza en la década de los setenta, hoy tiene un eco y repercusión determinante para la consolidación de un sinfín de artistas, que su presencia se encuentra año con año en China y Estados Unidos, siendo la ciudad de Miami la sede americana por antonomasia, en donde el trabajo de artistas latinoamericanos tiene un portal inigualable de exposición al mercado mundial.

Ahora bien, el sistema de participación en las ferias, guardadas sus diferencias entre cada una, se fundamenta en un proceso selectivo por demás competitivo para las galerías, quienes tienen que aplicar, cumplir directrices y sobre todo invertir recursos importantes. Por su parte, es la dirección de la feria, en mancuerna con su comité de selección quienes deciden qué galerías van a participar teniendo en cuenta criterios como la calidad de los trabajos mostrados, su pertinencia histórica, o bien su correspondencia con la línea artística que la feria desea transmitir.

No obstante, como todo en esta historia evolutiva y expansiva, existen vicios y excesos. La principal crítica que ronda a la feria artística es haber convertido un elemento cultural en un artículo de monetizable y difícil de apreciar fuera de su ecosistema comercial. El prestigioso galerista David Zwirner es claro y frontal al respecto: “Las ferias de arte son extremadamente peligrosas y caras. Creé una feria de arte, pero ahora tengo que decirles a las galerías: busquen otro camino, encuentren algo distinto que hacer”.

Aspecto de la Art Basel de Hong Kong 2022 en el Centro de Convenciones y Exposiciones de Hong Kong, en China. (Foto de Li Zhihua).
Aspecto de la Art Basel de Hong Kong 2022 en el Centro de Convenciones y Exposiciones de Hong Kong, en China. (Foto de Li Zhihua).China News Service (China News Service via Getty Ima)

La feria es el juego… y el riesgo

Al cuestionar a distintos artistas, curadores y galeristas sobre la óptica en torno a las ferias de arte, resulta de menos peculiar que el sesgo de complejidad e incluso “mal necesario” permea más en la galería que en el artista, cuando aparentemente podría ser en sentido inverso.

Esto puede explicarse en buena medida al devenir de los tiempos, el desarrollo del capitalismo y el desdén generalizado por la cultura. Para el artista mexicano Luis Felipe Ortega, “la feria es el juego, porque tiene que ver con reglas muy claras, en un terreno igual de claro que es el de la economía. Acabo de estar en MaCo y conozco las reglas. Aquí hay terrenos que se parecen entre sí, son parte del ecosistema, pero son distintos; los museos, a pesar de ser instituciones dependientes de presupuestos oficiales, muchas veces están abiertos a la crítica. En contraparte, las galerías al no ser interesantes para los compradores o coleccionistas no van a tener artistas de cierto tipo”, apunta Ortega.

Por su parte, para otras voces, la bienal e incluso la feria, parecidas aparentemente, detonan distintos diálogos y visiones a partir de sus geografías, discursos, presupuestos e incluso espacios. Paulina Ascencio Fuentes, curadora de arte, existen distintas formas de hacer exposiciones, así como de detonar diálogos en un espacio en particular. “Los resultados suelen ser diferentes a lo que se presenta en una feria de arte pensando en un coleccionista. El coleccionista privado o un museo, del estado, etc. Por ejemplo es diferente a las investigaciones que se hacen en un museo, trabajar usualmente requiere un poco más de tiempo, recursos, investigación, hay una profundidad distinta a partir del recinto que los convoca y recibe, y que los comisiona. Las bienales finalmente suelen discutir temas de actualidad, que son pertinentes y su relevancia depende del tiempo”, precisa la curadora.

Rosalba Hernández Vera, gallery manager, nos explica que existen distintas formas de tener presencia desde una galería en una feria como la Art Basel y de trabajar con el artista. Hernández explica y reflexiona sobre la más recurrente, que prefigura a la galería como un socio estratégico (mediático y financiero).

“El artista trabaja de forma completa de lo que va a presentar y la galería no monetiza con ello. Pero para la galería MAIA [en la cual trabaja Rosalba] es importante tener presencia en estos eventos. En mayo estuvimos en la Art Basel de Hong Kong con un book de Cisco Jiménez; él produjo la obra al 100%, pero el gasto de aplicación, el boot, traslado y personal contratado fue nuestro…Para entrar a una feria hay que estar aceptado por un grupo de especialistas y hay que ir en la línea de la feria. Ir a una feria es riesgoso. En términos financieros puede ser más costoso no estar. Por ejemplo, en Art Basel Miami 2019 fuimos una de las diez galerías mexicanas presentes y por la pandemia no sucedió. Con lo de Hong Kong hay una cantidad enorme de solicitudes de prensa e interés para con Cisco” apunta Hernández.

De cara a la Art Basel 2022 en su edición para Miami, resulta pertinente entender cómo funciona, pero también abrirse y disfrutar una de las oportunidades únicas de apreciar una cantidad y calidad importante de artes como pocas ocasiones se tiene oportunidad de ver. La feria de arte es, ante todo, una oportunidad de vínculo y encuentro humano con el arte, en donde la comunidad hispana tiene una presencia protagónica.

Sobre la firma

Ricardo Pineda
Es branded content analyst para El PAÍS México. Periodista, locutor y especialista en contenidos y estrategias digitales. Trabajó en Forbes México, El Financiero, Radio UNAM e Infosel Financiero. Ha colaborado también como columnista sobre temas culturales en diversos medios locales. Es egresado de la UNAM y actualmente vive en Ciudad de México.

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