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El regreso de Germán Vargas Lleras

El exvicepresidente, una de las figuras políticas más reconocidas de Colombia, reaparece en el debate con una reforma a la salud contraria a la del Gobierno y su primera entrevista larga a medios en cinco años

Germán Vargas Lleras
Germán Vargas Lleras, durante un debate presidencial en Bogotá en 2018.Gabriel Aponte (Getty Images)
Juan Esteban Lewin

“Sorprende su pasividad, no se entiende como frente a semejante cambio de modelo y al cúmulo de estas renuncias que se anuncian no tenga una posición bastante más crítica”, dijo este martes el exvicepresidente Germán Vargas Lleras en el programa matutino de Caracol Radio. Se refería a Álvaro Uribe Vélez, el jefe natural de la oposición al Gobierno de Gustavo Petro. Con esa entrevista, la primera larga a medios en casi cinco años, selló su regreso al fragor del debate político. Lo hizo hablando de varios temas de actualidad en uno de los espacios más escuchados en toda la radio colombiana, un día después de la primera crisis de Gabinete de Petro y de que él mismo hubiera presentado un proyecto alternativo de reforma a la salud

Durante cuatro años el que pareciera el favorito para las elecciones presidenciales de 2018 se había mantenido alejado de los micrófonos, de las plazas. Tras obtener tan solo el 7,3% de los votos en la primera vuelta presidencial de ese año y ocupar un distante cuarto lugar en la contienda, no había vuelto a dar grandes entrevistas. “Estos cuatro años ha decidido hablarle al país solo a través de su columna”, explica Germán Córdoba, uno de sus escuderos políticos y secretario general de Cambio Radical, el partido que lidera Vargas desde hace más de 15 años.

No por eso dejó de incidir. Planeó como un fantasma en las elecciones presidenciales de 2022, cuando sonó como potencial aspirante e incluso amagó con lanzarse, después de que Córdoba se inscribiera como candidato para asegurarle a Vargas un cupo de desearlo. Luego mantuvo el liderazgo de Cambio Radical, un partido de centroderecha que en las votaciones más recientes tenía el gran reto de mantener el poder que había logrado en 2018. Cayó, como todos los partidos tradicionales, pero logró mantener la cuarta bancada más grande tanto en el Senado, con 11 de los 108 escaños, como en la Cámara, con 18 de las 187 curules.

Aunque Vargas y Petro han hecho política desde orillas siempre distintas, el exvicepresidente ha decidido no marcar una oposición cerril ni emocional. Llevó a Cambio a declarase independiente, y no en oposición, frente al Gobierno de Petro. Criticó fuertemente la propuesta de reforma tributaria, que salió adelante sin los votos del partido de Vargas, pero no apoyó las marchas contra ese proyecto ni se sumó a las recientes contra la reforma a la salud.

Esa posición política reitera una distancia que ha tenido frente a la derecha más dura, la del opositor Centro Democrático y su fundador, el expresidente Álvaro Uribe. Los dos líderes políticos han tenido una muy mala relación desde que, en 2009, Vargas y su partido se atravesaron a la intención del entonces muy popular presidente de modificar por segunda vez la Constitución para poder buscar una segunda reelección. En la década pasada, mientras Uribe se opuso con todas sus fuerzas contra la negociación de Juan Manuel Santos con las FARC, Vargas apoyó a Santos, fue su vicepresidente y fue un crítico más moderado aunque particularmente llamativo y puntilloso, como figura clave del Gobierno.

Con todas esas diferencias, Vargas puede ocupar el espacio que dejaron vacío Rodolfo Hernández, el rival de Petro en segunda vuelta que terminó abrazado con él y luego renunció al Senado, y Uribe, quien no solo no ha liderado la oposición sino que el domingo pasado salió en su defensa al pedir a sus sus seguidores no insultarlo.

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Ser la cabeza de la oposición a Petro, o de parte de ella, es en si mismo un desafío. Mientras buena parte de ese rechazo es emocional, con elementos de repudio a la izquierda, el miedo al cambio o valores religiosos que van contra propuestas como despenalizar las drogas, Vargas Lleras es un político más cerebral. En sus columnas suele buscar una oposición argumentada, más técnica que emocional. Eso ya le ha pasado factura al hacerle difícil conectar con los electores.

Sin embargo, la reforma a la salud le crea una ocasión especialmente propicia. Vargas y su partido conocen del asunto, pues tuvieron la cartera de Salud durante el Gobierno del antecesor de Petro, el uribista Iván Duque; su hermano y directivo del partido, Enrique Vargas, ha sido directivo de entidades de salud por años; y han presentado varios proyectos de reforma al sistema de salud. Justamente esa oportunidad es la que Vargas aprovechó este martes, cuando dirigió la presentación de un proyecto de reforma de Cambio Radical en el Congreso, con rueda de prensa multitudinaria y la asistencia de toda la bancada.

Córdoba, el secretario del partido, explica que convocaron a foros regionales de salud para discutir las propuestas de reformas con expertos, académicos o trabajadores de la salud. Es una forma de iniciar recorridos políticos por el país a siete meses de las elecciones regionales, en las que se juega una parte sustancial del poder político, y de hacerlo remarcando la postura contraria al Gobierno en el tema que es hoy central al debate político. Como dijo el mismo Vargas en Caracol Radio, “No hay nada más urgente para una familia que su atención en salud. Las cifras son alarmantes, de cada 100 colombianos, 90 consultan con regularidad a un médico”.

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Sobre la firma

Juan Esteban Lewin
Es jefe de Redacción de la edición América Colombia, en Bogotá.

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