Qué pasa con las Fuerzas Militares
Ahora los uniformados son secuestrados y su rescate se asemeja a la liberación de guerrilleros; se convirtieron en víctimas en lugar de protectores
En tiempos recientes, el escenario político colombiano parece sacado de las páginas de un cómic absurdo. Los militares, aquellos que llevan la responsabilidad de mantener el orden y la seguridad, son secuestrados, y el general Helder Giraldo, comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, lanza un llamado urgente. “Estamos viviendo tiempos difíciles”, declara. Pero, ¿en qué momento los uniformados se convirtieron en víctimas en lugar de protectores?
Según el diario El Tiempo, los casos se registraron en la tarde del pasado sábado y fueron reportados por la institución armada con pocos minutos de diferencia. El primero de ellos tuvo lugar en la vereda San Jorge, zona regular de San José de Guaviare, cuando un grupo de soldados del Comando Específico del Oriente fue “retenido” en medio de una asonada (secuestro). De acuerdo con el comando de la Fuerza de Tarea Conjunta Omega, los uniformados fueron víctimas de agresiones verbales y físicas, y en ese momento una sección de la unidad fue retenida (secuestrada) de manera ilegal y conducida con dirección hacia Puerto Cachicamo.
Por otra parte, en la tarde del sábado se produjo el asalto a un grupo de uniformados que se desplazaban para integrar el dispositivo de seguridad en varios puestos de votación en el municipio de Briceño, Antioquia. Los militares fueron rodeados por 150 personas, quienes les robaron celulares, ropa y alimentos. Todos estos horrores se producen en medio de lo que se denomina el cese al fuego bilateral, con muchos protocolos para verificar la situación de los militares secuestrados.
El jefe militar del Cauca, general Federico Mejía, no pudo ingresar a seis corregimientos de la zona El Plateado porque los subversivos estaban escondidos en cambuches de las disidencias entre la población civil. Se da por descontado que buscan influir en los resultados electorales. La Misión de Observación Electoral advirtió que 30 de los 42 municipios que tiene el Cauca presentan un riesgo alto o extremo por violencia en medio de las elecciones.
El general Giraldo apela a la valentía, la inteligencia y la previsión en estos tiempos “extraños”. Como quien dice, la vaina está jodida. Subuso, el personaje de las tiras cómicas de los años sesenta, estaría aterrado ante esta situación. Pero la ironía alcanza su punto máximo cuando el rescate de los militares secuestrados se asemeja más a la liberación de guerrilleros. Robados e insultados, necesitaron la intervención de organizaciones internacionales para recuperar su libertad, como si fueran unos delincuentes.
¿Dónde queda la dignidad de los uniformados si son vilipendiados y secuestrados por civiles? La confusión en torno al papel de las Fuerzas Armadas parece ser moneda corriente en la sociedad colombiana. En lugar de reconocer su deber como autoridad militar legítima, pareciera que son incomprendidos y despojados de su honor.
Estos tiempos sin duda son desafiantes, pero es crucial que no solo los asesores jurídicos elaboren denuncias, sino que seamos capaces de desenmascarar la absurda realidad que rodea a nuestras fuerzas militares. La valentía, la inteligencia y la previsión son importantes, pero la claridad y la comprensión de su función en la sociedad también lo son. Tal vez es hora de que, al igual que Subuso, comencemos a cuestionar las cosas absurdas e increíbles que suceden a nuestro alrededor. Ruedan cabezas de generales pero la situación no mejora. El director de la Policía Nacional, general William René Salamanca, promete una reingeniería para mejorar los resultados de cara a la seguridad ciudadana en el país y a las operaciones en la lucha contra el crimen transnacional. Confiemos.
Nota: esta columna se produjo con apoyo de la inteligencia artificial.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS sobre Colombia y aquí al canal en WhatsApp, y reciba todas las claves informativas de la actualidad del país.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.