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Los presos de la cárcel de Guayaquil se amotinan por la presencia de militares en el centro

Se han difundido imágenes y vídeos de los internos quemando colchones y blandiendo palos mientras se escuchan disparos

Captura de video que muestra el motín de los presos de la cárcel de Guayaquil.Vídeo: EFE

Un nuevo motín carcelario ha dejado en llamas este miércoles una parte del centro penitenciario de la cárcel regional de Guayaquil, en Ecuador. En las imágenes que circulan en redes sociales y que levantaron la alerta de lo que estaba ocurriendo al interior del centro, los presos han quemado colchones, blanden palos y se escuchan disparos. En otros videos, los detenidos, con los rostros cubiertos con sus camisetas, reclaman al presidente, Daniel Noboa, que reciben maltratos por parte de los militares.

En esta ocasión, el motín que enfrenta el Gobierno ecuatoriano no es por una disputa entre bandas, sino por una protesta contra el Estado. El Servicio Nacional de Personas Privadas de Libertad, SNAI, ha informado de que “los hechos se deben a una revuelta interna por parte de un grupo de personas privadas de libertad”, dice el documento, sin dar detalles si hay heridos o muertos. Según el organismo, “el centro penitenciario está controlado en un 80%”.

Las cárceles de Ecuador están militarizadas desde el 8 de enero, cuando el Gobierno de Noboa enfrentó su primer amotinamiento en siete cárceles del país de manera simultánea. Para controlar la violencia en los centros penitenciarios y en las calles, el mandatario decretó un estado de excepción y un conflicto armado interno, con el que consiguió que los militares pudieran entrar hasta los pabellones, realizar operativos y tener el control de la cárcel. Se trata de algo extraordinario, ya que las normas ecuatorianas prohíben la presencia de militares en los reclusorios más allá del primer filtro de seguridad. Esta medida de shock ha logrado reducir los homicidios al 50%, lo que ha disparado la popularidad de Noboa, que supera el 80%.

El complejo penitenciario de Guayaquil está conformado por cuatro cárceles, que entre todas tienen a cerca de 12.000 mil presos. Entre esas está La Roca, considerada de máxima seguridad, donde se encuentra detenido Ricardo Barreiro Abad, hijo de la vicepresidenta, quien por orden de un juez fue enviado a esa cárcel mientras se investiga un presunto delito de oferta de tráfico de influencias en la vicepresidencia.

Bajo el estado de excepción, las Fuerzas Armadas han realizado más de 200.000 operativos de control en el país en busca de lo que denominan terroristas o, lo que es lo mismo, miembros de las pandillas. Se está siguiendo el mismo modelo que aplicó Nayib Bukele en El Salvador para acabar con las maras. Durante este periodo extraordinario se han detenido a 16.459 personas, 280 de ellas por terrorismo, según los militares. En los 79 días de excepción, los uniformados han decomisado de las cárceles armas, teléfonos móviles, drogas, dinero y otros objetos prohibidos que han ingresado debido a la corrupción de las instituciones a cargo de las cárceles. La cárcel regional, donde 4.500 personas guardan prisión, está liderada por la banda criminal Los Choneros, una de las más peligrosas del país. De este centro se fugó Adolfo Macías, alias Fito, el cabecilla de esta organización delictiva. Las autoridades se dieron cuenta de su ausencia cuando entraron a hacer un operativo de control de objetos en las celdas, que siempre estuvieron bajo el control de los presos y no del Estado.

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