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Ni debates ni plaza pública, la campaña se hace desde las redes sociales

Empujados por las estrategias de sus analistas, los candidatos viven cada vez más preocupados de volverse virales

Fotogramas de videos compartidos en redes sociales por los candidatos Gustavo Petro, Rodolfo Hernández y Fico Gutiérrez.Vídeo: EPV
Lucía Franco

TikTok se ha convertido en la nueva plaza pública y Colombia tiene un nuevo rey en ese escenario: Gustavo Petro, con 709.700 seguidores en esta red social. Esto no siempre fue así. Hasta hace unos meses, el candidato presidencial Rodolfo Hernández (446.300 seguidores) ostentaba el título del más popular. Es por esta razón que muchos colombianos lo conocen como “el viejito de TikTok”.

Forma parte de un cambio de estrategia en las campañas de los políticos, con el objetivo de crear una conexión emocional con las personas que dicen que no les interesa la política tradicional. El reto es convertir el número de seguidores que tienen en redes sociales en votos. En las redes de todos los candidatos se han podido ver retos virales, preguntas y respuestas en formato youtuber y hasta algún que otro baile.

Hace unos meses, se filtró un video que mostraba una conversación de Petro con su equipo en donde este hablaba de su preocupación por mejorar en TikTok: “Necesitamos seducir personas por redes con nuestro programa, no agrediendo a los que no piensan como nosotros. Está creciendo Hernández en redes con su discurso de la anticorrupción, y esto es porque tiene un mejor equipo de comunicación. Necesitamos muchos jóvenes que hagan tiktoks”.

El estratega político electoral Ángel Beccassino ha trabajado en la segunda vuelta en la reelección de Juan Manuel Santos, las tres campañas de Gustavo Petro, la última en 2018, y ahora trabaja en la de Rodolfo Hernández. Para Beccassino, en cada una de estas campañas el impacto del trabajo en redes sociales ha sido mayor, y no duda que será la tendencia que continuará en Colombia para las elecciones del 2026. “TikTok se traduce en votos de una forma indirecta”, explica el estratega, que cree que esto se debe a que los mensajes que se quieren trasmitir están hechos para llegar a un público joven.

La forma de hacerlo es mezclar humor y algo de transgresión, dos elementos tradicionalmente ajenos a la política. El poder de este enfoque se ha dejado notar recientemente, por ejemplo, en la campaña de Xavier Hervás en la última elección presidencial de Ecuador. Se trataba de un candidato que partía muy retrasado en las encuestas iniciales pero que con un audaz uso de las redes quedó a solo tres puntos de entrar a la segunda vuelta. Algo parecido ocurrió con el economista Hernando de Soto, que quedó casi empatado con Keiko Fujimori en Perú. Hernández trata de emularlos en Colombia.

Todos los políticos sin excepción han buscado crecer cada vez más en sus redes. La vicepresidencia de Gustavo Petro, Francia Márquez (con 155.800 seguidores) ha utilizado el espacio que le brindan las redes para desmentir noticias falsas y responder a preguntas sobre su vida. Por su parte, el candidato del centro Sergio Fajardo (13.400 seguidores) es el que menos videos ha subido.

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Para la especialista en comunicación política Catalina Suárez, esto ha sido un proceso paulatino que refleja algo que empezó a pasar en Estados Unidos cuando políticos como Donald Trump empezaron a comunicar sus decisiones de Gobierno en sus redes sociales: “En Colombia, las redes empezaron a cobrar importancia por los enfrentamientos en Twitter entre Álvaro Uribe y Gustavo Petro”, sostiene.

Ahora, son los propios medios de comunicación los que recogen estas publicaciones y las vuelven noticias virales sacándolas de la burbuja de Twitter. “A la gente ya no le interesa únicamente ir a una plaza pública a escuchar un discurso y aplaudir. Los electores quieren sentir que hacen parte de una comunidad, y por supuesto esto hace que aparezcan nuevos liderazgos que no se tenían contemplados dentro de la arena política”, explica Suárez. En esto coincide el periodista Fabián Higuera: “Desde que los medios de comunicación le dieron importancia a lo que los políticos escribían en Twitter, por lo que los candidatos presidenciales entendieron que trinar una posición a favor o en contra de algo podría convertirse en sinónimo de noticia”.

Este cambio en la forma de hacer las campañas se deja ver en la estrategia de Beccassino para la campaña de Gustavo Petro de 2018, en donde la idea principal fue apelar al concepto de que la verdad está en las plazas. Ahora, el mismo asesor ha llevado el punto fuerte de la campaña de Rodolfo Hernández a las redes sociales: tanto es así que hasta el evento de cierre de campaña fue una transmisión en vivo y no un gran evento en la calle, como hicieron el resto de los candidatos. Solo las urnas, que parece que son lo único en estas elecciones que estará donde ha estado siempre, dirán si acertó.

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Sobre la firma

Lucía Franco
Es periodista de la edición de El PAÍS en Colombia. Anteriormente colaboró en EL PAÍS Madrid y El Confidencial en España. Es licenciada en Comunicación Social por la Universidad Javeriana de Bogotá y máster de periodismo UAM-EL PAÍS. Ha recibido el Premio APM al Periodista Joven del Año 2021.

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