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Tres pesadillas electorales en Colombia

Las elecciones se enfrentan a tres escenarios de alto voltaje: que este domingo Petro gane por la mínima, que haya un empate entre Fico y Hernández, y que en segunda vuelta los dos contendientes queden igualados

Camila Osorio
Un hombre vota en las elecciones legislativas en Colombia, el pasado 13 de marzo.
Un hombre vota en las elecciones legislativas en Colombia, el pasado 13 de marzo.LUIS ROBAYO (AFP)

Colombia se despertará este domingo para votar en una de las elecciones más tensas que ha tenido el país en las últimas décadas. Hay una enorme desconfianza en el sistema electoral y las encuestas prometieron una competencia tan reñida que se podrían avecinar interminables peleas jurídicas o protestas sociales.

Para que nazca una pesadilla primero tiene que cultivarse un miedo. Después de que en las elecciones legislativas de marzo hubo una preocupación legítima por un desfase de votos entre el preconteo de la Registraduría y el escrutinio oficial del Consejo Nacional Electoral, políticos de la derecha y la izquierda aprovecharon la ocasión para hablar de fraude electoral (sin pruebas) o hasta de golpe de Estado (también sin pruebas). El expresidente Andrés Patrana, del partido conservador, se atrevió a repetir que la empresa española que diseñó el software electoral juega a favor de Gustavo Petro (de nuevo, sin pruebas). Pero la falta de transparencia de los organismos electorales frente al desfase de votos, que se achacó a un error humano en las mesas de votación, creó la tormenta perfecta para una crisis. Según una encuesta de 40db para EL PAÍS, aunque los colombianos aún defienden la democracia como el mejor sistema político, el 85% se fía poco o nada de las instituciones electorales.

“El peor escenario es que falle algo en la Registraduría. Nada puede fallar. Nada”, dijo esta semana a El PAÍS la directora de la Misión de Observación Electoral. “Y el segundo peor escenario es con unos resultados estrechos, con diferencias de dos puntos. Ahí ya depende mucho de la confianza de los candidatos para conceder victoria”.

Primera pesadilla: Petro gana por un pelo. El candidato Gustavo Petro ha hecho campaña en los últimos meses para ganar en primera vuelta porque, tiene claro, en primera le beneficia que el voto de la derecha está dividido (entre Rodolfo Hernández y Federico Gutiérrez). Pero le sería mucho más difícil combatir a sus opositores en la segunda vuelta de junio con sus opositores unidos. Si efectivamente logra ganar en primera con el 50%+1 de los votos (solo tiene 5% de probabilidades de acuerdo al análisis de datos hecho por El PAÍS) la pesadilla es que lo haga por un margen tan pequeño que la derecha no conceda su victoria sino que agite el fantasma del fraude.

Segunda pesadilla: empate entre Hernández y Gutiérrez. Más probable es que haya un resultado muy reñido entre los dos candidatos de la derecha que compiten por la segunda mayor votación: Rodolfo Hernández, del movimiento Liga de Gobernantes Anticorrupción, y Federico Gutiérrez, de la coalición Equipo Por Colombia. Aunque las encuestas mostraban en promedio una diferencia de unos 7 puntos porcentuales entre los dos, dándole la ventaja a Gutiérrez, las últimas encuestas revelaron que Hernández estaba subiendo a pasos agigantados: la última encuesta del Centro Nacional de Consultoría, 10 días antes de las elecciones, revelaba solo una diferencia porcentual de 1,7 en intención de voto; la última encuesta de la CELAG hablaba de un empate con solo 0,3 puntos de diferencia (20,4 para Hernández, 20,1 para Gutiérrez).

Sería un empate técnico, si se cuenta el margen de error. Esto le daría muy poco tiempo al Consejo Nacional Electoral para definir al ganador entre los dos, ya que dos semanas después de la primera vuelta arranca la segunda para los colombianos viviendo en el exterior (y en tres semanas para los que viven en Colombia). También implica esperar que el perdedor conceda la derrota, y poder imprimir a tiempo la cara de quien pasará a segunda vuelta en los tarjetones.

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Tercera pesadilla: empate entre Petro y el candidato de la derecha en la segunda vuelta. Aunque Petro tiene asegurado ser el más votado en la primera vuelta, aunque no tenga el 50%+1 de los votos aún, no tiene garantizado ganar en la segunda vuelta. En la misma encuesta del Centro Nacional de Consultoría Petro quedaría en empate técnico si pasa con Hernández a la segunda: 40,5% de los votos para cada uno.

Es el escenario perfecto para que cualquiera de los dos lados sacuda al fantasma del fraude y pida, como ocurrió en marzo, un reconteo (imposible a nivel nacional). Gutiérrez, en cambio, aparecía con 10 puntos porcentuales por debajo de Petro en una eventual segunda vuelta, aunque ese panorama podría cambiar con las alianzas que los dos logren si pasan a competir para el 19 de junio.

Puede que los colombianos se despierten el lunes en la mañana saliendo de una pesadilla si todos los candidatos aceptan los resultados, si la Registraduría hace un trabajo impecable y los derrotados no pierden por menos de un punto porcentual. O pueden despertarse directo a la pesadilla si ocurre todo lo contrario. La peor tormenta en esa pesadilla tiene otro nombre, la violencia. “El mayor miedo es que puedan presentarse temas de orden público y no estoy haciendo referencia a que gana uno u otro candidato”, dijo Alejandra Barrios, de la MOE, a El PAÍS. “No importa de qué lado, porque la rabia que hay no corresponde a una sola corriente política. La gente puede salir a la calle a expresar una frustración contra el sistema, no necesariamente por apoyo a su candidato”.

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Sobre la firma

Camila Osorio
Corresponsal de cultura en EL PAÍS América y escribe desde Bogotá. Ha trabajado en el diario 'La Silla Vacía' (Bogotá) y la revista 'The New Yorker', y ha sido freelancer en Colombia, Sudáfrica y Estados Unidos.

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