_
_
_
_
_

El Banco de la República mantiene la tasa de interés en 13,25%

El banco central se muestra cauto ante un posible repunte de la inflación por el efecto que podrían tener la subida de la gasolina y el fenómeno climático de El Niño

Edificio del Banco de la República, en Bogotá
Edificio del Banco de la República, en Bogotá.Nathalia Angarita (Bloomberg)

El Banco de la República, el ente emisor colombiano, ha dejado la tasa de interés de referencia por segundo mes consecutivo en un 13,25% anual. Esa medida frena el proceso de estabilización en el precio del dinero y las perspectivas de muchos analistas sobre el comienzo de un descenso gradual en las tasas. Los motivos tras la cautela del organismo se centran en el probable impacto del fenómeno climático de El Niño sobre la agricultura y en el incremento escalonado en los precios de la gasolina. Son dos segmentos con gran peso en el comportamiento de la alta inflación (12,3%). Se trata, pues, de una luz de precaución para las actuaciones macroeconómicas del banco central, enfocadas desde hace meses en enfriar el consumo para estabilizar el precio de la vida.

Colombia subió por última vez sus tipos 0,25 puntos básicos en mayo, pasando del 13% al 13,25% anual vigente. Desde entonces, la inflación ha cedido de forma moderada y la mayoría de analistas han previsto el fin del enérgico ciclo alcista iniciado por el banco en septiembre de 2021 (por entonces el nivel era del 1,75%). La lectura del exministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, es que el Banco de la República tendrá que “bajar más fuertemente las tasas en septiembre, cuando se vuelva a reunir para discutir el tema”. En su opinión, el peso del precio de los alimentos ante las sequías proyectadas por cuenta de El Niño, y los efectos del incremento de la gasolina, será moderado.

El gerente general del banco, Leonardo Villar, recordó durante la rueda de prensa que “predecir un nivel de tasa” resulta imposible debido al influjo de los mercados internacionales y otros factores impredecibles en los ajustes del emisor. A su lado se encontraba el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, quien fue más enfático y aseguró que ya es hora de empezar a bajar los tipos de referencia. Dos interpretaciones con evidentes matices en la lectura de la política macroeconómica. Y es que el ministro Bonilla ha manifestado en diversas ocasiones sus dudas sobre la eficacia del camino escogido por el banco central y sus aprensiones con una receta que también ralentiza el crecimiento.

La inflación en Colombia del 12,3%, según su lectura anual de junio, aún supone una amenaza para el funcionamiento regular de la economía, que se sacude de a poco de las secuelas y vaivenes económicos tras la temporada de pandemia: “Tenemos que examinar la tendencia efectiva del comportamiento de la inflación. Nosotros esperamos llegar a diciembre con una tasa de un dígito, 9,2% es lo que está en las proyecciones económicas. Y bajo esa expectativa esperamos que la tasa de intervención haya empezado a bajar”, reiteró hoy el ministro Bonilla.

De acuerdo con los análisis del Banco de la República, admitió el gerente Villar, los datos de inflación para junio sugieren que se sigue en una senda de reducción, “incluso más de lo que estaba previendo el equipo técnico”. Pero precisó que la inflación básica, que excluye los precios de los alimentos y de la energía, se “mantiene relativamente estable”. Se trata, por tanto, de un indicador que le aporta mayor nitidez a los analistas porque excluye los elementos más volátiles, arrojando una foto más significativa.

Newsletter

El análisis de la actualidad y las mejores historias de Colombia, cada semana en su buzón
RECÍBALA

Pero si parte de la atención se ha concentrado en el fantasma de la inflación, otros indicadores sugieren que el proceso ha sido lento, pero va bien encaminado. Hoy se conoció que el desempleo cayó en junio a 9,3%, según el informe de mercado de trabajo publicado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE): “Es una señal de que el mercado tiene una altísima expectativa en la recuperación de la economía”, explicó el ministro Bonilla. “Normalmente lo que uno espera es que la reducción del desempleo llegue con cierto retraso con respecto a los momentos en que las tasas de crecimiento se reducen”.

Lo que sugiere el informe del DANE, prosiguió Bonilla, es que la reactivación en el mercado de trabajo es palpable. Los empresarios están contratando más empleados y los trabajadores autónomos se están incorporando de nuevo a la actividad económica. “Todo eso reafirma la idea de que la expectativa de crecer al 1% con la que se arrancó el año, ya ha cambiado por otra y es que vamos a crecer al 1,8% y probablemente podríamos terminar al 2%”, añadió.

Pero, como si se tratara de un contrapunteo entre dos lecturas de la realidad, el gerente del banco, una entidad con autonomía frente al Ejecutivo, matizó las palabras del jefe de cartera sobre las proyecciones de crecimiento: “Hemos tenido señales encontradas. Para el primer trimestre del año la actividad creció más de lo que teníamos previsto. Pero para el segundo semestre tenemos información parcial que sugiere una desaceleración más fuerte de la que teníamos prevista”. Y en tono flemático remató: “En cualquier caso, el equipo técnico mantiene unas previsiones de crecimiento muy cautelosas, similares a las que venía mostrando en informes anteriores”. De acuerdo con esas proyecciones, la economía colombiana crecerá este año un lánguido 1%.

Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS sobre Colombia y reciba todas las claves informativas de la actualidad del país.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_