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Gobierno de Colombia
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Viene el cambio… de ministros

¿En qué sí fueron exitosos Carlos Caicedo y Daniel Quintero? En construir y consolidar el relato del enemigo común para así dividir a Santa Marta y a Medellín

Daniel Quintero frente a la Procuraduría General de la Nación
Daniel Quintero en Bogotá, el 13 de mayo de 2022.Mauricio Dueñas (EFE)

La fecha no podía ser más propicia. Apenas pase el día de Halloween o la Noche de las brujas, llegarán a integrar el gabinete de Gobierno el exalcalde de Medellín Daniel Quintero y el exgobernador de Magdalena Carlos Caicedo. Y digo que caen en buen momento del calendario porque entre la noche de horror, que se supone es aquella del 31 de octubre, y la anestesia general que trae consigo la Navidad, para muchos pasará de agache el premio que el presidente dará a dos hombres que no hicieron más que construir sobre la división y el odio.

Repite y repite el presidente Petro, como si las palabras y no los hechos fueran aquellos que configuran la realidad, que su Gobierno busca un Acuerdo Nacional (así en mayúsculas). Repite y repite, pero hace todo lo contrario. Si no, que explique en qué contribuye al dichoso Acuerdo traer a su Gobierno a dos personas que poco hicieron para generar consensos como mandatarios locales y que, más bien, se dedicaron a romper el ya averiado tejido social de los lugares que los tuvieron como mandatarios.

Comencemos por lo esencial: a Daniel Quintero y a Carlos Caicedo poco les importa lo que pase en Colombia, en Medellín o en Santa Marta. Si les importara y conocieran el sentido de la responsabilidad, no habrían renunciado a sus cargos para dedicarse a hacer política y asegurar que sus familiares sean elegidos para quedarse así con las riendas de la ciudad o departamento que los eligió hace cuatro años. ¿O acaso es muy democrático irse para dejar como sucesor a un hijo, a una esposa, a una hermana, a un primo o a un cuñado? ¿Ese esfuerzo y esas renuncias no se parecen, más bien, a aquellas rancias historias de la realeza donde se cree que, investidos por un poder divino, solo los de un linaje han sido elegidos para decidir el futuro de todo un pueblo?

Pero he de corregir: a Quintero y a Caicedo sí les importa lo que pasa en Medellín y en Santa Marta. Les importa que se garantice que los negocios que dejaron hechos se mantengan, mas no les importa cambiarle de manera veraz y definitiva la vida a quienes estuvieron bajo su mandato.

Si me equivoco, tras la hegemonía caicedista en Santa Marta, ¿dónde está el acueducto que desde hace años pide a gritos la ciudad? Si me equivoco, tras el Gobierno de Quintero, ¿qué se hizo para contener la gentrificación que convirtió a Medellín en una ciudad donde pagar un arriendo es imposible mientras el trabajo sexual se multiplica y las bandas criminales siguen siendo las dueñas del lugar?

¿En qué sí fueron exitosos Caicedo y Quintero? En construir y consolidar el relato del enemigo común para así dividir a Santa Marta y a Medellín entre unos supuestos buenos y unos supuestos malos. Los malos son los culpables de todo lo que no funciona y a su vez los buenos no pueden hacer nada mientras existan los malos. Por lo tanto, a los malos hay que aniquilarlos. ¡Vaya filosofía con aroma a totalitarismo!

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Esos dos señores están alistando los trajes para llegar a paralizar aún más el Gobierno. A llenar de personalismo y ego las carteras que el presidente les tiene listas. Cosa que sorprende porque pareciera que Petro no se ha percatado de que a ellos no les importa que su Gobierno funcione, sino que llegan con sus ambiciones propias a envenenar al que sea con tal de brillar ellos, solo ellos y nada más que ellos.

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