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El ingreso para aportar a los privados marcará el debate de la reforma pensional

Hay consenso en un sistema con aportes obligatorios a Colpensiones hasta un tope de ingresos. Dónde trazar esa raya, el punto más sensible de la propuesta que llegará en marzo al Congreso

Pensión en Colombia
La gente espera frente a una oficina del fondo de pensiones estatal Colpensiones en Bogotá, el 12 de junio de 2020.LUIS JAIME ACOSTA (Reuters)

Restan menos de dos meses para que el gobierno de Gustavo Petro ponga a prueba ante el Congreso de la República su propuesta oficial de reforma a las pensiones. La ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, confirmó que el próximo 16 de marzo, cuando inicien las sesiones ordinarias, radicará el proyecto que concentrará buena parte del debate público en el primer semestre del año, junto con las otras dos reformas sociales que están en la agenda política del Palacio de Nariño: la laboral y la de salud. La pensional le apunta a fortalecer el componente público del sistema de pensiones, que enfrenta un déficit de 18 billones de pesos anuales (unos 3.600 millones de dólares) y sobre todo una muy baja cobertura. En Colombia, solo una de cada cuatro personas que llega a la edad de jubilación logra asegurar un ingreso mensual para la vejez.

Este supone uno de los más grandes desafíos sociales, impactando la vida de alrededor de tres millones de adultos mayores que no cuentan con protección económica. “Hay que tocar corazones para poder mercar y pagar servicios. Estamos viviendo con 100.000 pesos al mes (unos 20 dólares) que mandan familiares. No hay manera de trabajar porque ya no quedan alientos de nada”, confiesa María González, una mujer de 70 años que trabajó la mayor parte de ellos como comerciante informal en pueblos del Tolima, en el centro del país. Vive con su madre de 88 años y ninguna de las dos recibe una mesada pensional. Con la reforma, el presidente Petro busca cumplir una de sus promesas centrales y más polémicas de campaña: transitar del sistema actual, en el que el modelo público y el privado compiten entre sí, hacia uno el que se complementen y se garantice el derecho a la pensión de todos los colombianos, o la mayoría de ellos.

Hoy los trabajadores pueden elegir entre el sistema público, administrado por Colpensiones, y los fondos privados. En el primero, conocido como régimen de prima media o de reparto, los cotizantes aportan a una bolsa común y se pensionan con una mesada de un porcentaje del promedio de la base de cotización de los 10 años anteriores. Los aportes no se ahorran, sino que lo que pagan cada mes los jóvenes de hoy se dirige las pensiones de los adultos mayores también de hoy. Como no ingresan suficientes aportes - por razones el desempleo, la alta informalidad laboral y la competencia con los fondos privados - el déficit se cubre con recursos estatales.

En el segundo modelo, el de los privados, se aporta a una cuenta individual y el monto de la pensión depende de lo que se haya ahorrado más el rendimiento de esos ahorros. En este caso, los aportes individuales del presente son la pensión individual asegurada del mañana.

La propuesta del Gobierno pretende cambiar por completo la lógica del sistema. Exigiría que todos los trabajadores aporten al régimen público por ingresos de hasta cuatro salarios mínimos. Las personas cuyos ingresos sean superiores a esa cantidad podrán decidir libremente en qué fondo privado cotizar el excedente. De esta forma, se reduciría el déficit anual de Colpensiones y con los recursos liberados, se otorgaría un auxilio de 500.000 pesos mensuales (100 dólares) a los tres millones de hombres y mujeres en edad de jubilación que están desprotegidas.

“El derecho a la pensión será una garantía estatal colectiva basada en la solidaridad social y no en la apropiación privada de beneficios en detrimento de los ahorros de todos los colombianos”, subraya el plan de gobierno de Petro, quien ha criticado a los fondos privados por las ganancias que obtienen a partir de inversiones con los aportes de sus afiliados.

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Ese sistema, llamado de pilares, funciona en la mayoría de países del mundo. “De hecho, Colombia es un país extraño al tener a los dos regímenes compitiendo. La propuesta del gobierno me parece adecuada. La pregunta es qué proporción de los ahorros de los colombianos debería ir a Colpensiones y qué proporción debería ir a los fondos privados. Para eso es necesario que se hagan y discutan unos cálculos actuariales que permitan ver la sostenibilidad financiera del modelo”, explica Mauricio Olivera, expresidente de la estatal. Ese es justamente el centro del debate: cuál debe ser el monto de ingresos que debe ir al fondo público.

La primera vez que se contempló una propuesta similar, en 2012 bajo el gobierno de Juan Manuel Santos, los expertos sugerían un tope de un salario mínimo. Si se mantiene el de cuatro, los privados no recibirían casi nada, y no podrían subsistir. “En Colombia nueve de cada diez personas cotizan por menos de ese monto. Entonces estaríamos diciendo que para el 90% de las personas, la cotización ya no va a ir a una cuenta que se va a ahorrar para el futuro, sino que se va a gastar inmediatamente. Eso en el corto plazo le da unos recursos muy importantes al Gobierno, pero la sostenibilidad financiera del sistema de pensiones se ve comprometida”, explica Daniel Wills, vicepresidente de la Asociación Colombiana de Administradoras de Fondos de Pensiones y de Cesantías, Asofondos.

Olivera opina que el mezclar Estado y privados es fundamental. “Solo Colpensiones es insostenible financieramente. Solo fondos privados, es insostenible socialmente. Por eso la mezcla a través de la reforma de pilares es importante. Toca ver qué proporción va para cada uno y ahí va a estar buena parte de la discusión”.

Para Wills, independientemente del tope, Colpensiones debe tener un sistema similar al de la junta directiva del Banco de la República, que refuerce su carácter técnico y su autonomía. “Va a manejar un monto de recursos muy importante y vale la pena fortalecer su gobierno corporativo para blindarla de las tentaciones que conlleva manejar esos recursos. Las personas a cargo deben ser idóneas, técnicas, honestas y manejar el dinero con toda la responsabilidad”, afirma.

EL centro de pensamiento Fedesarrollo va más allá y propone eliminar el régimen de prima media, manteniendo a Colpensiones pero con un sistema de ahorro individual. “Un régimen de prima media depende de las cotizaciones de las personas jóvenes. Como Colombia viene en un proceso de envejecimiento rápido, ese sistema es cada vez menos sostenibles porque hay menos jóvenes cotizando para financiar a quienes están retirados. Cuando se incorpora este elemento demográfico lo que se recomienda es migrar hacia sistemas de ahorro individual”, señala Luis Fernando Mejía, su presidente.

Lo que sí está descartado es la posibilidad de hacer de Colpensiones un banco, otro de los frentes que se abrió recientemente en la discusión. Aunque se ha presentado en varios medios, el Ministerio de Trabajo niega estar contemplando esa idea, que el Ministerio de Hacienda rechaza. “Categóricamente no desde el punto de vista del Ministerio de Hacienda. Ya lo dije públicamente: no hay fondo de pensiones en el mundo que sea banco. Entonces eso no es una propuesta. Si hay excedentes del sistema tendrán que ser invertidos en títulos de deuda pública, pero no en dar préstamos. Esa no es la función de los fondos de pensiones”, enfatizó el ministro José Antonio Ocampo.

Otro elemento que descartó el propio presidente Gustavo Petro es la modificación de la edad de pensión, actualmente de 57 años para las mujeres y de 62 años para los hombres. “Primero renuncio antes de subir la edad de pensión”, sostuvo en Twitter.

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