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Las ocho piezas del patrimonio de Colombia que quieren subastar en París

Las embajadas de Colombia, Ecuador, Guatemala, México, Panamá y Perú se unieron para rechazar la subasta que se hará el 3 de abril en la Casa Millón y Asociados

Máscara facial. Calima, Colombia, 200 a.C. a 500 d.C.
Máscara facial. Calima, Colombia, 200 a.C. a 500 d.C.IMAGEN TOMADA DEL CATÁLOGO DE MILLON.COM
Catalina Oquendo

A contrarreloj siete países de América Latina intentan detener la venta de su patrimonio arqueológico en la casa de subastas Millon & Associés, de París. La fecha para la puja denominada Los imperios de luz IV: Colecciones privadas europeas de arte precolombino es el 3 de abril y en ella pretenden vender 109 piezas precolombinas de México, Perú, Bolivia, Ecuador, Guatemala, Panamá y Colombia.

Las embajadas de esos países han decidido actuar de forma coordinada y rechazaron la venta de estos bienes culturales. Deploramos que, una vez más, se mantengan prácticas de comercio ilícito de bienes culturales que socavan el patrimonio, la historia y la identidad de nuestros pueblos”, manifestaron en un comunicado conjunto ante el gobierno francés e invitaron a “detener las transacciones”. No es la primera vez que se unen para tratar de frenar las subastas y tampoco la primera que esa casa parisina decide poner a la venta el patrimonio precolombino. “(Las subastas) fomentan el saqueo, el tráfico ilícito y blanqueo de bienes perpetrados por la delincuencia organizada transnacional”, dicen los embajadores.

Colombia, que evita la venta de 8 piezas precolombinas, se ha sumado al rechazo y ha señalado que estas ventas “fomentan el saqueo, el tráfico ilícito y blanqueo de bienes perpetrados por la delincuencia organizada transnacional”. El Ministerio de relaciones exteriores del Gobierno de Gustavo Petro ha confirmado que se trata de piezas arqueológicas auténticas.

Luis Armando Soto, director de asuntos culturales de la Cancillería, ha explicado que el Instituto de Antropología e Historia (Icahn) no encontró antecedentes de pérdida o robo de estas piezas, pero tienen algunas líneas tentativas sobre la forma en que ese patrimonio fue sacado del país. “Es difícil identificar en qué momento una pieza sale del territorio. México ha propuesto que en lugar de que sean los países los que tengamos que probar cómo salieron, sea quien subasta las piezas el que demuestre el origen legal de lo que estaba vendiendo y no al revés”, dice. Colombia se acerca a esa posición.

Cuenco de ofrenda. Nariño, Colombia, 1200-1400 d.C.
Cuenco de ofrenda. Nariño, Colombia, 1200-1400 d.C.IMAGEN TOMADA DEL CATÁLOGO DE MILLON.COM

Francia ha sido uno de los principales destinos del tráfico ilegal de piezas arqueológicas de Colombia. En 2016, el (Icahn) encontró que en la galería Christies de París fueron subastadas 21 piezas de diferentes culturas; otras 26 de las culturas Tumaco, Tayrona y Quimbaya, en la casa Gaia de la capital francesa; y en la Millon, donde ahora se repite la operación, subastaron una de la cultura muisca y 14 de Tumaco.

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De acuerdo con el peritaje del Icanh, la primera de las ocho piezas que Millon pretende vender ahora es una máscara facial de la cultura calima, de entre el año 200 a.C y el 500 d.C. Muestra el rostro de un señor chamán con expresión adusta bajo el efecto de un alcaloide tropánico (una mezcla de hojas de coca con cal). “El reverso de la pieza tiene una forma circular pura. Oro tallado, repujado y calado, ensamblado en el reverso” dice la web de la Casa Millones, que también explica que esta pieza fue revisada en julio de 1997 por la empresa Conservation and technical services Ltd, del Birkbeck College de la Universidad de Londres.

Otras son “tres adornos circulares”. Así titula Millon a las figuras de oro tallado, martillado y ensamblado de la cultura Quimbaya, del 200 al 1500 d.C. También aparece a la venta un pectoral ceremonial de oro repujado y calado de la cultura Calima, de entre 100 a.C. y 500 d.C. Presenta las imágenes de tres cabezas de chamanes bajo el efecto de un alcaloide. “Sus miradas despiertas y dinámicas se ven acentuadas por sus ojos muy abiertos”, dice la página de la Casa de subastas y agrega que tiene “algunos pequeños desconchones, bordes ligeramente arrugados, desgarros y restauración indígena del periodo precolombino”.

Las otras son una orejera de oro que venden en ensamble con otras piezas de Perú y México; un cuenco de ofrenda de la cultura Nariño con dos ciervos naturalistas estilizados y decoración cuadriculada color Terracota; y un hacha lítica con filo anguloso que proviene de la cultura Tairona.

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Sobre la firma

Catalina Oquendo
Corresponsal de EL PAÍS en Colombia. Periodista y librohólica hasta los tuétanos. Comunicadora de la Universidad Pontificia Bolivariana y Magister en Relaciones Internacionales de Flacso. Ha recibido el Premio Gabo 2018, con el trabajo colectivo Venezuela a la fuga, y otros reconocimientos. Coautora del Periodismo para cambiar el Chip de la guerra.

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