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El incierto futuro del carbón en Colombia con Petro

Un menor control de las emisiones para afrontar la escasez de gas en Europa sigue abriéndole paso al uso de fuentes más contaminantes como el carbón. Colombia es el quinto exportador mundial del energético

El presidente electo, Gustavo Petro, ingresa a la mina de carbón El Pino, junto los mineros del municipio de Paipa, Boyacá, para hablar sobre la transición energética, el 6 de Junio de 2022.
El presidente electo, Gustavo Petro, ingresa a la mina de carbón El Pino, junto los mineros del municipio de Paipa, Boyacá, para hablar sobre la transición energética, el 6 de Junio de 2022.NATHALIA ANGARITA

Temperaturas récord que superan los 40 grados centígrados tienen en alerta a Europa occidental. España se estremeció con la historia de José Antonio González, un barrendero de 60 años que murió luego de soportar el calor extremo en las calles de Madrid. Las altas temperaturas en el país dejan más de 500 muertos y de 70.000 hectáreas arrasadas por incendios forestales en lo corrido del año, el doble del promedio de la última década. En Reino Unido, Francia, Portugal, Italia, y Grecia también se han presentado emergencias. La devastadora manifestación del cambio climático ocurre al tiempo que la Unión Europea contempla relajar el control a las emisiones con el uso de combustibles más contaminantes, como el carbón, para hacer frente a la escasez de gas por la guerra en Ucrania. La mirada ha girado hacia Colombia, uno de los principales exportadores del mineral.

El viraje hacia el uso de fuentes de este tipo ya se oficializó en Alemania, donde la reducción de las exportaciones del gas ruso presionó una decisión inesperada: la reactivación de la producción eléctrica en plantas de carbón, un retroceso en la meta de abandonar este combustible en 2030. Holanda y Austria también volverán a usar el energético que es considerado como el más contaminante de todos. El plan de la Unión Europea busca anticiparse a un mayor deterioro del suministro de gas, o incluso un corte total, de cara al próximo invierno. La meta es reducir en un 15% el consumo entre el primero de agosto y el 31 de marzo de 2023. En agosto, precisamente, entrará a regir la prohibición de importaciones del carbón ruso en los países de la organización como una de las sanciones a Rusia.

“Colombia tiene unas reservas de más de 50 años de carbón con un alto contenido calorífico, bajo en azufre. Es un carbón de la más alta calidad que está siendo apetecido en el mercado internacional”, destacó el ministro de minas y energía, Diego Mesa, en el lanzamiento de la ronda minera en el mes de abril. El proceso adjudicará dos áreas que suman más de 9.000 hectáreas para la explotación de carbón térmico en el departamento del Cesar, en el norte del país.

Una excavadora mueve carbón en una mina de cielo abierto en Barrancas (Colombia).
Una excavadora mueve carbón en una mina de cielo abierto en Barrancas (Colombia). Bloomberg (via Getty Images)

El carbón es el mineral que más aporta a la economía nacional. Es el segundo producto de exportación (solo el 8% es de consumo interno), representa más del 80% de las regalías mineras y genera más de 130.000 empleos. Los departamentos de La Guajira y Cesar, ubicados en la costa Caribe, son los principales productores. Paradójicamente, ambos registran niveles de pobreza multidimensional superiores al promedio nacional. Países como Alemania y Polonia han expresado su interés en un aumento de exportaciones desde Colombia.

El presidente electo, Gustavo Petro, se ha declarado defensor de una “economía para la vida” que proteja el agua y el aire. Aunque ha descartado el cierre de minas de carbón en producción, advierte que el país se debe preparar para un cambio en el escenario mundial en los próximos 10 años. “Ahora, toca abandonar la economía de fósiles, desligarnos del petróleo, carbón y gas, y cimentar el desarrollo sobre la base de la producción y el conocimiento”, expresó en entrevista con EL PAÍS luego de ser elegido.

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En una visita antes de la segunda vuelta presidencial a una mina de Paipa (Boyacá), les aseguró a los mineros que su trabajo no estaría en riesgo. “Lo que hay que transitar es hacia un modelo en el que los mineros sean propietarios de energías eléctricas”, les dijo. “La transición energética será paulatina, el Estado comprará el carbón porque este decae en el mundo e irá capacitando a los mineros en nuevas energías”, explicó en su momento Susana Muhamad, ministra designada de medio ambiente. Aún no está claro cómo se financiaría una eventual compra de carbón por parte del gobierno. Lo que sí ha explicado el próximo presidente es que los ingresos de los combustibles fósiles serían reemplazados gradualmente por el turismo y la reactivación del campo.

Tampoco está del todo despejada la posible ampliación de minas de carbón o de nuevas inversiones que, a su vez, suba las exportaciones. “Será fundamental tener un mensaje claro del nuevo gobierno frente a la producción de carbón. Las inversiones en minería son de largo plazo por lo que la incertidumbre no ayuda en estos procesos”, afirma la Asociación Colombiana de Minería (ACM). “Se debe establecer una hoja de ruta que le ofrezca seguridad a los inversionistas y permita aprovechar la coyuntura actual para transformarla en más impuestos, regalías y empleo”, precisa el gremio.

La mina a cielo abierto de Cerrejón, en Barrancas, que exporta carbón a Alemania, en una fotografía de marzo de 2017.
La mina a cielo abierto de Cerrejón, en Barrancas, que exporta carbón a Alemania, en una fotografía de marzo de 2017. picture alliance (Getty Images)

El impacto para el medio ambiente

La guerra de Rusia en Ucrania no solo ha causado la muerte de más de 5.000 civiles según la ONU, la migración humana más grande desde la Segunda Guerra Mundial, la profundización de la pobreza y el incremento mundial del costo de vida y los alimentos. También está provocando el retroceso de los avances que ha logrado hasta ahora la Unión Europea en la reducción de emisiones de carbono, una meta fijada en el 55% para el 2030.

“Desplazar el gas implica la emisión del doble de toneladas de dióxido de carbono. Por cada gigavatio-hora de energía que se genera con gas se producen 490 toneladas, mientras que con el carbón se incrementa a 820 toneladas. El carbón térmico es el energético más contaminante que existe”, explica Camilo Prieto, profesor de cambio climático de la Universidad Javeriana de Bogotá.

Trabajadores de la mina de carbón El Pino, guían al presidente electo, Gustavo Petro, mientras bajan por un túnel.
Trabajadores de la mina de carbón El Pino, guían al presidente electo, Gustavo Petro, mientras bajan por un túnel.NATHALIA ANGARITA

Aunque la mayor parte del carbón que se produce en Colombia se exporta, Prieto, de 45 años, considera que “el carbón que se quema en Alemania, China o en cualquier otra parte del mundo nos afecta a todos. El mínimo de responsabilidad que debe tener el país es que sea gravado con el impuesto al carbono”. Las empresas del sector están excluidas de este cobro actualmente. Por su parte, el gremio de las compañías mineras sostiene que “el objetivo es implementar cada vez más tecnologías de captura de carbono para contribuir con la reducción de emisiones sin afectar la seguridad energética”.

Además de acelerar el calentamiento global, el uso del carbón influye en la contaminación del aire, uno de los mayores riesgos ambientales para la salud humana. Es la causa de siete millones de muertes prematuras al año, estima la Organización Mundial de la Salud. En Colombia hay avances en transición energética para reducir fuentes como el carbón. La capacidad instalada de energía solar y eólica se ha multiplicado por 25 veces desde el 2018, aumentando su participación del 1% al 6% en la matriz eléctrica. En Europa, las energías renovables superaron por primera vez la generación con combustibles fósiles en 2020.

El futuro del carbón exigirá un análisis desde múltiples ángulos: la contribución actual del mineral en la economía, la generación de empleo y el respaldo al suministro de energía, la urgencia europea por reemplazar el flujo de gas por otros combustibles y la necesidad inaplazable de contribuir a la mitigación del cambio climático. Una discusión que puede ser de largo aliento y de alta temperatura, según los expertos.

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