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Los juveniles de India B tumban (3-1) a EEUU, que se aleja mucho del oro

Armenia, ganadora de India A, aventaja en un punto a los portentos indios y uzbekos a falta de tres rondas

Gukesh, izquierda, al inicio de su partida con Caruana este sábado en Chennai
Gukesh, izquierda, al inicio de su partida con Caruana este sábado en ChennaiLennart Ootes
Leontxo García

El futuro ha derrotado al presente. Tres prodigios de 16 años y uno de 18 se han impuesto con claridad al equipo de gala de EEUU, en teoría destinado al oro y ahora arrojado al 9º puesto a tres jornadas del final. El primer tablero de India B, Dommaraju Gukesh, lleva ocho victorias en ocho partidas y ya es el 20º del mundo. Otra selección muy joven, Uzbekistán, comparte el 2º puesto con India B, a un punto de Armenia, vencedora (2,5-1,5) de India A. Los encuentros estelares de la 9ª ronda (domingo) serán India B – Azerbaiyán y Uzbekistán – Armenia.

Además de un talento inmenso, Gukesh exhibe la serenidad propia de un monje budista; da la impresión de que por sus venas no corre sangre, sino horchata o algo muy suave. Tras batir nada menos que a Fabiano Caruana, subcampeón del mundo en 2018, el juvenil indio tomó asiento en el estrado de la sala de prensa como si fuera a tomar un café en privado con el jefe de prensa, el español Michael Rahal, sentado a su lado. Enfrente había un enjambre de docenas de periodistas -la gran mayoría, indios- y cámaras apuntándole desde todos los ángulos, pero él no se inmutó.

En coherencia con esa impavidez, Gukesh no dice casi nunca algo llamativo. ¿Qué piensa sobre su estratosférico rendimiento (equivalente a 3.466 puntos Elo) en este torneo? “Estoy muy contento pero todavía quedan tres rondas y nunca se sabe cómo será el futuro”. ¿Es el hecho de jugar por India la clave de su excepcional confianza? “Sí, eso es muy importante”. Y así sucesivamente, hasta que por fin dijo algo significativo, cuando le preguntaron cómo había sido capaz de ganar a una gran estrella como Caruana: “En primer lugar, ha sido un honor jugar contra él. He quedado peor en la apertura, pero eso me ha servido para comprobar que soy capaz de aguantar una posición inferior ante quien sea, lo que resulta muy estimulante”.

En efecto, Caruana estaba claramente mejor cuando, en el lance 23, no se atrevió a sacrificar una pieza a cambio de un ataque muy peligroso para el indio. En lugar de ello jugó muy posicional, y lo pagó carísimo: Gukesh igualó, luego tomó la iniciativa, ganó un peón y se impuso sin piedad alguna. No fue una partida espectacular, pero sí muy convincente de la gran clase del portento indio, a quien esta victoria convierte en el 2º jugador de su país, después del pentacampeón del mundo y héroe nacional Viswanathan Anand. Es verdad que Caruana está en crisis desde su fracaso en el Torneo de Candidatos de Madrid hace un mes, pero solo alguien destinado a la gloria puede ganar ocho partidas seguidas en el primer tablero de una Olimpiada y luchando desde el principio por las medallas.

La de oro está descartada para EEUU salvo tremendas carambolas. Y eso debe de ser un desastre para el multimillonario Rex Sinquefield, mecenas de alto calibre que ha creado en San Luis (Misuri) el mejor club de ajedrez del mundo e invertido mucho dinero en los últimos años para nacionalizar o cambiar de bandera a Caruana (Italia), Wesley So (Filipinas), Leinier Domínguez (Cuba) y Levón Aronián (Armenia), además de organizar magníficos torneos cada año. Esta cuadragésima cuarta Olimpiada, sin China ni Rusia y con Francia privada de sus estrellas, era una oportunidad extraordinaria para revalidar el oro logrado en la de Bakú 2016.

Nihal Sarin
Nihal SarinLennart Ootes

Mientras Gukesh batía a Caruana, y Sadhwani (también de 16 años) a Domínguez en una partida sensacional, sus compañeros Nihal Sarin (18) y Praggnanandhaa (cumplirá 17 el miércoles) repartían el punto con Aronián y So, respectivamente. En la mesa contigua, el supuesto mejor equipo indio caía ante Armenia: derrota de Harikrishna ante Sargissián, y tres tablas: Vidit-Melkumyán, Erigasi-Ter Sahakyán y Narayanan-Hovhannisyán. Y en la siguiente los jóvenes uzbekos se imponían a Alemania por el mismo resultado.

Paco Vallejo, aún convaleciente de un resfriado fuerte, reapareció (para dar descanso a Shírov) después de tres ausencias y ganó con claridad a un rival duro, el egipcio Amin. Antón y Jaime Santos también ganaron, e Iturrizaga hizo tablas; están en el puesto 19, a tres puntos del bronce. Las chicas vencieron a Italia (2,5-1,5) con victorias de Sabrina Vega y Calzetta, tablas de Matnadze y derrota de Marta García. Van décimas, a un punto de las medallas -que de momento serían para India, Georgia y Ucrania- y se enfrentan mañana a Indonesia, un rival en teoría inferior.

Magnus Carlsen no pudo ganar otra vez; hizo tablas con el desconocido eslovaco Pechak. Ninguno de los cinco primeros cabezas de serie está ahora en los cinco primeros puestos: EEUU (9º), India A (7º), Noruega (40º), España (19º) y Polonia (43º). Por el contrario, dos países de habla hispana lo están haciendo muy bien: Perú (37º inicial, en el puesto 16) y Andorra (58º, 33º). Quizá porque para brillar no basta con tener muchos puntos Elo si no están salpimentados por un gran espíritu de equipo con unas gotas de ambición.

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Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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