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Rama Judicial
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Torpeza en las altas cortes

Abominable sería que los magistrados de esas altas cortes terminen por convertirse en juguetes de unos y otros, en vez de demostrar la verdadera majestad de la justicia

Fachada del Palacio de Justicia, sede del Poder Judicial de Colombia, en Bogotá.
Fachada del Palacio de Justicia, sede del Poder Judicial de Colombia, en Bogotá.GERMÁN MONTES

Los relacionistas públicos que se encargan de tender puentes entre políticos, empresarios y magistrados de las altas cortes andan de plácemes luego del resultado de la votación que hizo la semana pasada el pleno de la Corte Suprema y que dejó en tablas la elección de Fiscal General de la Nación.

Ante lo difícil que ha sido para estos personajes sentar a las integrantes de la terna con sus amigotes (o clientes) para que, en medio de elegantes comidas en alucinantes restaurantes, se hable sobre la justicia, su visión de país y sus preocupaciones, la solución resultó empantanar la elección del reemplazo de Francisco Barbosa e, incluso, llevar al absoluto desgaste a esta terna haciendo uso del mismo método que hace 14 años la misma Corte aplicó a la terna enviada por el entonces presidente Álvaro Uribe.

Los políticos, sobre todo aquellos que quieren que nunca nadie responda por la forma descarada en que durante años se han robado a Colombia, andan de plácemes pues hasta el momento la estrategia armada por el presidente del Congreso para dilatar la elección de nuevo Contralor General de la República ha funcionado. Sólo falta que la Corte Constitucional haga su parte para que el blindaje sea total.

El presidente del Senado podrá sacar cualquier tipo de excusa para justificar el incumplimiento de una orden judicial dictada en mayo del año pasado por el Consejo de Estado que conminaba al Congreso a elegir un nuevo Contralor, mas todos los meses transcurridos desde que se dio el fallo no son justificables bajo ningún lente. La explicación es sencilla: los políticos tradicionales se juntaron para ambientar en la Corte Constitucional la revisión de un fallo de tutela que devolvería al anterior Contralor a su cargo, evitando que el presidente Petro influya en la nueva elección que tendría que adelantar el Congreso.

El error de cálculo de políticos y relacionistas públicos es grande. Pero más grande y abominable sería que los magistrados de esas altas cortes terminen por convertirse en juguetes de unos y otros, en vez de demostrar la verdadera majestad de la justicia que debería ser incuestionable, impoluta y alejada de cualquier influencia. ¿Acaso no se dan cuenta de que seguir el camino de los manipuladores es darle argumentos al presidente Petro para que cuestione la transparencia de los máximos tribunales del país? ¿Acaso los sabios magistrados son tan ciegos que son incapaces de ver que al ponerse a jugar a la política terminarán sumidos en el mismo desprestigio que hoy ahoga a los integrantes del Congreso?

Hace 14 años, cuando se dio la parálisis en la elección de Fiscal, había argumentos válidos para decirle “no” a la terna presentada por Uribe, entre otros, que viniendo este de una reelección sería el segundo Fiscal nominado por el entonces presidente. El argumento era proteger la independencia de la justicia. Aquí el escenario es otro: sencillamente no quieren un fiscal nominado por Petro.

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Pasa lo mismo con el caso del Contralor. No quieren uno que pueda tener el visto bueno de Petro. ¿Por qué los demás presidentes si han podido y Petro no? ¿Es eso justicia, señores magistrados?

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