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De los incumplimientos a la búsqueda de culpables: el camino de Barranquilla hasta perder los Juegos Panamericanos

Panam Sports confirma su decisión de retirar la sede a la capital de Atlántico, lo que ocasiona un intercambio de señalamientos en busca de responsabilidades políticas

Juegos Panamericanos Barranquilla Colombia
El alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo, y la ministra de Deporte de Colombia, Astrid Rodríguez, sujetan la bandera de la Organización Deportiva Panamericana, en Santiago (Chile), el 5 de noviembre de 2023.AILEN DÍAZ (EFE)
Santiago Triana Sánchez

El 3 de enero pasado, cuando aún se sentían los rezagos de la agitación del recién terminado 2023, se desató el primer huracán político del año: la Organización Deportiva Panamericana (Panam Sports) anunció que Barranquilla perdía la sede de los Juegos Panamericanos de 2027 por un incumplimiento en los pagos que le correspondían. Esa noticia dio inicio a dos carreras: la primera, por tratar de recuperar la sede; la segunda, por encontrar al culpable de una pérdida que empezó a vestirse de vergüenza internacional. La primera terminó este jueves, cuando Panam Sports confirmó que Asunción (Paraguay) y Lima (Perú) son las únicas ciudades candidatas para albergar las competencias. La otra, la de las responsabilidades, todavía sigue.

Ese tercer día del año, la Organización informó en un comunicado que Barranquilla había incumplido sus compromisos. Narró que, en octubre de 2022, la ciudad pidió una prórroga para cumplir con el pago de ocho millones de dólares para asegurar su condición de sede de las justas. Panam Sports aceptó la petición y se establecieron nuevos plazos: cuatro millones debían ser abonados el 30 de diciembre y otros cuatro, el 30 de enero de 2024. Sin embargo, dada la “nula respuesta” en la primera fecha, Panam Sports tomó la “decisión indeclinable” de retirar a la mayor ciudad del Caribe colombiano el derecho que había ganado en 2021 y se había ratificado en 2022. El Gobierno Nacional, a través del Ministerio del Deporte, era el encargado de los pagos.

Las primeras críticas fueron atenuadas por una inusitada voluntad de cooperación entre el presidente Gustavo Petro y dos de sus rivales políticos en el Caribe: el alcalde de Barranquilla, Álex Char; y el gobernador de Atlántico, Eduardo Verano de la Rosa. Los tres se reunieron en la Casa de Nariño, en Bogotá, reconocieron los deseos conjuntos de trabajar para recuperar los Juegos y se mostraron dispuestos a demostrar que Colombia era capaz de recibir las competencias deportivas más importantes de la región una vez superado el escollo del impago, cuyos culpables no parecía urgente encontrar.

El presidente Petro se involucraba de lleno. Aunque ya parecía demasiado tarde, el 5 de enero envió una carta a Neven Ilic, presidente de Panam Sports, que en un aparte dice: “Me dirijo a ustedes para manifestar nuestra voluntad y compromiso de superar cualquier obstáculo que haya dado lugar a la decisión anunciada en el comunicado. Nuestro país está a la altura de organizar y recibir la gran fiesta deportiva continental de 2027″. El mandatario, con la promesa de tener listos los ocho millones de dólares para ser “girados en cualquier momento”, anunció que aprovecharía el viaje que tenía programado a la Antártida para reunirse con Ilic en Santiago de Chile, sede de la oficina del dirigente deportivo. El 28 de enero se supo que Petro cancelaba el periplo, para quedarse en el país atendiendo las emergencias por los incendios forestales.

Al tiempo, la ministra del Deporte, Astrid Rodríguez, hacía frente a su mala hora. A pesar de que en un principio había asegurado que el pago no se hizo por falta de recursos, W Radio reveló que ella misma había firmado un documento oficial que concedía que el dinero estaba listo. El texto, fechado el 7 de noviembre, dice: “La ministra Astrid Bibiana Rodríguez reitera que el Ministerio tiene los ocho millones de dólares, los cuales deben ser girados en diciembre, y propone al Comité Olímpico Colombiano (COC), como operador transitorio para poder girar los recursos”. El senador David Luna, del partido opositor Cambio Radical, radicó una moción de censura contra la ministra que puede obligar a su salida del cargo. El proceso aún no se ha iniciado, ya que las sesiones legislativas comienzan el 16 de febrero.

El expresidente Iván Duque entró en la discusión para defender su gestión y descargar toda la responsabilidad por la pérdida de los Juegos en el Gobierno de Petro. El exmandatario incluso recordó una idea muy sonada hacia el final de su cuatrienio: la de tener una carrera de la Fórmula 1 en la misma ciudad. Más allá del ruido y del rédito político que un anuncio de tal magnitud significaba, la idea pronto se desinfló por inviable en una ciudad con una limitación de infraestructura evidente que incluye al aeropuerto, fundamental para una competencia de esa categoría, y que lleva casi una década esperando a que sus obras de modernización terminen. Aun así, Duque también achacó la supuesta pérdida de la carrera de autos (que no se perdió, porque en realidad nunca se ganó) a la actual Administración: “Estos dos últimos [la Fórmula 1 y los Panamericanos] se perdieron por el saboteo y negligencia del actual Gobierno”, escribió en redes sociales.

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Este jueves, después de conocerse la revocatoria definitiva de la sede a Barranquilla, Petro dio a conocer una carta de Ilic en la que enumeraba las veces que Panam Sports intentó comunicarse con las autoridades colombianas para pedirles el cumplimiento del contrato, firmado en mayo de 2021. La primera comunicación data de enero de 2022 ―aún con Duque como presidente―. La siguiente, de septiembre de 2022 ―con Petro recién posesionado― y la tercera del 20 de octubre del mismo año. También menciona que, en agosto de 2023, la Organización puso como plazo el 29 de octubre siguiente para que Colombia cumpliera con el contrato, so pena de serle retirada la sede. El presidente argumentó que Panam Sports revocó la sede a Barranquilla por supuestamente tener un compromiso con Asunción. “Esta decisión unilateral y antes de la fecha máxima acordada [el 30 de enero] me parece una burla a Colombia”, finaliza Petro.

El presidente del Comité Olímpico Colombiano, Ciro Solano, afirmó que la pérdida de la sede fue resultado del “miedo o negligencia” del Gobierno, porque el dinero estaba. Aunque en su opinión el incumplimiento de Colombia fue “total”, reconoció que la ministra Rodríguez revivió a los Juegos, tras varios meses de pocas señales. “La ministra estuvo muy atenta y fue quien revivió los Juegos, porque estuvieron en el congelador casi nueve meses esperando la confirmación del Gobierno Nacional. [La exministra del Deporte] María Isabel Urrutia no le prestó atención al tema y al llegar Rodríguez empezamos a dialogar”, aseguró en W Radio el 22 de enero. Este viernes, en una rueda de prensa, Solano afirmó que con la revocatoria de la sede “se pierde la credibilidad” y, en términos monetarios, están en peligro más de dos millones de dólares.

Un mes después, y ya con las manos vacías, los señalamientos siguen en todas direcciones. Incluso se sumó a ellas el barranquillero Armando Benedetti, exembajador de Colombia en Venezuela y antiguo alfil de Petro, quien había optado por el silencio tras su salida del cuerpo diplomático: “Panamericanos… Ignorancia, improvisación y falta de experiencia de las personas que rodean al presidente. ¡Pobre Barranquilla!”, declaró. También habló el representante petrista Agmeth Escaf, barranquillero y cercano a la casa Char, quien, aunque aclaró que sigue “firme” con el presidente Petro, dijo que “la sede se perdió porque el Gobierno incumplió”.

Jaime Pumarejo, quien gobernó a Barranquilla mientras todavía era sede de los Panamericanos, optó por un tono más de resignación. “Triste noticia. Muchas lecciones dejará al país. Ojalá este sea un punto de inflexión y nos atrevamos a soñar. Barranquilla y Colombia merecen más y están para grandes cosas”, escribió en redes sociales. Sus palabras representan bien la sensación de derrota por unos Juegos que ya se perdieron, pero que dejaron un sabor amargo y un ingrediente más para el clima de confrontación política de cada día.

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Santiago Triana Sánchez
Periodista de EL PAÍS en la edición América Colombia. Ha pasado por la sección de Cultura y por la redacción del Diario AS, en Madrid. Es egresado de Periodismo de la Universidad Javeriana y Máster en la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.
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