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Newsletter de Colombia
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La paz total, pendiendo del hilo de las regionales

Las elecciones locales de este domingo 29 de octubre pueden influir de manera definitiva en el proyecto de paz del Gobierno del presidente Gustavo Petro

Agentes de la policía resguardan una casilla electoral en Medellín
Unos agentes de la Policía resguardan un puesto electoral en Medellín.JOAQUIN SARMIENTO (AFP)
Nicholas Dale Leal

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Buenos días, lectores:

‌Está llegando la hora de la verdad. Este domingo Colombia elegirá 32 gobernadores y 418 diputados para las asambleas departamentales; 1.102 alcaldes y 12.072 concejales de todos los municipios y distritos del país. No es poca cosa. Entre tantas carreras electorales, algunas atraen más atención que otras –aquí mismo, hace una semana, nos enfocamos precisamente en el panorama de las cinco principales ciudades del país–, pero hoy queremos resaltar la importancia de estas elecciones en lugares tal vez menos mediáticos y tal vez menos cruciales para el tablero político nacional, pero que pueden decidir el futuro de una de las principales apuestas del Gobierno de Gustavo Petro: la paz total.

‌Esto se da por la naturaleza misma del proyecto del presidente, que propone negociaciones paralelas con grupos guerrilleros y criminales grandes y pequeños, a lo largo y ancho del país. En gran medida, entonces, el proyecto depende de la situación en cada región, de sus alcaldes y concejales. Porque dos de los principales actores armados, el ELN y la disidencia de las extintas Farc conocida como Estado Mayor Central, son más federaciones de estructuras locales que grupos centralizados; porque las regiones más afectadas por los actuales conflictos (que no son uno, sino siete con actores distintos, explica el Comité Internacional de la Cruz Roja), están lejos de las grandes ciudades y de los reflectores.

‌Esto no significa que algunas elecciones “de las grandes” no influyan. Las de Cali y del Valle del Cauca, por ejemplo, son cruciales, porque en ese rincón del occidente del país se concentran actualmente gran parte de los actores armados activos y grupos narcotraficantes. También, en ese mismo departamento, las de Buenaventura, donde este año ha avanzado y luego fracasado uno de los primeros intentos de echar a andar la paz total entre dos pandillas que tenían aterrorizada a la población desde hace años, adquieren un peso especial.

‌Pero sucederá lo mismo en decenas de pueblos más pequeños que son la zona cero de la violencia en Colombia. Precisamente allí es donde la presencia de los grupos armados puede inclinar, ilegalmente, la balanza de unas elecciones. La oenegé Misión de Observación Electoral (MOE) presentó un mapa de factores de riesgo de cara a los comicios del domingo 29 de octubre y concluyó que en 166 municipios, el 15% del total, hay indicadores muy serios de posible fraude y violencia en la jornada. Los departamentos de Nariño, Chocó, Antioquia y Cauca son los que presentan mayor riesgo para votantes y candidatos; no es una sorpresa porque coinciden con alta presencia de actores armados, conflictos locales y cultivos de coca.

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‌A pesar de ese riesgo latente que flota ominosamente sobre por lo menos 166 elecciones locales, solo podemos especular sobre los objetivos de la influencia que aspiran ejercer los diferentes grupos violentos en cada territorio. Tal vez en algunos casos buscan que se elija un alcalde abierto a negociar bajo la sombrilla de la paz total, para poder avanzar sin tropiezos hacia esa meta. Pero esto posiblemente sea demasiado optimista, por lo menos en muchos casos. La realidad del país apunta más bien en la dirección contraria: a que actores armados busquen gobiernos locales que cooperen con ellos, que sean corruptibles y permitan que sus negocios sigan prosperando, como nunca lo han dejado de hacer. La posibilidad de que siquiera un alcalde termine debiendo su poder a un grupo armado, hace más difícil negociar con el actor ilegal que tenga esa parcela de poder ¿Cuál es el incentivo de pasar a la legalidad cuando ya se es dueño de parte de ella? En estas elecciones, la viabilidad misma de la paz total pende de un hilo.

Otras historias

Antes de despedirme, y siguiendo con el tema de la semana, les comparto estos artículos sobre las elecciones regionales que hemos publicado en la última semana para que lleguen al domingo lo más enterados posible:

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Sobre la firma

Nicholas Dale Leal
Periodista en EL PAÍS América desde 2022. Máster de periodismo por la Escuela UAM-EL PAÍS, donde cubrió la información de Madrid y Deportes. Tras pasar por la Redacción de Colombia, ahora es parte del equipo que produce la versión en inglés del periódico.
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