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En colaboración conCAF
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CUMBRE DE MINISTROS DE FINANZAS UE-CELAC
Columna
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Inversiones europeas para una Centroamérica verde, social y digital

Desde la preservación de bosques hasta el apoyo en el uso de redes de conectividad y 5G, casi un tercio de los planes europeos en América Latina cubren a países centroamericanos. Es momento de concretarlos

Matilde y Marlene Pimentel, hermanas y estudiantes universitarias, trepan a un árbol para intentar alcanzar la señal de internet en una colina para asistir a una clase virtual, en El Tigre, El Salvador, en 2020 durante la pandemia de covid.
Matilde y Marlene Pimentel, hermanas y estudiantes universitarias, trepan a un árbol para intentar alcanzar la señal de internet en una colina para asistir a una clase virtual, en El Tigre (El Salvador), en 2020 durante la pandemia de covid.MARVIN RECINOS (AFP)

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A mediados de julio pasado se celebró la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Geopolíticamente, el resultado fue un éxito: se recuperó el diálogo al más alto nivel tras siete años de relaciones bilaterales; se emitió una declaración que no obvió temas sensibles como la guerra en Ucrania; y se aprobó una hoja de ruta con la convocatoria de una nueva cumbre UE-CELAC en 2025 en Colombia.

El avance en el frente económico y de cooperación tampoco se quedó corto: se anunció una nueva agenda de inversiones en América Latina y el Caribe, a través del Global Gateway, la plataforma global de cooperación e inversiones de la UE. Esta agenda nace con un monto inicial de 45.000 millones de euros (unos 50.000 millones de dólares), aportados entre la UE, sus Estados miembros, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y otras instituciones de financiación de desarrollo, y las agencias de crédito a la exportación. También se definieron 136 iniciativas de transición verde, social y digital. La expectativa es que estos montos se articulen, nutran y aumenten con la participación de empresas y bancos de desarrollo como CAF, BID y Banco Mundial.

Sobre la base de este positivo balance, que permite imaginar dos bloques (UE-CELAC) colaborando más estrechamente en temas ambientales, digitales, agrícolas y migratorios, es momento de reforzar la nueva agenda de inversiones en tres dimensiones.

Primero: existe un potencial no explotado si Global Gateway se adapta a las Américas Latinas, en particular en Centroamérica, donde, frente a los países más grandes, los impactos y la demanda son mayores. Desde luego, América Central no ha sido olvidada. Casi un tercio de las iniciativas cubren la subregión, desde la preservación de los Cinco Grandes Bosques de Mesoamérica, hasta el apoyo en el uso de redes de conectividad y 5G en Costa Rica y El Salvador, infraestructura de conectividad en Guatemala; inversiones en un centro regional de cibercompetencias en República Dominicana, y un centro Copérnico y conectividad al 100% en Panamá.

Ahora es el momento de complementarlos enfocándose en la brecha de uso, dado que de los 23 millones de centroamericanos que no usan Internet, sólo tres millones viven en zonas sin cobertura. El resto no accede a Internet, a pesar de existir el servicio, según GSMA (una organización mundial de operadores de telefonía) . Ello exige combinar los esfuerzos de inversión en infraestructuras con el desarrollo de un ecosistema digital sólido, con habilidades para que los ciudadanos aprovechen plenamente los beneficios de la tecnología 5G, servicios públicos digitales en todas sus etapas, y apuesta por la construcción de ciudades inteligentes en una subregión donde 6 de cada 10 personas viven en ciudades, según datos de Naciones Unidas.

Segundo: Global Gateway debe y puede ser más fuerte si profundiza en la interacción de las transición social y digital. Los anuncios incluyen iniciativas de digitalización financiera y de escuelas en el Caribe, y una mención genérica a la economía circular en Perú, pero se puede ir más allá en una Centroamérica eminentemente urbana y joven. Hoy no se puede entender la mejora de la educación o la salud sin el uso de nuevas tecnologías en las clases o con historiales médicos. Ni la mejora de las condiciones de vida en las ciudades sin Internet de las cosas planificando la movilidad o los servicios. Ni la inclusión financiera sin pagos móviles. Ni la preservación de la biodiversidad y lucha contra el cambio climático sin big data e Inteligencia Artificial.

Tercero: en general, se precisa de rapidez y efectividad en la estructuración técnica de los proyectos. Es urgente asegurar los fondos públicos europeos y reforzarlos con los recursos y expertise de los bancos de desarrollo y de empresas líderes en los sectores. Focalizándonos solo en los proyectos digitales (20 de los 136 totales), asumiendo que los recursos se distribuyeran uniformemente, Global Gateway movilizaría unos 7.000 millones de euros (unos 7.500 millones de dólares) hasta 2027, aproximadamente un tercio de lo que los operadores de telecomunicaciones ya invierten de cada año en la región. Y los análisis son que se necesitarían casi diez veces esa cifra para cerrar la brecha con los países de mayor ingreso.

La buena noticia es que, tras las vacaciones de verano europeas, 60 ministros de Economía y Finanzas europeos y latinoamericanos y caribeños se reunirán en Santiago Compostela el viernes próximo, 15 de septiembre, de la mano de la Presidencia española de la UE y con el liderazgo de CAF- banco de Desarrollo de América Latina y El Caribe (con el que Tigo Millicom, empresa líder en servicios digitales en Centroamérica, tiene un acuerdo de colaboración). Si hay una subregión donde una inversión no necesariamente enorme sino bien diseñada, ahondando en las simbiosis entre tecnología, medioambiente y sociedad puede tener una rentabilidad económica y social grande es en los países pequeños, en particular en Centroamérica. Sabemos que los ministros de Finanzas eso lo miran antes de decidir. Seamos optimistas y aprovechemos esta gran oportunidad.




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