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Juan Daniel Oviedo: “Las cifras no mienten, habrá segunda vuelta”

EL PAÍS y Hora 20 de Caracol Radio entrevistaron a los tres candidatos punteros a la Alcaldía de Bogotá. El candidato independiente evalúa a la alcaldesa Claudia López, de quien dice que pasa raspando, y raja al presidente Gustavo Petro

Juan Daniel Oviedo
Juan Daniel Oviedo en Bogotá, el 14 de agosto.Diego Cuevas

Juan Daniel Oviedo (Bogotá, 46 años) tiene la garganta irritada. Ocho meses de campaña a la Alcaldía de Bogotá, primero recolectando firmas y luego compitiendo con otros aspirantes, han tenido su impacto. A horas de las elecciones de este domingo, en una entrevista con EL PAÍS y Hora 20 de Caracol Radio critica a los llamados al voto útil, que amenazan con quitarle impulso a su aspiración ante la incertidumbre por una segunda vuelta que, dice, será una realidad.

Pregunta. ¿Cómo está proyectando estas últimas 48 horas de campaña?

Respuesta. En estas 48 horas tenemos el último debate de televisión abierta, por Caracol Televisión, estaremos antes en ‘volanteos’, repartiendo nuestros periódicos, compartiendo con la gente. La sensación es que esto es voto finish, porque —como hemos insistido a lo largo de esta semana— segunda vuelta va a haber. Las cifras no mienten. Esto no se resuelve este domingo 29 de octubre. Ese día es una etapa fundamental de la democracia para un reencuentro el próximo 19 de noviembre.

Estamos preocupados. Carlos Fernando Galán insinuó que yo había elevado el tono de la confrontación, pero yo no tengo un problema con él o con otros candidatos. Lo que me preocupa es el tono de miedo que tomó la campaña en las últimas semanas. Me parece irresponsable querer fundamentar una propuesta de: saquemos esto en primera vuelta, y votar a través de la técnica del voto útil por el candidato puntero de las encuestas, que es Galán en su tercer intento y con un programa con el cual tenemos afinidades en muchos temas. Pero es muy preocupante la narrativa de decir ’votemos por Galán para sacar a quien le da miedo a dos terceras partes de la población de Bogotá', que es el presidente Gustavo Petro, que tiene de candidato a Gustavo Bolívar, como ha reconocido explícitamente el aspirante.

Entonces, estamos súper comprometidos de estar en la calle transmitiendo el mensaje que segunda vuelta sí va a haber y que, por favor, votemos este domingo por el candidato que cada uno quiera. La democracia nos ha permitido que Bogotá resuelva el problema de las tres últimas elecciones, de tener alcaldes elegidos por la minoría, con una segunda vuelta.

P. Usted se presenta y para la gente es el outsider de esta elección, y dice en sus publicidades que no es un político. ¿Qué esperar de usted en el ejercicio de una gobernanza que requiere de la política?

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R. Me gusta esa pregunta. Estoy siendo un actor político y no lo puedo negar. Lo que es importante es que desde este 8 de agosto, cuando dejé de ser servidor público, estamos construyendo un proyecto político a través de un movimiento independiente, en el que queremos que Bogotá y Colombia puedan entender que la independencia puede venir con la verdad. Durante estos casi ocho meses y medio en la calle la gente nos ha dicho: ‘Es que todos se pintan independientes y después voltean la arepa, como decimos en la calle, terminan metidos en un partido político”. Pero la independencia y la verdad pueden ir juntas; podemos construir un proyecto basado en las necesidades de las personas. Un proyecto para Bogotá que esté fundamentado en lo que necesita la ciudad y no en qué rol va a jugar en las futuras elecciones presidenciales. Porque también hay una narrativa de que estas elecciones territoriales, sobre todo en Bogotá, son como el primer round de la primera vuelta presidencial en 2026.

Aspiramos y estamos convencidos de que llegaremos a ser alcalde de Bogotá, y vamos a tener que gobernar con un Concejo y con unas juntas administradoras locales, pero lo haremos con conversaciones abiertas por encima de la mesa, no con los acuerdos tradicionales por debajo de la mesa.

Juan Daniel Oviedo, Rodrigo Lara y Gustavo Bolívar
Los candidatos Juan Daniel Oviedo, Rodrigo Lara y Gustavo Bolívar hablan antes de empezar un debate el 18 de octubre.CHELO CAMACHO

P. ¿Cómo sería esa relación suya como alcalde con un Concejo compuesto en buena medida por políticos tradicionales?

R. El Concejo Distrital tiene una tradición partidista que viene de la misma mecánica electoral. Yo tenía un umbral de 50.000 firmas para ser candidato independiente a la Alcaldía; un concejal que se quiera lanzar de la misma forma debe recoger 26.000 firmas. Entonces no es un buen negocio ser independiente en el Concejo. Ante eso, ¿qué hicimos? Llegamos y tomamos el café llamado ‘El que llega a saluda’, para entender cómo funciona el Concejo. Nos presentamos a los concejales activos diciéndoles que no queremos ser el aparecido típico que llega a decir: ‘A mí no me importa la política’. No, nosotros queremos preparar ese tipo de alianzas.

Pero queremos que sean alianzas programáticas, con propuestas concretas, como las que ya hemos venido resolviendo con candidaturas al Concejo como las de Julián Sastóque, Natalia Goyeneche, Sandra Forero, del Centro Democrático, Carlos Rodríguez, del Partido Conservador. Tenemos una cantidad de personas con propuestas concretas, en las cuales estamos uniendo esfuerzos para decirle a los habitantes de Bogotá que vamos a gobernar de forma disciplinada, respetando al Concejo y a las juntas administradoras locales.

P. En esas propuestas concretas usted ha dicho que las obras públicas se harán las 24 horas para poder facilitar y agilizar su terminación. ¿Cómo va a funcionar concretamente?

R. El proyecto Bogotá 24 horas es establecer cómo resolver los problemas de movilidad, de seguridad y de pobreza al mismo tiempo. Bogotá funciona también de noche y necesitamos reconocerlo no solo en los turnos industriales o manufactureros, que suceden entre las nueve de la noche y las seis de la mañana, sino montarnos en esa actividad económica. Por ejemplo, que la operación logística de carga y descarga de mercancías que genera trancón también suceda por la noche. Eso va a generar empleo e implica un presupuesto del Distrito para compensar el mayor costo que van a tener que asumir los empresarios con el recargo nocturno, sobre todo con la reforma laboral que propone el Gobierno nacional. Además, va a permitir algo intuitivo. Si nos estamos moviendo de noche, la noche no se vuelve el refugio de la inseguridad y, con mayor pie de fuerza, vamos a lograr garantizar más seguridad. Entonces es una propuesta recursiva que nos va a permitir cumplir ese propósito general de tener soluciones a los problemas ya, que tiene costos fiscales que vamos a asumir y que tiene que planearse muy bien.

P. Un tema de gran preocupación es el manejo de basuras. La Procuraduría alertó que el relleno sanitario de Doña Juana sólo tiene capacidad hasta el 2025. ¿Cómo enfrentarlo?

El manejo de las basuras es lo que uno llama en el lenguaje de planeación un proyecto estrella, que tiene que verse con la historia, constructivamente. Hubo momentos del pasado en los que Bogotá estuvo limpia. Hoy estamos viendo que una de las principales preocupaciones en la cotidianidad de la gente es la suciedad porque genera percepción de inseguridad, hace visible a los habitantes de calle y los migrantes, que son actores que ingresaron a la cadena de reciclaje. Por eso estamos proponiendo que sea un proyecto integral. Que desde la cultura ciudadana le enseñemos a la gente cómo se hace la separación en la fuente y que la tarifa de aseo decrezca rápidamente si se separa, para crear un incentivo económico. También trabajar en el bienestar de los recicladores, pensar en la movilidad asistida para que no tengan que hacer tanta fuerza humana para mover las carretas; resolver el tema de los habitantes de calle y de los migrantes venezolanos, actores no disciplinados en la rutina de reciclaje en la ciudad. Y, finalmente, ejercer autoridad en la supervisión de las concesiones de recolección, barrio y limpieza, con adiciones presupuestales rápidas para que recojan la basura de los puntos críticos.

Con eso, vayamos al contrato de aprovechamiento y disposición final y resolvamos cómo empezar a sacar el 51% de material orgánico que está enterrado en Doña Juana, que sirve para compost o para generar energía, como también lo menciona Carlos Fernando Galán en su propuesta. También resolvamos cómo garantizar que este relleno pueda convertirse en 15 o 20 años en un gran parque logístico para Bogotá y Villavicencio, aprovechando la salida de toda la basura que tenemos enterrada. Finalmente, tener una propuesta muy audaz —en eso yo soy experto porque he trabajado en ese tema— para las nuevas concesiones de recolección, barrido y limpieza, que reconozcan el mayor espacio urbano y espacio verde que tiene la ciudad, la población flotante del área metropolitana y que la disposición final no tenga ese incentivo perverso actual de pagar por el peso entregado, sin verificar la calidad de lo que estamos enterrando. Esa sería la propuesta integral.

P. Pasemos a otro problema que deberá enfrentar, que tiene que ver con la alimentación. Según ‘Bogotá como vamos’, 24,7% de los bogotanos el año pasado no logró acceder a las tres comidas diarias; según la FAO, 25 de cada 100 hogares tienen dificultades para acceder alimentos de calidad. ¿Cómo solucionar ese problema?

R. Tenemos que buscar resolver en Bogotá la pobreza que nos dejó la pandemia de forma estructural. Debemos reconocer que en los últimos 26 años de historia de medición de pobreza, Bogotá nunca había visto cifras tan alarmantes. Prácticamente 1 de cada 10 habitantes de Bogotá se encuentra en situación de insuficiencia alimentaria extrema, lo que llamamos pobreza monetaria extrema.

Eso requiere, primero, unas herramientas asistenciales desde el punto de vista nutricional, que se van a alimentar de un trabajo con las reservas campesinas de Sumapaz, Usme rural y Ciudad Bolívar rural. La idea es fomentar los micronegocios agropecuarios para que recibamos una oferta agroalimentaria de proximidad, de mejor calidad, con menores precios. También vamos a acercar a Corabastos, aprovechando las plataformas, a nuestras casas. Muchas personas hoy usan su teléfono para mercar en Carulla, en el Exito o en cualquier cadena. ¿Qué tal si pudiéramos mercar en Corabastos, y desarrolláramos una operación logística de despacho que genere empleo ordenada, con mejores precios para los consumidores finales o incluso los tenderos? Esto va a permitir que el plan de alimentación escolar sea menos costoso y que los comedores comunitarios, que tristemente en el pasado fueron foco de corrupción, puedan resurgir para atender a la población habitante de calle, que se estima que pasó de 9.500 a 17.000 personas, y que pueda resolver los problemas de alimentación de la población migrante venezolana. Recordemos que 1 de cada 10 personas que vive hoy en Bogotá es un migrante venezolano.

Finalmente, desde la perspectiva estructural, Bogotá necesita resolver el hambre con empleo. Propongo 287.000 nuevos puestos de trabajo a partir de siete motores estratégicos, entre ellos los sectores que ha priorizado Bogotá en su estrategia especialización inteligente: la obra pública, las tecnologías de información y comunicaciones, y nuestro proyecto estrella Bogotá 24 horas.

Oviedo se prepara para grabar contenido de campaña, el 20 de octubre.
Oviedo se prepara para grabar contenido de campaña, el 20 de octubre.Diego Cuevas

P. ¿Cómo califica usted el gobierno de Claudia López?, ¿qué mantendría y qué cambiaría?

R. Hemos sido claros: de 1 a 5 hemos dado una calificación entre 3 y 3,5; es decir, pasa raspando. Creemos que hay que reconocer el liderazgo de la alcaldesa en la gestión de la pandemia y en el despliegue del sistema distrital de cuidado. Le dieron el Premio Nobel a Claudia Goldin, la economista que ha escrito sobre estos temas, lo que muestra la pertinencia de esta apuesta de resolver los estereotipos de género con infraestructura pública. También haber superado que el Distrito no pensaba en la educación posmedia, creando Atenea para administrar Jóvenes a la U y Todos a la U, que es la semilla para que Bogotá pueda tener un ecosistema de oficios y habilidades. Y creo que la gestión de transferencias sociales que se desplegó fue muy profesional y muy focalizada.

¿Qué problemas le vemos? La soberbia en algún momento de llegar a creer que estaba compitiendo con el presidente de Duque en la gobernanza del país en el marco de la pandemia, una soberbia también manifestada en los problemas de seguridad que estamos viendo en la ciudad.

P. ¿Y del Gobierno Petro, cuál es su evaluación?

R. Con el presidente Gustavo Petro creo que no puedo ser tan generoso con la calificación. Me preocupa muchísimo la ideologización de los problemas del país. Yo le reconozco algo. No que me haya ofrecido puesto sino que fue la primera persona en hablar claro, desde la política pública, del hambre. En Colombia se pensaba que como tenemos una gran despensa agrícola no había hambre, y él fue de los primeros que creyó en las cifras de hambre que publicó el DANE, las utilizó en su campaña política. A mí me dijo: ‘Necesito que me ayudes a que las cifras de hambre nos ayuden a orientar políticas públicas y sobre todo a integrar a la población campesina en esa oferta’. Pero, tristemente, el hablar claro de hambre no es lo mismo que ser efectivo en la resolución del hambre, sobre todo en un país que está viviendo una incertidumbre económica que nos va a llevar a que la inflación esté desbordada y tenga tasas de interés afectando al sector productivo que hoy necesita mejorar el clima de inversión.

P. Usted propone activar a Bogotá de noche, ponerla a trabajar para que la delincuencia no actúe. ¿Qué más propone en términos del robo callejero, de celulares, de las bandas organizadas?

R. Hemos propuesto que no pensemos que la seguridad tiene un color político, nos afecta a todas las personas que habitamos en Bogotá. Por consiguiente necesitamos soluciones integrales, un perfil gerencial de la gestión de la seguridad, que Juan Daniel Oviedo como alcalde demuestre su capacidad de sentar a la Policía, a la justicia, a la seguridad privada y a la ciudadanía en una mesa y decir, como decimos en la calle: ‘Bueno hermanos, ¿qué vamos a hacer para que haya más seguridad?’. Y que esa articulación se convierta en el eje de cómo mejoramos los indicadores de seguridad con prioridades: cinco localidades en 100 días, con puestos de mando unificado para mejorar los indicadores; contratación no de cámaras sino de servicios de monitoreo, porque el sector público se encarta con los fierros de la tecnología; inteligencia y al mismo tiempo promover una reconciliación entre los jóvenes y la Policía.

En todos los debates desde que comenzó la recolección de firmas el 7 de febrero siempre ha habido una tensión muy fuerte por esa relación entre los jóvenes y la Policía en el marco de lo que sucedió en el estallido social. En vez de ignorar esa tensión queremos sentarnos y definir las reglas de juego para que podamos pasar la página. Eso no significa interrumpir los procesos de judicialización de las personas que usaron la violencia —se requiere autoridad y que la justicia responda— pero sí definir hacia adelante unas reglas de buen trato de la Policía y de los jóvenes, con la garantía de que la Policía es responsable del orden y la seguridad en Bogotá.

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